“Scream VI”: ¿Por qué la última entrega es considerada una de las mejores de la franquicia? [RESEÑA]

La sexta entrega trata de Sam Carpenter (Melissa Barrera), la protagonista de la anterior entrada de Scream. Sam quiere dejar todo su turbio pasado atrás y empezar su vida de nuevo junto a Tara (Jenna Ortega), su hermana pequeña, en Nueva York. Pero es difícil, ya que Sam sigue perturbada por los eventos del pasado, y teme que si el mundo supiera que es la hija del original Ghostface, nunca le dejarían en paz. Pero Sam tendrá que tomar una decisión pronto una vez que una nueva figura disfrazada de Ghostface empiece a aterrorizar las calles de Manhattan...

La trama fácil podría haber sido confusa, dada que es la sexta entrega de una franquicia que está vigente desde los años 90. Aún así, Scream no se olvida de siempre presentar una trama fácil de comprender y emocionante, para que la audiencia; tanto fans como nuevos espectadores, puedan internarse en su mundo. Podría haber sido muy fácil hacer un completo reboot de la franquicia, o modernizarlo completamente para imitar películas de terror más contemporáneas; pero Scream sabe mantener su esencia a la vez que añade nuevos elementos a la fórmula que lo benefician.

Un detalle que se agrada mucho de la franquicia de Scream es que le da foco a los personajes principales. Muchas otras películas de terror no le habrían dado un enfoque emocional a la “carne de cañón”, pero en la franquicia de Scream siempre se deseó que llegáramos a tenerle cariño a los personajes. Por lo que se agradece que en esta película la trama emocional proviene de las hermanas. Tanto Sam como Tara son personajes interesantes y complejos, que llegan a salvar el día por su cuenta; pero nunca llegando a ser supermujeres planas. La película sugiere que Sam tiene un lado oscuro, proviniendo de su padre; y la trama siempre está balanceando la idea de que si Sam puede ganar las tendencias oscuras de su padre o no. Es un elemento interesante que añade nuevos matices a un arquetipo sobreusado como lo es “la chica final”. Jenna Ortega, ahora catapultada a la fama gracias a Merlina, tiene un papel algo más sencillo; pero igual destaca por mostrar un lado más emocional de la actriz.

La película también nunca llega a ser tan sombría, puesto que siempre añade elementos de humor que no sobresalen tanto de la obra. Sus referencias al cínico mundo de las franquicias cinematográficas es un elemento del guion que funciona, puesto que Scream siempre se ha burlado de los clichés y las referencias en el mundo del cine.

Divertida, novedosa pero sin perder lo esencial, Scream VI es una digna entrada de la icónica franquicia.