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Cindy Díaz, actriz: “Quizás la actuación de cine busca mucha más naturalidad”
Su primer protagónico fue en España. Llegó a una telenovela en Colombia. Y hoy brilla en Chile con Análogos, cinta de Jorge Olguín, pionero del cine fantástico en ese país, que se estrenará en 2024. Perú21 entrevistó a la peruana Cindy Díaz.
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Tengo la impresión de que Cindy Díaz tiene el arrojo y seguridad de Manuela Sáenz, una de las luchadoras por la independencia. Uno de los papeles que le tocó interpretar, en su ascendente carrera, en la serie El último bastión. Escucha mi hipótesis y sonríe con aparente timidez. Admite que tal vez por el carácter y me cuenta una historia.
Iba en un taxi y el chofer la reconoció por alguno de sus personajes de la televisión. Quizás el de Al fondo hay sitio. Le dijo que tenía miedo por su hijo, pues había decidido ser actor. El taxista había escuchado que para brillar en la actuación se necesitan contactos, que no ganará muy bien porque no todos llegan a ser protagonistas y que el Perú recién comienza a generar una industria. Cindy le dijo que todo era verdad. “Pero también le dije que las personas logran lo que se proponen cuando están convencidas”, me dice. Puede ser una respuesta cliché, pero Cindy Díaz lo ha logrado así. Empezó su carrera como actriz y su primer protagónico fue en una película en España, luego de competir en un casting que se hizo en varios países de Latinoamérica.
Hasta que llegó el día de presentar Rosa Chumbe en el festival de Cine de Valparaíso. Su trabajo gustó. Tuvo tres ofertas y una de ellas, de Jorge Olguín, pionero del cine fantástico en Chile. El filme a grabar era Análogos, que será el primer estreno chileno en 2024 y que ya ganó el Premio del Jurado en CURTAS 51.° Festival Internacional de Cine Fantástico de Vilagarcía de Arousa en Galicia, de los certámenes más importantes de cine fantástico en España.
“Cada vez que salgo del Perú, ya no soy Cindy Díaz, soy la peruana”, me dice y ríe. Machu Picchu, el cebiche y Cindy Díaz.
Dices que tienes talento natural para el cine. ¿Cómo así?
En muchas películas los directores van a los lugares y encuentran talento natural a través de un casting. Yo iba a castings y me decían que actuaba muy natural. Y un director me dijo que yo debería hacer cine; y era justo lo que quería. “Estás perfecta para cine”, me dijo. Y comencé haciendo cine. Quizás la actuación de cine busca mucha más naturalidad, más verdad, la cámara está frente a ti. En cambio, para el teatro hay una preparación.
Hay actores de cine que les dicen que están actuando para teatro.
Justamente, porque hace falta mayores espacios de aprendizaje de actuación para cámara. En mi caso, por ejemplo, yo hacía cine y después iba a mis clases de actuación y me decían que me faltaba presencia, energía, dicción, proyección, me faltaba todo (risas). Me iba bien en cine, pero en teatro recién estaba aprendiendo.
¿Hacer tu primer protagónico de la vida en España dice mucho de que lo tuyo está fuera del Perú?
Siempre fue mi sueño trabajar internacionalmente. Y luego busqué la oportunidad en Colombia, y se dio en una telenovela. Y ahora en Chile. Me gustaría seguir con mi carrera internacional.
Análogos propone que tal vez se acerca el fin por la llegada de un cometa… Pero cada vez la realidad se encarga de acortar su distancia con la ciencia ficción.
Y lo tenemos muy cercano porque nos golpeó fuerte la pandemia. Y creo que esa situación inspiró mucho la película. Mi personaje es una migrante peruana que trabaja en una bodega; y conoce a dos personajes y decide ayudarlos, dos adultos mayores encerrados en una casa siendo vulnerables frente a este cometa. En la película no se sabe lo que pasará en el mundo. Y ambos universos vulnerables se encuentran… Pero ya no puedo ‘spoilear’ más.
¿Hay mucha distancia entre los niveles de producción de Chile y Perú?
La diferencia es que ellos tienen dos Oscar (ríe). Y tienen directores como Pablo Larraín que ha continuado una carrera internacional, ya trabajando con estrellas de Hollywood. Chile exporta ficción, documental, cortometraje. Pero, finalmente, seguimos siendo Latinoamérica, y Chile todavía está buscando posicionarse fuerte.
¿Te perfilas por el cine de autor?
Después de Rosa Chume he filmado cinco películas más. El primer estreno es esta película chilena, luego se me viene un protagónico que lo hicimos en Iquitos en coproducción con España y Argentina. Y te puedo decir que toda mi carrera ha sido cine de autor. Hace poco filmé Amor erizo, mi primera comedia, pero sigue siendo cine de autor. Sí me gustaría tener en mi carrera una película taquillera, porque te acerca mucho al público. Cuando la gente me reconoce me dice: “Ay, eres de la novela tal”… Y yo entre risas a quien esté al lado le digo: “Qué importa que vaya a estrenar a Chile o haya estado en España. Yo soy ese personaje (de la novela)” (risas). Pero no es nada fácil entrar a un mercado internacional y que te den un protagónico. Y también soy consciente de que quizás ese camino no te hace tan popular en tu tierra.
Pero te puede convertir en una actriz de culto.
En ese camino estoy (ríe). Pero me gustaría acercarme al público y que digan: “Mira, ha hecho más películas”.
A propósito de películas de culto, Kinra acaba de ganar el máximo premio en el Festival de Cine de Mar del Plata. La producción regional está en gran momento.
Sí. Yo el próximo año estreno mi película regional: La niña del azúcar, de Javier Velásquez, producida por Dorian Fernández, coproducida con España y Argentina.
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Volvamos a Análogos. ¿Tu papel de migrante aborda el rechazo?
No, todo lo contrario. Creo que será bien bonito y ojalá se vea esta película en Perú. Es que no puedo decirlo porque es el secreto de la película. Pero sí, mi personaje vive la inseguridad. Creo que abordé mi personaje partiendo del migrante que busca y que viaja por su familia para mejorar la situación económica. Estar sola en otro país te hace vulnerable. Pero solo el hecho de salir de tu país, te habla de un espíritu valiente.
¿Por qué te hiciste actriz?
Para contar historias, soy buena contando historias. El arte del actor es hacerte vivir la historia que cuento, llevarte por una experiencia que quizás no vas a vivir; la estoy viviendo por ti y te la paso a través de una interpretación, y se queda contigo. Así ampliamos nuestra mirada y entendemos la historia no de una manera lineal; entender a las personas con lo bueno, malo y contradicciones.
Dices que cuando te llega una oportunidad, tienes que darlo todo. ¿Cuál fue esa oportunidad?
El casting de Contracorriente, mi primera película, lo hice con el colombiano Manolo Cardona y el boliviano Christian Mercado. Era lo primero que hacía y no me puse nerviosa para nada. Todo lo contrario. Dije “esta es mi oportunidad de demostrar que también puedo actuar”, es el momento para demostrar de qué estás hecho. Siempre lo he dado todo. Por eso, cuando viajo internacionalmente, no soy Cindy Díaz, soy la peruana. Oportunidad que llega a ti, es para darlo todo y que se siga hablando bien de tu trabajo.
AUTOFICHA:
-“Soy Cindy Stefhanie Yaniré Díaz Vizconde. Mi segundo apellido tiene origen italiano, mi bisabuela era de Huancayo y cuando llegó a Lima se enamoró de un descendiente italiano. Y a su vez, mi abuelo se enamoró de una descendiente de japoneses”.
-“Mi abuelo paterno, de Cajamarca, familia de Cerro de Pasco; tengo de todo, hay diversidad. Yo nací en el Callao y viví en Lima. Tengo 35 años. Estudié Artes Escénicas en la Universidad Católica. En el colegio fui líder, creían que iba para política”.
-“Pero yo desde el colegio quería ser actriz. Soy embajadora de la ONG Plan Perú que trabaja con niñas líderes de distintas regiones. Una vez al año las conozco, les hago un pequeño taller de actuación, porque es importante que se acerquen al arte”.
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