One Piece: La serie que rompió la maldición de los anime [RESEÑA]

El anime no es desconocido a adaptarse al medio de acción real, hay toda una industria de ello en el mismo Japón. Aún así, siempre se debía aclarar que muchos fans tienden a dudar de la calidad de estas producciones cuando llegan a ser producidas por Occidente. Los ejecutivos no llegan a entender lo atractivo de la historia original, eligen elencos equívocos, o usan efectos paupérrimos para lograr transcribir la magia que se llega a ver plasmada en varias de estas obras. El fantasma de Dragon Ball Evolution sigue asustando a varios productores.

En One Piece, Monkey D. Luffy (Iñaki Godoy) es un muchacho valiente y optimista, con la habilidad de poder estrechar y extender su cuerpo cual la goma. Luffy posee un sueño en particular: poseer el famoso tesoro, “One Piece”, perteneciente al Rey de los Piratas, Gold Roger; para convertirse en el nuevo Rey. Lo que lo llevará a enfrentarse con varios personajes, puesto que vive en un mundo en el que la piratería reina suprema y los Marinos intentarán suprimir a varias tripulaciones. Por el camino a lograr su objetivo se topará con tanto enemigos y aliados, incursionándose en mil y un aventuras. Aunque Luffy inicia la historia solo, pronto formará una leal tripulación a su alrededor; compuesta por la ladrona Nami (Emily Rudd), el misterioso Roronoa Zoro (Arata Mackenyu), el gracioso Usopp (Jacob Gibson) y el carismático Sanji (Taz Skylar).

El manga / anime original de One Piece es conocido en el mundo de los fans como una de las obras más complejas de llevar a cabo en una adaptación, debido a su larga historia (el anime ya sobrepasó más de 1000 episodios) y sobreuso de efectos caricaturescos para dar vida a sus personajes. Con los límites presentes en una serie de acción real, muchos esperaban una rotunda decepción. Pero, pese a su inicial escepticismo, “One Piece” de Netflix pudo callar a varias críticas.

Lo que sobresale de esta serie es su completa dedicación: desde los efectos hasta el guion, todo ha sido preparado con amor, como un homenaje a la obra que está adaptando en primer lugar. Los productores, el elenco y el equipo todos trabajan en conjunto, con la misma intención: embaucar y encantar al espectador con el mundo de los piratas. Los efectos llegan a crear un mundo convincente, y tanto los monstruos como las acciones más caricaturescas llegan a ser adaptados del manga fielmente sin perder sus elementos más fantásticos o acabar con una producción pobre. Los disfraces llegan a plasmarse en la realidad con suficiente convicción, llegando a un contento término medio entre “adaptación fiel del traje” y “ropa que se podría usar a diario”. La serie sabe que puede parecer algo irreal a unos ojos más cínicos, pero se deleita en internarse en la fantasía. Aunque ha habido anteriormente noticias de que el mismo creador del manga, Eiichiro Oda, estaba contento con los resultados finales, necesitamos verlo nosotros mismos para asegurar esta afirmación.

También se debe aplaudir al joven elenco; en particular a Iñaki Godoy, quien infunde con bastante energía y carisma a su papel como Monkey D. Luffy. En un guion más débil, el personaje podría llegar a parecer irritante y repelente, haciendo que pierda poco a poco el cariño del público; pero Godoy llega a moldear su vitalidad en la actitud del personaje.

En sí; la serie es divertida, emotiva y creativa. Fans estarán satisfechos, nuevos espectadores estarán satisfechos. Si no tienes planes este fin de semana, tal vez una aventura por alta mar es lo que te haga falta.