El grupo de inteligencia creado por el alcalde de Lima, imitando al célebre y desaparecido GEIN de la Policía, opera en el más absoluto secretismo: la oficina, el personal y el software adquirido, que según López Aliaga sirve para ‘chuponear’ a los extorsionadores, se mantienen en la más estricta reserva. Aún peor es que el jefe de ese equipo, José Baella, asegura que nadie los fiscaliza. Solo responden a la autoridad edil.