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Dalia Aguilar, cantautora: “Nací escuchando cumbia, pero no quiero ser la copia”
Nació en Ayabaca, tierra de la cumbia sanjuanera, aquella que han popularizado grupos como Corazón Serrano. Luego de su paso por varias orquestas norteñas, ahora camina en solitario como Dalia Aguilar y sus Ojitos Hechiceros. La entrevistamos.
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Paimas está poblada de naturaleza, rodeada de cerros, entre cultivos de arroz, es calurosa y por sus tierras cruza el río Quiroz. En sus entrañas nació Dalia Aguilar. A dos horas en auto de Piura. En el distrito que es parte de Ayabaca, en la sierra de esta región costera. Provincia que también vio nacer a Corazón Serrano. Geografías de la popular cumbia sanjuanera.
Son nueve hermanos. En una cama dormían tres mujeres y en la otra, los gemelos. Los otros cuatro hermanos ya no vivían en Paimas. Y, finalmente, Dalia se quedó sola luego de que sus hermanas se escaparon detrás del amor. Ella no se escapó, pero sí dejó su casa y migró a Lima, desde donde hoy hace realidad su carrera solista como Dalia Aguilar y sus Ojitos Hechiceros, y lo hace como cantante y compositora.
Que empiecen los carnavales, que suene la cumbia sanjuanera.
Entiendo que creciste con la cumbia.
Yo nací escuchando cumbia. A mi papá y a mi mamá les encanta la cumbia sanjuanera. Y así terminé entrando al grupo Deleites Andinos, muy conocido en el norte, era el grupo boom de la cumbia sanjuanera.
Me cuentas que tus hermanas se escaparon por amor. ¿Has sido la hija buena de la familia?
No me escapé. Es que me gusta ser una persona clara, incluso conmigo misma. Entonces, yo tenía un enamoradito y yo decía: “Si un chico me quiere, tengo que decirle a mi mamá”. Para que mis papás tengan más confianza. Y yo todavía estaba en cuarto de secundaria. Pero cuando mi mamá le contó a mi papá él dijo: “Mañana Dalia se va a la chacra. Que vea bien, si no para ya no darle estudio”. Y yo solo les estaba contando para que tengan confianza. Me asusté. Pensaron que yo me iba a ir (risas). Pero sí, ya tenía en mente salir de Paimas…
¿Por qué querías salir?
Mi hermana mayor, Isabel, desde que yo tenía cinco años me traía a Lima. Paimas está bien, pero yo quería vivir en Lima. Terminé la secundaria y salí de Paimas. Isabel me dijo que me apoyaría, pero tenía que estudiar Administración y en ese entonces yo ya estaba cantando.
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Entonces, en Paimas empiezas a cantar.
En Paimas había el grupo Corazón Privado…
Los piuranos tienen algo con la palabra corazón…
(Risas). Sí, todos los grupos (se llaman así)… Pero yo ya cantaba desde el coro de la iglesia. La primera vez que canté en público fue cuando tenía 13 años, en una serenata de la Virgen Inmaculada Concepción. Me moría de nervios, se me caía el cielo.
¿Qué canción cantaste?
Una de Corazón Serrano. Y poco a poco me fui presentando en otras serenatas. Me iban pagando.
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¿Tú querías ser como las Corazón Serrano?
No. Por mi hermana Isabel escuchaba Eroz Ramazzotti y por mi hermana Ruth escuchaba la música de Shakira. Por otro hermano era la música ayacuchana. Y por mis papás la música sanjuanera. En ese momento no me visualizaba como una cantante de cumbia. Ya luego me fue gustando.
Muchas chicas de tu edad, seguro, querían ser parte de Corazón Serrano.
Sí y entre los 13 y 14 años mi tía me dijo: “Hijita, Corazón Serrano está haciendo un casting. Vamos, vamos, tenemos que ir”. Llegué al casting y había un mundo de chicas, serían más de mil. Y me pidieron una balada, una de Thalía, que ese mismo día tenía que aprenderme. Apenas la aprendí y, encima, yo estaba nerviosa. Pero no estaba preparada, no le tomé mucha importancia.
¿En qué momento eliges la cumbia?
No sé, me siento más cómoda en ese estilo, porque lo vivo. Y de todas las cumbias, me gusta la sanjuanera porque es más movidita. Pero vine a Lima y en ciertas fiestas mi hermana me decía que suba a cantar para no perder la costumbre. Y yo soy pilas y me gano la atención de la gente. Conecto rápido. Yo quería cantar, pero mi hermana me estaba pagando los estudios. Estaba entre la espada y la pared; tenía miedo de defraudarla. Pero quería cantar. Hasta que le dije a mi hermana que iría a Piura para cantar con Purito Corazón.
¿Y qué te dijo?
Que me olvide de ser su hermana (risas). Y yo estaba llorando. Mis papás también estaban molestos, no creían en mí. Y yo tampoco creía en mí (risas). Pero había tomado la decisión. Y ese año llegó el Fenómeno de El Niño a Piura y al final no hubo conciertos (risas). Pero sí llegué a componer y grabar.
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Ese es un detalle importante: compones, lo que me parece no es tan común.
Sí. Me gusta ser diferente, no quiero ser la copia, por eso le puse a mi grupo Ojitos Hechiceros, no quise usar la palabra corazón ni sensual.
¿Y preferirías evitar la idea de usar el cover para volverte popular?
He grabado un mix de Los Reales de Cajamarca, que lo hice por mi mamá porque ella escuchaba esas canciones. Y ha pegado bastante y me lo piden bastante.
Entonces, tuviste que volver a Lima y tocarle la puerta a tu hermana.
¡Sí! (ríe). Y me dijo: “Vas a regresar, pero solo te voy a dar donde vivir”. Me dio por estudiar psicología. No sabía lo que quería. Y otra vez una amiga me volvió a decir que vaya a Piura. Pero como no había eventos, tuve que trabajar en un call center (risas). Y otra vez: ¿para qué me fui? Salí llorando y renuncié. Fui a trabajar en una empresa de venta de melamine y ahí me llamó Deleites Andinos. Desde ahí me decidí por la música. Pero en ese grupo duré ocho meses.
Eres voluble.
¡Sí! Y ahora estoy otra vez en Lima (risas). Lo que pasa es que me gustan las cosas claras y rectas. Si me defraudan, me alejo. Una vez retorné a Lima y empecé a trabajar en otra cosa. Hasta que un sábado por la noche me llamó el señor Lorenzo de Corazón Serrano para ser parte de El Encanto de Corazón. Ellos tienen Corazón Serrano y El Encanto de Corazón. No sabía qué decisión tomar porque apenas había llegado a la casa de mi hermana. Llamé a mi familia y mi hermano me dijo: “Haz lo que te gusta y aprovecha. Si quieres crecer ahí, aprovecha”. Lorenzo quería que yo esté al día siguiente en Piura. Y partí. Duré un año, gané experiencia.
¿Y de ahí te vuelves solista?
Ya en mi mente estaba ser independiente y, además, compongo. Y fui creciendo como Dalia Aguilar y tuve mi primera canción “Solita me quedaré”, yo estaba en una ruptura amorosa total (ríe).
¿En solitario ya te sientes estable?
Paso a paso. Estoy avanzando bien.
En redes te va bien.
Sí. Tengo que dedicarme a crecer. Quiero probar al público sureño.
¿Tus padres y tu hermana qué te dicen ahora?
Mis papás están orgullosos. Mi hermana me ama (risas).
AUTOFICHA:
-“Soy Dalia Aguilar López. Tengo un solo nombre, antes tuve uno más: Yesenia. Soy del 31 de octubre. Nací en Paimas y estuve hasta los 17 años. Mis papás siguen ahí, tienen su chacra. Me gusta estar en la ciudad y cada cierto tiempo ir a mi pueblo”.
-“Ya terminé mi carrera técnica de Administración. Estoy por sacar un cover, voy a cambiar un poco de estilo, me acercaré a la cumbia sureña, aunque ya grabé una composición mía: “Si me ves llorar por ti”. No tengo referentes en la cumbia”.
-“Soy fan de Shakira, me gusta porque es bien suelta. Desde chiquita la he seguido y he visto su evolución. No quiero cerrarme en un estilo de música, quiero probar otros géneros y otros públicos. Estoy enfocada en componer más canciones”.
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