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Cherman: “La vida no te prepara para ver a tus padres ni familiares partir”
Este sábado presenta la obra ‘Kolekción Bicentenario: el gran legado literario’ (Revuelta Editores) en la Feria del Libro. Perú21 entrevistó al artista gráfico Cherman.
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El barrio se pasó la voz que Augusto Germán Quino Ganoza dibujaba. No había Internet, solo las láminas Huascarán, que las usaba para replicar las figuras de los héroes de la patria.
Quien no conseguía la lámina y tenía que entregar la tarea el lunes, un domingo cualquiera en la noche subía al piso 16 de uno de los edificios de la Residencial San Felipe a buscarlo para que le dibujara al personaje de turno, un Miguel Grau o un Bolognesi.
Augusto Germán, con 6 años de edad, recibía a sus clientes a quienes no les cobraba nada. Lo esperaban y él tardaba unos 30 minutos en hacer el retrato. Casi no respiraba al dibujar, entraba en una burbuja.
“El día que se publique la verdadera historia de cómo he llegado donde he llegado, se sabrá que más del 80% de cosas que he hecho han sido de manera gratuita”, me dice Augusto Germán Quino Ganoza, el popular Cherman, quien este sábado será parte de la presentación de Kolekción Bicentenario: el gran legado literario (Revuelta Editores), obra que reúne a escritores peruanos históricos, desde Manuel Gonzales Prada hasta César Vallejo, colección que ha sido ilustrada por Cherman. Ese día estará regalando pósters. La cita es a las 5 p.m. en el auditorio José María Arguedas de la FIL Lima. También participarán Jorge Coaguila y Marcel Velázquez.
Pero quisiste ser futbolista. ¿Qué pasó?
Mi primera visa a los Estados Unidos la saqué a los 19 años para jugar un campeonato en Miami junto con Cubillas. En todos los barrios había peloteros y tuvimos la suerte de que conocíamos al sobrino de Cubillas y se hizo un equipo de chibolos que comenzó a ganar a medio mundo. Ese equipo de la Residencial San Felipe, gracias a Cubillas, comenzó a participar en campeonatos internacionales, hasta que se dio la oportunidad de que una Sub-19 vaya a Estados Unidos, fue un milagro del ‘Nene’. Y fue como la película Escape a la victoria, porque en esa época ya había fuga masiva.
¿Fuiste para quedarte?
Mi plan no era quedarme. Mi cumpleaños fue un día antes de viajar. Viajé con tres jeans, cinco calzoncillos y mi ropa de deporte. No sabía qué iba a pasar. Uno veía cómo los amigos del barrio se iban. A mi viejo le dije “voy a viajar a Miami”. Yo en esa época era una lacra, no estaba en la universidad, jugaba fútbol en la segunda, iba a la playa y siempre dibujaba. Pero en el colegio tenía una instrucción cultural increíble.
Pero te fuiste.
La aventura fue locaza. Perdimos en la final por penales. Lo poco que tenía me lo iba a gastar y volvía a Lima, pero mi mejor amigo me dijo que vayamos a ver a otro amigo, Bruno, que estaba en Los Ángeles y aprovechamos la visa de seis meses. Lo miré y lo llamó a Bruno. Y nos fuimos cruzando Estados Unidos tres días y medio, de Miami a Los Ángeles. Me quedé en EE.UU. como un año.
¿Y qué le decías a tu padre?
Yo ya estaba echado a mi suerte. Incluso, pensé irme a la Guerra del Golfo (ríe). Yo quería hacer el servicio militar en Lima, porque pensaba que podía enfrentar varios miedos ingresando al ejército. Me conseguí una Green Card falsa, conseguí brevete y jugaba pelota como loco todos los días. Hasta que mi viejo me llama: “Oye, huevón, por si acaso tengo planeado ir a Miami con tu abuela de tal día a tal día y si no vienes a Miami, es probable que ya no vuelvas a ver a tu abuela”. Y viajé a Miami. Pero cuál era la otra ‘palta’, que yo estaba templadazo de una flaca en Lima. Me había ido a EE.UU. recontra templado.
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¿Qué te dijo tu padre en Miami?
Mi viejo había sacado adelante a la familia después de que falleció mi tío. Mi abuela había sido sirvienta dieciocho años, mi tío que murió la sacó de ahí y mi padre continuó ese trabajo hasta comprar una casa y tener a toda la familia bien. Mi viejo me dijo “vamos a Lima y trabajas conmigo”. Y huasca llamé a la flaca y le pregunté si ella estaba en la misma situación, y me dijo que estaba esperándome, toda una historia de amor. Y volví. Pero en Lima me dediqué al underground y como la flaca era una profesional, se fue a Miami (risas).
Después de esa experiencia en Miami y hoy que tienes a tus padres en la etapa de la enfermedad producto de la edad, estuvo bien que hayas vuelto al Perú, ¿no?
La primera visa la conseguí a los 19 y la segunda visa a los 49. ¿Por qué? Por mi última exposición grande en el ICPNA me invitan a dar una charla en Harvard. Yo ya tenía todo para hacerla entre Boston y Miami, y me vine a Lima a cerrar la última tienda en la que había invertido. Y me agarró la pandemia. Pero no me arrepiento de nada. Lo que estoy viviendo con mi madre y mi padre sigue siendo lecciones para toda la vida. Y la infancia que mi familia me ha dado es el sostén de mi vida.
¿Hoy eres más hijo que nunca?
Uno tiene que esperar a perder algo para valorarlo… La vida no te prepara para ver a tus padres ni familiares partir. Y además, estoy en una etapa generacional donde no hay día que parta el padre o la madre de gente que está en los 40 años hasta los 50 años.
Pero tienes el espíritu de niño.
Lo más valioso que me han dado mis padres es la infancia. Y mi infancia ha sido tan buena… Si bien penosamente no he tenido hijos hasta ahora, no pierdo la esperanza, es mi gran sueño.
Quieres tener hijos.
Claro. Pero ahorita mi prioridad son mis viejos.
Mientras realizábamos esta entrevista, el padre de Cherman partía a otro plano. Se enteró al finalizar nuestro encuentro.
AUTOFICHA:
-“Mi nombre principal es Cherman y mi nombre de DNI es Augusto Germán Quino Ganoza. Soy del 23 de diciembre de 1969, tengo 54 años. Nací donde mi padre está postrado, en el Hospital Rebagliati. Estoy en Instagram (@chermanoriginal) y en WhatsApp (917 900 972)”.
-“Lo bueno de parecerme mucho a mi viejo es que mi escuela es la universidad de la vida, especialista en ‘nimierdología’, pero por mi pasión con el arte gráfico y la iconografía, lo que no he gastado en un departamento lo he invertido en una biblioteca”.
-“Hay gente que me dice que debería hacer otras cosas, que debería reinventarme, pero nadie se imagina la cantidad de arte inédito que tengo. Existe la expectativa de lograr hacer una gran exposición en México. También debo retomar el tema de hacer un libro. Soy investigador compulsivo”.
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