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Arturo Pérez-Reverte: “las heridas de la guerra interna de un país sí pueden cicatrizar”
Arturo Pérez-Reverte | El autor español contó que su nueva novela “Línea de Fuego” recoge aspectos comunes de la vida diaria durante la guerra civil. Muestra los estragos del hambre y hasta lo terrible que fueron los piojos que infestaban sus ropas debido al hacinamiento y la falta de higiene. La violencia y el miedo también son abordados a lo largo de las páginas
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El escritor y académico Arturo Pérez-Reverte presentó su nueva novela “Línea de Fuego”, cuya trama se desarrolla en el contexto de la Guerra Civil española. En una conferencia de prensa virtual, el literato explicó las decisiones que tomó para el desarrollo de esta obra y reflexionó sobre los conflictos internos.
“Las heridas de una guerra interna en un país sí se pueden cicatrizar, siempre y cuando existan los bálsamos que lo permitan. Se necesita cultura, educación, libros, padres sabios, profesores sabios, amigos sabios. Si uno tiene todo eso, es más llevadero. Hasta es posible aprender de las heridas”, mencionó.
Según detalla su sello editorial Alfaguara, “Línea de fuego” es una novela de guerra narrada desde el frente. “Arturo Pérez-Reverte, que durante años fue corresponsal en distintos conflictos bélicos, cuenta como nadie hasta hoy lo ha hecho cómo combatieron los nacionales y los republicanos en el Ebro”, explican.
A lo largo de la novela, Pérez-Reverte describe al detalle las armas que emplearon, los efectos de artillería y los pormenores sicológicos del fuego cruzado.
“Me interesa que el lector vea de lo que es capaz un ser humano. Que vea la crueldad. Que se entere de lo que es capaz de hacer una persona. No solo se trata de cosas hermosas. Se trata también de cosas terribles”, indicó el autor.
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El escritor aseguró que para escribir este libro tomó distancia de todo prejuicio ideológico. Aclaró que ha tratado de ver el conflicto desde ambos bandos (los nacionales y los republicanos).
“Ante todo, soy un tipo que cuenta historias. He tenido una ventaja para hacer esta novela: tengo fuentes que son muy importantes. A mí me contaron la guerra. Tengo parientes y amigos que son testigos”, explicó.
El autor también recurrió a fuentes documentales como partes de guerra, informes militares, entre otros.
“Muchas veces se utiliza la memoria como una herramienta política. Es una memora contaminada usada por aquellos que cuentan solo lo que quieren contar. Esta perversión se ve en todos los países del mundo. La memoria manipulada es peligrosa”, agregó.
El autor también contó que la novela recoge aspectos comunes de la vida diaria durante la guerra. Muestra los estragos del hambre y hasta lo terrible que fueron los piojos que infestaban las ropas debido al hacinamiento y la falta de higiene. La violencia y el miedo también son abordados a lo largo de las páginas.
“Un novelista no tiene ninguna obligación moral. No es inmoral, pero sí amoral. Yo no escribo novelas para hacer mejor el mundo. Un novelista puede escribir como quiere. Hay que distinguir cuando se trata de una novela y de un libro de historia”, afirmó.
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