“Me gusta que me vean”, confiesa.
La razón no es necesariamente narcisista, sino que tiene que ver con mostrar su trabajo, sus talentos. “Que la gente disfrute de lo que estoy haciendo”, dice sobre actuar, modelar, bailar, hablar ante cámaras e incluso hacer comedia. “Me gusta que la gente se vacile”, agrega Fiorella Piaggio, comunicadora y publicista, más conocida en las redes sociales como La Piaggio.
Ella dice que hace de todo, pero asegura que tiene sus límites.
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¿Cuáles son los límites?
Me gusta ser auténtica, mi marca personal se trata de ser yo.
¿Pero cuáles son tus límites?
Creería que hay cosas que ya no haría, algún tipo de fotografía. Por ejemplo, he hecho nudes (desnudos) artísticos, pero ya pasó mi etapa de probar…
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Tienes 33 años. Creo que todavía podrías hacer desnudos…
Sí, pero me gustaría explorar otras cosas.
¿En su momento por qué lo hiciste?
Me gustó, me llamó mucho la atención. De hecho, hay que diferenciar tipos de nudes, hay nudes artísticos, muy interesantes que se trabajan con la luz, la propuesta, el concepto que puedes expresar. Cuando lo hice, me quedé asombrada de lo mucho que uno puede hacer, explorar.
¿Tú buscaste hacer el desnudo o te lo propusieron?
Yo me animé. Lo vi y me gustó. Indagué un poco y dije puede ser. Al inicio una desconfía un poco. Y me fue bien, me gustó.
¿Por qué no te quedaste haciendo eso?
Porque me propusieron otras cosas, empecé a hacer reportajes, notas, y me gustó mucho más esa parte de expresar, de hablar.
Hoy exhibir cuerpos es rentable a través de plataformas como OnlyFans.
Son cosas distintas porque yo te hablo de un desnudo artístico, que puede salir en galerías de arte incluso, donde no necesariamente se ve el rostro, incluso con algún concepto más espiritual… No es algo exuberante.
¿No te animarías a entrar a Only Fans? ¿No te lo ofrecieron?
No… Y si me han ofrecido por ahí, no le he tomado interés. Y sigo haciendo fotos, pero para marcas, ropa, comida, sigo siendo modelo de fotografía, me gusta porque es versátil, divertido, capturas la esencia de ti…
¿Cuál es tu esencia?
Me considero creativa, me gusta la autenticidad.
¿Dónde muestras tu autenticidad?
En la manera de vestir, cómo hablar, me gusta ver todo desde un punto de vista artístico, distinto. Por otro lado, trato de ser neutral, veo todos los puntos de vista, no soy conflictiva.
¿Al comienzo no tenías vergüenza?
Uno de mis quiebres fue cuando fui presentadora de un programa de cine en Nativa. Yo era la cara del programa y fue muy complicado al inicio porque yo tenía que hablarle a la cámara sobre muchos temas que quizás no dominaba.
¿Te pasó algo terrible?
Creo que no (risas), pero sí fue complicado porque a veces no me acordaba de algo y me ayudaban. Con la experiencia una ya maneja la situación.
¿Qué deben hacer las personas que tienen vergüenza o miedo de salir frente a una cámara?
Creo que es importante que confíen en el talento que tienen. Todos tenemos distintos talentos, hay que retarse. A veces uno dice “lo veo tan lejano, creo que no podría”. Pero hazlo. Y se puede hacer más. Hay que hablarse, concentrarse, tener equilibrio mental.
Ser constantes.
Sí, ser disciplinados.
Insistir, volver a hacerlo.
Tengo amigas que me dicen “no me gusta cómo salgo”, “lo hice mal”. Hay que terminar de hacer las cosas, si no nunca sabrás qué pasó.
Y no hay límite de edad, ¿no?
Para nada. La edad es solo un número… En mis listas de deseos estaba participar en una presentación artística, y el año pasado tuve la oportunidad de bailar hip hop frente a una multitud de gente. Y no me quedé ahí: otra de las cosas que me gustan es bailar caporales y seguí; fui tan constante, que llegué a la Candelaria en Puno. Fue hermoso, espectacular. Si tienen la oportunidad de hacerlo, deberían probar.
Para bailar o no, hay que ir a la Candelaria.
Exacto. Es importante, hermoso, la cultura que vives ahí. El último día fue con el traje de luces y bailé unas cinco horas, y con tacos, con la faldita, con el sol (sonríe). Son como tres o cuatro días de baile. Y lo logré.
¿Hoy en qué momento estás?
Me gusta hacer muchas cosas, pero siempre cosas que me sumen. Todo alrededor de mi experiencia como comunicadora y publicista. Y tengo mi propia productora de eventos. Estoy en todas.
Al estar en todas también te expones (en las redes sociales) a todo tipo de comentarios. ¿Te ha tocado sufrir ‘hate’?
Normalmente, tengo comentarios positivos, tengas varias personas que me siguen desde hace mucho tiempo. Pero sí me ha tocado algunos hate, pero son comentarios superficiales, no los tomo personal, no me afectan.
¿Procuras ser buena onda?
Sí, por ahí mando mis chiquitas, pero suelo poner cosas con buenas vibras.
¿No has pensado en generar algún escándalo para volverte popular?
No. Los escándalos no son mi estilo. Escandalosa soy (risas), pero siempre he sido buena onda.
¿Pero ser buena onda vende o hay que ser sensacionalista, polémica?
Depende de lo que quieras. Ser escandaloso te puede ayudar y dar alcance, pero quién sabe si al final son reacciones positivas y que te van a sumar. Aunque es cierto que a la gente le gusta la candela, pero no es mi caso.
Porque trabajas con marcas y estas buscan influencers con exposición.
Sí, por eso uno se tiene que cuidar la imagen.
Hay marcas que prefieren apostar por influencers buena onda.
Sí, claro. El contenido que quieres para tu marca tiene que ver con la persona que la vende.
A propósito de tu programa Vida Divina, ¿qué es ser divina en la vida?
Disfrutar cada instante.
¿No es ser regia?
De todas maneras. Pero es disfrutar la vida, los detalles bonitos.
¿Y la belleza dónde queda?
Los estereotipos están cambiando. Lo podemos ver en la publicidad, en las novelas, videoclips. La belleza va más allá, es la vibra, es la esencia. Hay que mostrar simpatía y empatía.
Autoficha:
-“Soy Fiorella Piaggio Queirolo. Tengo doble nacionalidad, peruana e italiana. Mi abuelo Queirolo era italiano y por el lado paterno, mis bisabuelos eran italianos. No conozco Italia, me gustaría ir pronto. Tengo parentesco con los Queirolo del pisco”.
-“Tengo 33 años, nací en Lima. Acabé el colegio y empecé a hacer comerciales y fotografía publicitaria; y estudié Negocios Internacionales en la UPC; a los dos años, cambié a Comunicación y Publicidad, a mis papás les conté después (risas)”.
-“Tengo la productora que se llama Productólogos, producimos de principio a fin un evento, puede ser corporativo o social. También soy animadora infantil. Trabajo en la constructora Cosapi en Imagen y Comunicaciones. Y soy reportera de Vida Divina”.
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