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Cristhian Esquivel: “Túpac Amaru fue el líder que buscó el cambio”
Cristhian Esquivel es parte de la nueva serie de Latina, ‘Los otros libertadores’. Entrevistamos al actor norteño, que hizo su carrera en España, desde principio de siglo, y que ahora debutará en la televisión peruana.
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Ese día fue a almorzar menú al restaurante contiguo al banco donde trabajaba. Había estudiado Ingeniería de Sistemas y su labor era dar préstamos a los clientes del banco. “Mi trabajo era endeudarlos”, aclara. De pronto, dejó el plato de comida y alzó la mirada hacia el televisor. El primer actor peruano Alberto Isola estaba en primer plano. “Si quieres ser actor y tienes entre 18 y 25 años, esta es tu oportunidad”, anunciaba. Cristhian tomó nota. Solo aguantó cuatro meses en el banco aquel año 1998.
Asistió al casting de la televisora de la avenida San Felipe. Entre 3 mil postulantes, pasó a un segundo casting de 800 y, finalmente, quedó entre los 16 elegidos. Estuvo dos años pero nunca apareció en la pantalla chica peruana. Más de dos décadas después, vuelve a la misma televisora, hoy Latina. Cristhian Esquivel será Túpac Amaru II en la serie Los otros libertadores, su esperado debut en la televisión peruana. Producción que se estrenará el 28 de julio, el día en que el Perú conmemore 200 años de independencia.
“Le sacarán los sueños y los ojos, / Querrán descuartizarlo grito a grito. / Lo escupirán. / Y a golpes de matanza lo clavarán: / …Y no podrán matarlo!”, escribió el poeta Alejandro Romualdo sobre la figura de Túpac Amaru II, de cuya muerte se conmemorará 240 años este 18 de mayo. El actor norteño, que ha hecho su carrera en España, viajará al Cusco para ser parte de una peregrinación. Será Túpac Amaru II y volverá sobre sus pasos, acompañado del canto coral del poeta.
-¿Por qué dejas el Perú?
Luego de pasar por la experiencia de Latina, me enteré de un casting para un documental de la BBC. Hice el casting y me eligieron. Fue mi primer trabajo como actor, me pagaron un montón. Yo decía “madre mía, qué es esto”. Volví, hice un casting de ‘Fico’ García, el director cusqueño que hizo Túpac Amaru; era una película coproducción con España, El forastero, y el productor fue Miguel Bosé. También me eligieron y ahí empieza mi andadura a España.
-Y no vuelves en casi 20 años.
Nos llevaron para el estreno en España, y yo dije: “Pucha, de aquí no me muevo”. Me fui el 2000 y regresé al Perú en 2018. Pero volvía cada año, aunque me establecí en España y sigo yendo, dependiendo de las oportunidades. Ya tengo nacionalidad española. Acabo de hacer un casting y si sale, estaría viajando en junio.
-A tu llegada a España, trabajas en una producción de Almodóvar.
Pasó el estreno, prensa, me ofrecieron proyectos en la embajada y decidí no volver al Perú. De una semana para otra, ya tenía ofrecimientos para posibles trabajos, una casa y decidí quedarme. Hice publicidad y surgió la serie de Almodóvar, Mujeres. Y esa serie se ha convertido en una producción de culto. Es la única serie de televisión que hizo Almodóvar. Hubo una gran fiesta privada con él, porque justo estaba grabando una película. Era una cosa apoteósica, que yo decía: “Cómo es... qué increíble todo esto”. Estaba en mi pueblito, Casa Grande, soñando con ser artista y años después, estaba ahí compartiendo codo a codo con gente importante. Por eso siempre he valorado la posibilidad de lograrlo, puede ser posible que los sueños se cumplan.
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-Tienes una buena estrella.
Hay algo. No sé. Pero también es verdad que cuando hago un casting voy caracterizado, pese a que no lo pidan.
-Eres el aplicado del salón.
Siempre he sido así. Tienes que luchar con uñas y dientes.
-¿Fue así con Túpac Amaru?
Yo ya venía armando un proyecto sobre él para teatro, como lo he hecho con Vallejo y La Perricholi. Y en eso, mira cómo es, llega esta propuesta de la serie. Era una conexión del universo. Túpac Amaru fue una energía que sacudió a todo un imperio. Si no me daban el personaje, no habría tenido una vida normal después, porque yo anhelaba ser Túpac Amaru.
-Bueno, seguro si no te llamaban, igual montabas la obra.
Yo soy de accionar, no soy de esperar a que me llamen. Si un hombre construyó un cohete para llegar a la Luna, uno como artista tiene también la capacidad para contar una historia.
-Eres una suerte de ‘emprendedor’.
No hay opción para esperar. El arte se puede generar desde tu cuartito. Esperar es injusto. Lo que se debe hacer es actuar. Volví al Perú trayendo la propuesta de La Perricholi y terminé como director cultural del Centro Español del Perú. En España, con tres compañeros, fundamos la productora Quechua Films, donde distribuimos películas, las producimos. Somos los distribuidores mundiales de Wiñaypacha. Es que no hay tiempo para llorar sobre la leche derramada. Por ejemplo, solo de Túpac Amaru se puede hacer una serie, podría ser nuestro Juego de tronos peruano. Fue la revolución indígena más importante del continente americano.
-¿Te pareces en algo a él?
Túpac Amaru era un curaca, administraba tres pueblos, era un hombre muy generoso y bondadoso, muy abocado a su gente. Hasta cierto punto decía “viva el rey”, pero estaba en contra del mal gobierno. No le hicieron caso y decide tomar las armas. Pese a arriesgar su vida y la de su familia, se enfrentaba al poder de turno; y soy un poco así, no me gusta vivir en medio de la injusticia.
-¿Qué nos dice su historia para entender lo que vivimos hoy?
Lo que, lamentablemente, pasa siempre es la traición. Nos aseguran que habrá cambios y, cuando están dentro del poder, no pasa nada porque son unos vividores. Túpac Amaru estuvo a punto de tomar Cusco y vencer, pero surgieron traidores. La historia nos muestra que se sigue manteniendo la traición al pueblo. Hay rabia, impotencia, dolor, porque, siendo el país que somos, seguimos en un país donde el rico es más rico y el pobre es más pobre por los gobiernos que hemos tenido, que son los traidores de la patria.
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-¿Es cierto que tuviste que invocar a Túpac Amaru?
Creo mucho en la energía. Es como pensar en hacer el bien, actuar con la verdad. Túpac Amaru fue nuestro gran líder que se enfrentó y buscó el cambio. Invocarlo es una forma de solicitar esa energía que tuvo.
-¿Tienes un ritual?
Cuando me dijeron que sería Túpac Amaru, pregunté quién sería Micaela y mis hijos. Los llamé, fui a verlos. Necesitaba tener ese contacto, verlos, sentirlos, decirles que seré su papá. Ahí empieza el proceso creativo, que tiene que ser interiorizado y sentido. Es coger la piel del personaje, cómo caminará, su energía, su aura.
-Es un acto religioso.
Es un ritual. El maestro Coco Chiarella decía que “el personaje posee al actor”, el actor le presta su cuerpo, su voz, su mirada, su alma.
-Dices que este es el papel más importante de tu carrera. ¿Por qué?
Por todo lo que se vive. Por la pandemia, por la coyuntura política. El hecho de que el sector artístico esté así. En toda esta vorágine surge la idea de contar esta historia, de los otros libertadores, de los verdaderos libertadores.
AUTOFICHA:
- “Soy Cristhian Esquivel Palomino. Tengo 44 años. Nací en el distrito de Casa Grande, provincia de Ascope, en La Libertad. Acabé el colegio y estudié Ingeniería de Sistema, pero no saqué el título ni tampoco soy bachiller, ahí me quedé”.
- “He participado en unas diez series con personajes secundarios y unas 15 películas. Los otros libertadores es la primera que hago en televisión. Volví al Perú por una cuestión laboral. He producido una serie que está en proceso de venta, se llama Dad, ya está lista”.
- “Lo que pasará con Los otros libertadores será algo apoteósico, que nos permitirá estar en el ojo de las series. El trabajo de mis compañeros es maravilloso y estoy convencido de que eso se transmitirá en la serie, va a calar mucho. Y también estoy en un nuevo papel, como padre, tengo un hijo de dos años”.
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