Festival de Cine de Lima: Un éxito por superar [Opinión]

El 19 Festival de Cine de Lima llega a su fin. Fueron ocho días de intensa actividad (proyecciones, conversatorios y homenajes) sostenidos por el entusiasmo de los participantes (público, cineastas, prensa) y el profesionalismo de los organizadores (la experiencia rinde sus frutos). Hubo muchos pasajes memorables a lo largo de esta edición (la visita de Werner Herzog, el incremento notable de películas peruanas en la programación, el taller documental de Heddy Honigmann), pero creemos que las películas no han sido representativas de la mejor cosecha en los últimos doce meses de sus países de origen.

Ciertamente, algunas cinematografías latinoamericanas lograron colocar sus cartas más interesantes: las colombianas El Abrazo de la serpiente, Alias María y La tierra y la sombra estuvieron en Cannes; las chilenas Aurora y El club fueron ganadoras en Sanfic y Berlín, respectivamente. Y no hay duda que Ixcanul (Guatemala) y La obra del siglo (Cuba) son grandes embajadoras del cine en Centroamérica y el Caribe. Lo decepcionante es que Argentina y Brasil solo hayan podido incluir 2 películas (solían tener hasta 4 seleccionadas) y que México no haya reafirmado con sus 3 cintas el prestigio que ostenta.

Otra sección que estuvo por debajo de las expectativas fue la Competencia Documental, quizá porque nos había acostumbrado en los últimos años a descubrir grandes películas. Esta vez se esperaba mucho de Allende, mi abuelo Allende, pero el resultado no pasó de ser un trabajo universitario que escarba en el recuerdo del ex presidente chileno.

En la misma línea de remembranza sobre un ser querido, Carta a una sombra evidenció mayores recursos cinematográficos y adquiere interés gracias al sentido testimonio del escritor Héctor Abad Faciolince –su padre fue víctima de la violencia política en Colombia–, pero tampoco trascienden las convenciones del ya desgastado subgénero "álbum familiar".

Hay que destacar algunas sorpresas de las muestras paralelas. La sección Múltiples Miradas (una especie de purgatorio para todas aquellas películas que no ingresaron a la competencia oficial) trajo dos joyas argentinas: La vida de alguien (cuarto filme de Ezequiel Acuña) y Patrón, radiografía de un crimen (ópera prima de Sebastián Schindel).

La Vuelta al Mundo en 8 Días nos regaló Relatos iraníes, auténtica lección de cine social a cargo de Rakhshan Bani-E'temad. Por último, los descubrimientos de Turquía en Lima fueron La partícula y Molde, exponentes de una cinematografía crítica con su sociedad.

SABÍAS QUE…