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Alfonso Benavides: “La virtualización puede fortalecer la pedagogía”
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Este año escolar es, quizás, el más átipico en lo que va del siglo debido a la crisis por el coronavirus. El ministro de Educación ya informó que todos los estudiantes tendrán que cursar lo que resta del 2020 desde sus casas, frente a una computadora, un celular, un televisor o una radio. Este escenario ha transformado por completo la manera en que se venían impartiendo clases y todos los actores involucrados se han tenido que adaptar muy rápidamente a las nuevas circunstancias.
En ese sentido, el gerente general de la editorial Norma, Alfonso Benavides, comenta cómo desde hace seis años se han venido preparando para implementar las herramientas digitales en la pedagogía y los desafíos que ello ha supuesto. Ahora más que nunca el uso del internet es esencial para que el alumnado no pierda el año y hasta las personas más resistentes se han visto obligadas a involucrarse en el mundo virtual. En lugar de miedo o rechazo, Benavides considera que esta es una oportunidad para explorar las oportunidades y beneficios que pueden ofrecer las herramientas digitales para los procesos de aprendizaje.
¿Qué ha pasado con el sector editorial de textos escolares?
La pandemia nos ha afectado muchísimo, no solamente a Norma, sino a todo el sector, sean textos escolares o no. Pero si nos enfocamos en los primeros, se trata de un negocio muy estacional, donde solamente vendes entre febrero y abril. El 90% o 95% de las ventas se realiza en esos tres meses.
¿Por qué le ha afectado tanto al sector?
La cuarentena la han dictado el 16 de marzo, cuando estábamos en plena efervescencia de ventas, entonces, al confinarnos a todos en nuestras casas y cerrar todos nuestros distribuidores, se quedó la venta a la mitad. Esto que estamos perdiendo en los dos últimos meses difícilmente vamos a poder recuperarlo, por ejemplo, a partir de junio. Yo pensaría que las editoriales van a tener una disminución de sus ventas en un 30% o 35% respecto del año pasado.
¿A qué se debe que no puedan recuperar esas ventas?
El padre de familia dirá: ya cuando estemos en junio, ¿voy a comprarle un libro a mi hijo para que acabe las clases? Y peor aún cuando se estima que un 41% de personas se ha quedado sin trabajo y su principal preocupación es la alimentación y la salud. Comprar un libro escolar no va a ser algo prioritario, de ninguna manera.
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Incluso hay problemas para pagar los colegios.
Se está diciendo que no tienen dinero para pagar las pensiones de los colegios, los padres cuestionan que se haya descontado solo entre un 20% ó 30%, piden que sea un 50% o más de la pensión. Pero eso es inviable porque un colegio destina un 60% de su presupuesto en los salarios de sus maestros. ¿Cómo les van a pagar? Hay alrededor de 1,500 colegios que han tenido que cerrar y hay otros 3,000 colegios que podrían correr la misma suerte en el corto plazo.
¿Qué alternativa se están planteando desde su sector para afrontar esta crisis?
Nosotros tenemos un sistema de gestión del aprendizaje. Es una plataforma virtual donde les damos a los maestros y a los alumnos herramientas y material educativo. Para los primeros les ayudamos a dictar sus clases a distancia de manera interactiva y para los estudiantes les ayudamos a acceder a información útil para sus cursos. Los padres también pueden entrar para monitorear el avance y el rendimiento de sus hijos.
¿Qué tanta aceptación ha tenido esta propuesta?
Antes de la pandemia la habíamos colocado en más de 100 colegios, para profesores y alumnos; y en otros 26 colegios, solo para profesores para que puedan experimentar porque no todos los maestros son muy tecnológicos.
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¿Desde cuándo se identificaron estas oportunidades que la tecnología puede ofrecer a la educación?
Nosotros tenemos esta plataforma hace seis años y nos cuesta entrar a los colegios porque no están acostumbrados y no tienen equipamiento, que es lo más importante. En muchos casos cuentan con solo un laboratorio de cómputo para 600 alumnos.
¿Qué ventajas tiene usar herramientas virtuales?
Les facilita la comprensión a los estudiantes porque hacen que mantengan la atención más fácilmente. Los profesores por mucho tiempo han sido transmisores de conocimiento. Se paraban 45 minutos frente a un salón, hablaban y uno tenía que tomar notas. Ahora hay que ver al profesor como un facilitador de conocimientos. Por otro lado, se hace más autónomos a los chicos porque desarrollan el autoaprendizaje para formar personas autosuficientes, capaces de resolver problemas de la vida real.
¿Cómo influyen las clases online en el aprendizaje?
Puede afectar el aprendizaje si es que los profesores no están preparados ni capacitados para el uso de la tecnología, pero puede fortalecerlo si es que se lleva un buen manejo y control de todas las actividades que realizan con sus estudiantes en la medida que puede tener una retroalimentación de su trabajo, hacerle seguimiento a cada uno de los alumnos, reunirse con los padres de manera virtual. La virtualización puede fortalecer el ejercicio de la pedagogía.
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Pero también hay competencias que no se pueden lograr si cada alumno estudia desde su casa.
Esperemos que esta situación sea algo excepcional, el ministro de Educación ha dicho que va hasta fin de año porque, por ejemplo, los niños más pequeños que van a un nido, donde juegan con sus compañeros, cantan, saltan, corren, ahora están confinados entre cuatro paredes. Los padres tienen que hacer teletrabajo y a la vez estar pendientes de sus hijos. Ojalá que esto se pueda resolver lo más pronto posible porque está afectando a todo el alumnado.
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