“Las Tortugas Ninja: Caos Mutante” Nostalgia y Desenfreno [RESEÑA]

En esta nueva adaptación, Rafael, Donatello, Leonardo y Michelangelo son retratados para representar adolescentes humanos; deseando formar parte del mundo normal en lugar de vivir marginados en las alcantarillas, a pesar de las advertencias de su padre adoptivo, el maestro Splinter (Jackie Chan). Con la ayuda de su amiga humana, April O’Neil, intentarán adaptarse a la realidad, sin saber que sus actos los llevará a luchar contra un sindicato del crimen, en donde se encuentran cara a cara con otros mutantes parecidos a ellos.

En cierta forma, se entiende la cautela, puesto que anteriormente otras casas productoras han intentado retratar a las tortugas para nuevos tiempos. Algunas producciones fueron exitosas, otras no, pero volver al mismo producto por enésima vez puede llevar consigo cierto cansancio; temiendo incluso que se repitan patrones anteriormente desfavorables (Michael Bay y su versión de los reptiles sigue asustando a varios). Sin embargo, lo bueno es que inyectar de energía juvenil a esta franquicia ha ayudado a revivirla; modernizando varios de los elementos, pero todavía conservando aquellos que los fans mantienen en alta estima.

Usando un estilo de animación desenfrenado y colorido, similar al presentado en las cintas de Spider-Verso; se puede notar que la cinta ha querido retratar un mundo más urbano, más ecléctico y eléctrico y que la animación represente todo ello. Poco a poco podemos irnos despidiendo de los aburridos muñecos de plástico en escenarios realistas que han sido la ley por tantos años en el mundo de la animación. La música, influenciada por el hip-hop, también llega a añadir tintes nostálgicos a personajes que capitalizaron fama justamente en los años 90, donde este estilo de música empezó a ganar popularidad masiva. Pero no llega a ser tan nostálgica como para asustar nuevas audiencias: la energía en la animación y el encanto de los protagonistas hará que los niños se sientan identificados con sus dilemas.

Pese a ser inicialmente un proyecto cuestionable, pudo contentar varias dudas iniciales, retratando personalidad en un proyecto que se podría ver con desdén. Y eso es bastante cowabunga.