ALDO MARIATEGUI. PERIODISTA
ALDO MARIATEGUI. PERIODISTA

Una guerra comercial en la práctica se ha desatado entre EE.UU. y China, las dos economías más poderosas del planeta, con esta decisión reciente de Biden de imponer un 100% de arancel a los autos eléctricos chinos, además de incrementarse también bastante los derechos de importación a otros productos del gigante asiático (acero, aluminio, baterías, paneles solares, etcétera).

Hay quienes relativizan esto, tanto por el universo actual afectado (US$18 mil millones) como porque varios de estos aranceles serán efectivos a partir de 2026 y más bien lo atribuyen a un truco electoral de Biden para arrebatarle la bandera proteccionista a Trump, quien había anunciado que impondría un arancel general del 60% a todos los productos chinos y uno particular de 200% a los autos eléctricos. Esta decisión estadounidense viene después de toda esa campaña previa contra la aplicación TikTok, que los gringos amenazan con prohibir en EE.UU.

Lo que se viene es previsible: una represalia china contra los productos yanquis y un alza en el discurso proteccionista antichino en EE.UU., una narrativa disparada cada vez más por las próximas elecciones de noviembre y por la retórica contra Pekín cada vez más dura en Trump (que por el momento aparece como el favorito).

De esta movida de Biden vienen varias preguntas: ¿Esta guerra proteccionista desestabilizará al planeta y generará una nefasta ola proteccionista mundial, tal como el Smoot-Hawley Tariff Act en 1930 (cuando EE.UU. añadió un 20% a todos los productos)? ¿Esta medida podría poner a China más belicosa con Taiwán? ¿Qué pasará con la producción de empresas chinas en México? ¿El TLC EE.UU.-México está blindado para todas las circunstancias? ¿Cómo reaccionará Europa? ¿Europa imitará a EE.UU. o utilizará una amenaza proteccionista para que China deje de apoyar a Rusia en Ucrania? ¿Cómo afectará esta guerra comercial al Perú? ¿Impactará en el precio de nuestras materias primas exportables o en el puerto de Chancay, aquel mismo que tanto inquieta ahora a Washington?