Mario Vargas Llosa amaba el periodismo y defendía la libertad de ejercerlo con pasión. En 2006 recibió en Nueva York el Premio Cabot, el galardón internacional de comunicación más veterano, que administra la prestigiosa Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia.
En ese momento, dijo, apasionado: "El periodismo, tanto el informativo como el de opinión, es el mayor garante de la libertad, la mejor herramienta de la que una sociedad dispone para saber qué es lo que funciona mal, para promover la causa de la justicia y para mejorar la democracia".
Vargas Llosa se inició en el periodismo a los 15 años. Una foto muy conocida lo muestra frente a una máquina de escribir y una ligera sonrisa en la sala de redacción de La Crónica.
El Pabellón Nacional será izado a media asta en todos los edificios públicos, instalaciones militares, bases, buques, locales policiales y demás dependencias del Estado en el Perú.
En el libro 'Mario Vargas Llosa. Reportero a los quince años' de Juan Gargurevich, se recuerda que VLL trabajó como redactor de noticias bajo las órdenes del periodista Gastón Aguirre Morales, hijo del escritor Augusto Aguirre M., y del jefe de policiales Luis Becerra 'Becerrita'. Fue en esos días que hizo amistad con otros redactores como Carlos Ney, 'Carlitos', y Milton von Hesse. Eran días en los que el periodismo terminaba en una noche de bohemia, algo que al padre del futuro nobel no le gustó y lo hizo renunciar.
En sus primeros pasos como periodista, Mario Vargas Llosa publicó varios artículos de opinión en la sección editorial Nuestros redactores del diario La Crónica, los cuales han sido recopilados íntegramente por el investigador. El primero de estos textos apareció el 16 de febrero de 1952, bajo el título Esfuerzo a favor del teatro en el Perú, donde el joven redactor elogiaba el trabajo de Guillermo Ugarte Chamorro al frente de la Escuela Nacional de Arte Escénico.
A ese debut le siguieron otros artículos: dos sobre temas de salud, uno sobre los chistes populares y un peculiar texto sobre los espectáculos de cachascán —una adaptación local del "catch-as-can" o "agarra como puedas"— en el que Vargas Llosa satiriza las peleas de lucha libre protagonizadas por personajes con nombres inventados por él mismo.
Según Gargurevich —quien también formó parte de La Crónica, aunque ingresó dos años después—, el futuro Nobel peruano escribió varias notas policiales que no llevaban firma.
El mismo escritor señala en El pez en el agua que esos tres meses de reportero fueron el inicio de una carrera que no abandonaría hasta su última columna Piedra de Toque en El País de España, la cual se publicó durante más de 30 años cada 15 días sin falta.
En su última entrega, en diciembre de 2023, Mario Vargas Llosa aconseja a los periodistas jóvenes a decir siempre la verdad, aunque ella sea difícil de asimilar y describir, en función de la realidad: "Aunque a menudo esto resulta arduo, siempre hay maneras de acercarse a ella, y creo que si el periodista renuncia a su obligación de decir la verdad, esa es la fuente de la que derivan todos los males de la prensa, desde el pequeño disfuerzo hasta el maremoto que puede provocar la mentira".
El nobel sostiene que el periodista de talento busca la verdad como una espada que se abre paso por doquier y sentencia que "decir mentiras, manipular, es fácil, pero tarde o temprano queda en evidencia. El que dice la verdad y la defiende presta un servicio a sus lectores y a su tiempo. Eso es a lo que tímidamente he aspirado con el nombre —Piedra de toque— de mi columna en EL PAÍS".
EN LA TELEVISIÓN
Vargas Llosa entrevistando a Borges. Foto: Captura de video. Si bien lo suyo fue la prensa escrita, en 1981 tuvo un paso por la televisión al conducir La Torre de Babel, un programa transmitido por Panamericana Televisión que se convirtió en un referente de diálogo cultural, donde entrevista a figuras como Jorge Luis Borges.
Vargas Llosa se entregó a la literatura, pero el periodismo ocupaba un lugar especial en su vida. "Tengo mucho cariño al periodismo porque ha sido para mí una fuente riquísima de temas para la literatura. Creo que más de la mitad de mi obra no la hubiera podido escribir sin la experiencia que tuve como periodista", comentó en una oportunidad.
Para el nobel, el periodismo fue una manera de tener siempre un pie fuera del escritorio. Y lo hizo, como con la literatura, de manera brillante.
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