Soy alérgico a los gatos, pero los amo ¿qué puedo hacer?

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Soy alérgico a los gatos pero los amo ¿qué hago? (Getty)

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Redacción PERÚ21

Fecha Actualización

27/08/2019 - 01:42

En el Día Internacional del Gato, que se celebra todos los 20 de febrero de cada año, los dueños de felinos aprovechan para mimar, lucir y demostrar todo el amor que sientes por sus felinos compañeros.

Sin embargo, existen quienes el solo contacto con uno de estos animales, significa un ataque de estornudos, enrojecimiento de la piel, lagrimeo y picor de ojos, moqueo y demás reacciones alérgicas incontrolables, por mucho que se quiera a estas mascotas.

Para la mala suerte de los amantes de los gatos, la prevalencia de la sensibilización a los alérgenos de estos felinos ha aumentado en los países occidentales en los últimos años de un 10% a 30% de la población, según informa un estudio publicado hace un año en Allergy, Asthma and Clinical Immunology.

Eso quiere decir que cada vez son más las personas que manifiestan los síntomas típicos de las reacciones alérgicas cuando entran en contacto con un gato o en el ambiente en donde vive uno. Pero lo que resulta peor para los 'catlovers', es que también existe evidencia de personas que viven con gatos y empiezan a experimentar los síntomas.

¿CÓMO DETECTAR LA ALERGIA A LOS GATOS?

Por lo general, la detección suele ser muy simple y rápida. La alergia se suele manifestar principalmente a través de estornudos, secreción nasal, picor de nariz y sintomatología ocular, como lagrimeo, picor o hinchazón.

Estos síntomas no necesariamente aparecen cuando la persona entra en contacto con el felino. También se pueden presentar cuando simplemente se ingresa a un ambiente en el que viven gatos, como el departamento de tu amigo 'catlover'.

”Hay pacientes a los que les sucede cuando van a casa de personas con gatos, en ese caso la reacción es inmediata y lo notan enseguida. Otros que están más en contacto, por vivir con uno, no lo perciben tan fácilmente o no quieren hacerlo, porque hay una dependencia afectiva con los animales”, refiere Ignacio Jesús Dávila González, jefe del servicio de alergología del Hospital Universitario de Salamanca a Hipertextual.

¿QUÉ ES LO QUE PRODUCE LA ALERGIA?

Contrario a lo que muchos piensan, el pelo del gato no es lo que produce la alergia a estos animales. El principal alérgeno (sustancia que produce la reacción alérgica) del gato es el Fel D1, una proteína producida por la piel y las glándulas sebáceas, salivares y perianales del felino.

Los gatos macho son los que producen una mayor cantidad de Fel D1 en comparación con las hembras, pero si estos son castrados, producirán la misma proporción que una hembra. Por su parte, las gatas aumentan la concentración de este alérgeno en función de su ciclo hormonal.

Pero el Fel D1 no es el único alérgeno generado por estos felinos. Existen otros como las albúminas o las lipocalinas, revela el experto citado por Hipertextual.

AMO A LOS GATOS PERO SOY ALÉRGICO ¿QUÉ PUEDO HACER?

La solución obvia al problema de la alergia a los gatos siempre será el evitarlos. No tener uno de mascota y simplemente evitar contacto con ellos. Sin embargo, este animalito puede ser considerado como parte de la familia para muchos, por lo que separarse de ellos no suele ser una opción.

Para esos casos existen algunos trucos que pueden minimizar los síntomas de la alergia, aunque no a un 100%. Aquí enumeramos algunas acciones:

- Reducir el contacto con los gatos lo más posible.
- Evitar que estos entren en autos y dormitorios, los lugares en donde pasamos la mayor cantidad de horas.
- Lavar con más frecuencias la ropa y cambiarla luego de haber estado en contacto con tu felino. También lavar las alfombras.
- Bañar al gato con más frecuencia.

También existen algunas soluciones farmacológicas como los antihistamínicos, corticoides bronquiales o inhaladores. También existen vacunas pero cuya varía según cada persona.

Y por último, también se puede administrar una espuma al gato que evita que los alérgenos, responsables de las reacciones alérgicas, se esparzan, reduciendo la capacidad del gato de generar los síntomas molestos.

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