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Carlos Carlín y su relación con el Perú [ENTREVISTA]
Recibirá las Fiestas Patrias actuando en un teatro. Pero antes nos cuenta cómo ha sido su relación con los símbolos patrios. Perú21 entrevistó a Carlos Carlín.
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¿Patacláun podría ser un símbolo patrio de la comedia peruana? Me mira como desconfiando de mi pregunta. Pero luego acepta que hay quienes lo han visto de niños, adolescentes, con la enamorada, con la esposa y ahora con los hijos. Han pasado 25 años después del estreno de la popular serie en televisión. “Es un símbolo de los buenos recuerdos, como el olor a panetón. Es sensorial, emotivo, no es impuesto”, me dice Carlos Carlín en la previa de las Fiestas Patrias.
Johanna San Miguel fue parte de aquellos años maravillosos para la comedia peruana y ahora se reencuentra en los escenarios con Carlín, luego de 12 años. “Tenemos una química especial. Somos un matrimonio (de la actuación)”, me dice en un café miraflorino. El show que los vuelve a unir es Hasta que la tele nos separe, que tendrá doble función el 28, 29 y 30 de julio y una función el 31. Teatro Peruano Japonés, Av. Gregorio Escobedo 803, Jesús María. Entradas en Teleticket.
Estaba loco por salir en la televisión. “Tenía bozo, era un chibolo con bigote”, así describe sus 14 años. De pronto, lo llamaron para grabar el Himno Nacional; una secuencia que daría inicio a la programación de Panamericana TV. La cita era en la Plaza de la Bandera. Tenía que ser parte de un grupo de personas que cantaba el himno. “Para mí era un logro”, dice pese a que no iba a cobrar. Llegó el día y para hacerse notar ante las cámaras, parado sobre una especie de rampa, Carlos Carlín se empinó entre la multitud. Pero resbaló mientras tarareaba el himno. No recuerda si se emitió el comercial. Pero fue casi su debut en la televisión, después de tener una aparición, también accidentada, en Hola Yola.
-¿Cuál es tu recuerdo más lejano del Himno Nacional?
Al comenzar y terminar la programación de televisión.
-¿Eso te producía alguna sensación?
Sensación militar, eran fines de los 70. Y después, por supuesto, a las 8 de la mañana en la formación del colegio vestido con mi uniforme color rata. Años más tarde, llegué a comprender el Himno Nacional desde su letra y bien hecho que cambiaron el “largo tiempo el peruano oprimido, la ominosa cadena arrastró”.
-Y se incluyó “el Dios de Jacob”...
Que nadie sabe quién es.
-¿Se debería actualizar la letra?
No pues, tampoco te pases. Para que la haga quién..., Gian Marco, encárgate de hacerla... No. Dejemos el himno como está y, más bien, aprendamos a querer a nuestro país como es.
-¿Hubo alguna primera vez que cantaste el himno con cierto sentido de identidad?
Creo que cuando fui al partido de fútbol en que la ‘Foquita’ (Farfán) metió el gol y pasamos al Mundial. Esa vez me invitaron al Estadio Nacional. Y claro, canté con emoción, porque además toda la gente estaba emocionada. Primera vez que cantaba el himno en un estadio. Y después he tenido una relación muy complicada con los símbolos patrios. Recuerdo que de cuarto a quinto de media, llevé la bandera en una ceremonia. Lo había ensayado, porque yo no sé cuál es la derecha ni cuál es la izquierda. Entonces, ensayé dónde tenía que quedarme. Comenzó la ceremonia y escucho que un directivo del colegio dice: “Ahora vamos a ver el desfile marcial de la escolta”. No tenía idea de qué hacer, porque eso no me había aprendido. Y dije: “Rompan filas”, y mis compañeros se fueron y yo comencé a correr con la bandera, arrastrándola, para esconderme.
-A lo Forrest Gump...
Los profesores se agarraban la cabeza como diciendo “¿qué has hecho?”. Salí del colegio en medio de las risas, los gritos y no paré de correr hasta la playa.
-¿Por qué?
Para enterrarme en la arena. Corrí, corrí y corrí de la vergüenza. Gracias a Dios era el último día de clases. Regresé ya en quinto de media.
-¿Tal vez se tiene una relación muy formal, acartonada con los símbolos patrios?
Falta una relación de identidad con tu país y con los símbolos. Tal vez el fútbol ha ayudado a que el rojo y blanco tenga un valor, un nivel de orgullo y de identidad. Los símbolos patrios eran más que nada una imposición. Pero creo que la cosa está mejor porque también ha habido campañas desde la moda, que han ayudado a acercar el símbolo al ciudadano.
-¿Qué es ser peruano?
A veces es un dolor. Pero cuando recordamos a la gente que tenemos y a nuestra familia o la riqueza en geografía y cultura, sí te hace sentir mucho orgullo.
-Hoy toca celebrar el aniversario patrio en medio de varias crisis. ¿Qué hacer?
Ahí es cuando el país duele, no por la mayoría de peruanos sino por los políticos que ponemos, un presidente que es un garabato, el Congreso que no ayuda.
-Sin embargo, recibirás las fiestas en un escenario, lo que supongo es una alegría.
Sí. Es poder alegrar a la gente. Pero las paradas militares son algo que jamás me han dado ni una pizca de satisfacción. Sí me hubiese encantado ver pasacalles de las miles de danzas que tenemos y mostrar cultura. ¿Pero tanques desfilando? Aplaudir a un tanque me parece de locos.
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AUTOFICHA:
-“Soy Carlos Alberto Carlín Salazar. Tengo 51 años. Nací en Lima, el 15 de abril del 71. Yo me siento un ochentero, mi cabeza es vintage, soy retro. Me gustan las series antiguas, Baretta, Los Monster, Hechizada, Mi bella genio, Las calles de San Francisco, Kojak, Los Picapiedra”.
-“Probablemente, he hecho unas 80 obras de teatro, exactamente no lo sé. Y cine también he hecho bastante. Actualmente, tengo mi canal de YouTube que se llama Carlos Carlín OF: entran, se suscriben, le dan click a la campana y comentan. Estoy contento con eso”.
-“Hay propuestas de cine, aunque no de televisión; y ahora volver con Johanna, y vamos a retomar la gira de Hasta que la tele nos separe, luego de terminar en el Peruano Japonés, se vienen varias ciudades. Y estoy pensando en contenido para mi canal de YouTube, estoy bien entretenido con eso”.
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