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Edward Mondrake: La verdadera historia del hombre con dos rostros y su trasfondo científico
Edward Mondrake, un acaudalado noble inglés cuya historia trascendió en el tiempo debido a su extraña malformación. Él había nacido con un rostro extra en la parte opuesta del cráneo, es decir, tenía un rostro en la nuca.
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Diprosopia: La verdadera historia del hombre con dos rostros. (Difusión)
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Esta es una extraña malformación que consiste en la duplicación congénita del notocorda, una estructura embrionaria común en todos los vertebrados.
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Diprosopia: La verdadera historia del hombre con dos rostros. (aminoapps.com)
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Diprosopia: La verdadera historia del hombre con dos rostros. (Difusión)
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Diprosopia: La verdadera historia del hombre con dos rostros. (Fox)
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El auge de Internet propicia que los grandes misterios de la historia y los casos médicos más extraños se propaguen con gran facilidad en la web, en gran medida gracias a las ventajas que ofrecen las redes sociales. Una de estas leyendas es la de Edward Mondrake y el diabólico rostro con el que compartía su cabeza.
Debido a la antigüedad de dichas historias y su gran propagación, se hace muy difícil y quizá hasta imposible encontrar información fidedigna que sea corroborada y comprobada. Es así que nacen las leyendas urbanas, historias con un trasfondo de verdad, pero que han sido exageradas con el propósito de entretener o sorprender.
La historia de Edward Mondrake, un acaudalado noble inglés cuya historia trascendió en el tiempo debido a su extraña malformación, es una de estas leyendas urbanas difíciles de corroborar, pero que no dejan de causar fascinación. Edward había nacido con un rostro extra en la parte opuesta del cráneo, es decir, tenía un rostro en la nuca.
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LA LEYENDA
La historia de Edward Mondrake se remonta a mediados del siglo XIX. Habría sido el hijo de la condesa de Darlington, una terrateniente del sur del condado de Postmouth, en el Reino Unido.
Debido a su origen noble y acomodado, Edward estuvo condenado a permanecer en el ojo público, principalmente de envidiosos y odiadores que acrecentaron su leyenda.
Pero fue su malformación de nacimiento lo que realmente alimentaría toda serie de historias, muchas conducidas por la imaginación y la idiosincrasia de la época. Este hecho amasó la leyenda urbana que se mantuvo hasta el día de hoy.
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Se dijo que el rostro que Edward tenía en su nuca era el de su hermana gemela malvada, que esta no solo podía gesticular movimientos faciales, sino que lloraba o reía en función de los sentimientos opuestos del propio hombre.
Incluso, se menciona que esta malformación sería una maldición o castigo a sus antepasados y que Edward tuvo que pagar. Este rostro sería un demonio que le susurraba cosas horribles por las noches mientras dormía.
También se menciona que el propio Edward buscó que le extirparan el rostro pero los doctores de la época se negaron a hacerlo debido a que la operación tendría resultados fatales.
Finalmente, el joven atormentado optó por suicidarse a temprana edad, alrededor de los 23 años, colgándose de un balcón. Aunque se menciona que fueron las voces en su cabeza las que lo llevaron a tomar la terrible decisión, muy probablemente habría sido la consecuencia de una profunda depresión fomentada por el bullying al que estuvo sometido desde que nació.
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LA VERDAD
Independientemente de si la historia de Edward sea cierta, lo más probable es que este hombre haya sufrido lo que en medicina se conoce como Diprosopia o duplicación craneofacial.
Esta es una extraña malformación que consiste en la duplicación congénita del notocorda, una estructura embrionaria común en todos los vertebrados cuya doblez provoca la generación de dos crestas nerviosas que a su vez generan dos estructuras craneofaciales distintas.
Esta malformación no debe confundirse con los siameses, ya que no es debida a la fusión o separación incompleta de dos embriones, sino que es el resultado de una anormalidad en una proteína que marca el patrón craneofacial normal.
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Dependiendo del nivel de alteración congénita de esta proteína, conocida como SHH, el individuo puede tener hasta cuatro orejas, cuatro ojos y dos labios separados.
La SHH y su gen correspondiente juegan una función importante en la señalización craneofacial durante el desarrollo embrionario, es decir, esta proteína gobierna la anchura de las características faciales, rigiendo sobre su anchura y duplicación, a menudo en una forma de imagen en espejo.
Esto ha sido demostrado en laboratorio al introducir pelotitas de la proteína SHH en embriones de pollo, resultando en el nacimiento de pollos con dos picos. Cantidades inadecuadas de esta proteína pueden provocar ciclopía o características faciales insuficientemente desarrolladas.
Con información de Lasexta, NCBI, Critical Reviews in Oral Biology & Medicine.
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