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Franco Loo, foodie y emprendedor: “La pandemia hizo que muchos explotaran sus talentos en Internet” [ENTREVISTA]
Franco Loo, foodie y emprendedor: “La pademia hizo que muchos explotaran sus talentos en Internet”
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La pandemia fue un punto de quiebre para Franco Loo y su pasión por la comida lo llevó a darle un giro de 180 grados a la dirección de su vida. Mientras estudiaba sus últimos ciclos de la carrera de Arquitectura, encontró en las redes sociales un espacio para desarrollar su amor por la gastronomía.
Bajo el seudónimo de El Foodie Loo, hoy cuenta con más de un millón de seguidores en Tik Tok y 117 mil en Instagram, con quienes ha formado una gran comunidad de amantes de principalmente tres cosas: recetas, buenos restaurantes y momentos divertidos.
Su trabajo en redes sociales como influencer gastronómico le permitió conocer a Heber Ascama, quien hoy es su socio en Big Boy, restaurante de hamburguesas de estilo americano y ganador de la última edición del Burguer Fest.
Con 25 años, Franco hoy está completamente alejado de la idea de trabajar como arquitecto en alguna constructora y de seguir una línea de carrera tradicional. Ha hecho que su pasión se convierta en su trabajo, ya sea como emprendedor o en las redes sociales como foodie.
En conversación con Perú21, explica cómo las redes sociales pueden convertirse en una gran herramienta que brinden un valor agregado a los emprendimientos.
¿Cómo un arquitecto termina creando una comunidad de más de 1 millón de seguidores grabando videos sobre comida y restaurantes?
En gran parte todo se dio durante la pandemia. Siempre me ha gustado todo lo que tiene que ver con la comida en general y desde pequeño he sido de buen comer. Yo era practicante en una constructora, pero el sector tuvo un golpe duro y dejé de trabajar ahí. Como no se podía salir a comer a restaurantes ni pedir por delivery, comencé a grabar videos de recetas de lo que comía y posteriormente de los lugares a los que iba. Creo que la pandemia hizo que muchas personas explotarán en Internet habilidades y talentos ocultos. Mis videos se hicieron virales por la forma en la que cuento mis recetas y esa forma de expresarme me ayudó a conectar con muchas personas. De hecho, en realidad, no tenía idea de que podía comunicarme tan bien frente a una cámara y mi trabajo en redes me ha ayudado a desarrollarme bastante en ese aspecto. Yo siempre me he considerado muy tímido y como foodie salí de mi zona de confort. Mis padres son médicos y más de la vieja escuela y por eso entiendo que no terminen de comprender por completo qué es lo que hago y a lo que me dedico. Incluso antes me preguntaban siempre cuándo pensaba terminar mi tesis. Sin embargo, las cosas se dan por algo y estoy feliz con las decisiones que tomé.
Una cosa es grabar videos sobre restaurantes y otra muy diferente ser dueño de un restaurante. ¿Cómo diste ese salto?
Big Boy es un restaurante de hamburguesas de estilo americano que nació también durante la pandemia y que trabaja bajo el modelo de dark kitchen. Yo me convierto en socio gracias a mi trabajo como influencer, pues me contactaron por mail para enviarme sus hamburguesas y después me volvieron a contactar para hacer unos videos en su cocina, que estaba inicialmente en la terraza en una casa de San Borja. Ahí conocí a Heber Ascama, fundador del negocio. Me sorprendió porque pensé que era un señor y encontré a un chico casi de mi edad. Tuvimos mucha química, pues teníamos muchas cosas en común. Le propuse ser socios y yo encargarme de todo lo que era publicidad y difundir la marca. Puedes tener un buen producto, pero, si no sabes cómo hacerlo saber a los demás, es difícil destacar. Poco a poco, con videos ingeniosos y divertidos, fuimos creando una comunidad muy bonita en redes y que se vio reflejado en los pedidos. Pasamos de atender solo los fines de semana a hacerlo de martes a domingo. Al principio incluso a veces faltaban manos y me tuve que meter a la plancha. También dejamos la terraza y hoy tenemos un espacio especialmente adaptado para trabajar más pedidos. Hoy pensamos en tener próximamente un local para atender al público, expandirnos y crear otras marcas. Lo que podemos decir es que se vienen cositas.
Hoy, en medio de tantas propuestas similares, ¿cómo un restaurante puede destacar en redes sociales?
Finalmente, lo que hemos buscado hacer con la marca es que esta se posicione como un personaje en redes sociales con el que la gente se identifique o con el que se pueda bromear como si fuera tu amigo. Nuestro primer video viral fue uno en el que nos vestimos de gala y fuimos en un auto de lujo a entregar su hamburguesa favorita a un cliente que siempre nos compraba. Tuvo rápidamente un millón de vistas. Entendimos que este tipo de cosas generaban un sentido de pertenencia y un impacto positivo en el negocio, fidelizando. Por ejemplo, nuestros clientes nos empezaron a escribir notas en sus pedidos como si fueran nuestros amigos pidiéndonos más cremas o que quieren sus hamburguesas de una forma específica. Comenzamos a contestar estos mensajes en las boletas y grabarlos en redes sociales. Justamente ese tipo de cosas son las que dan un valor agregado al emprendimiento.
Antes de YouTube, Instagram y Tik Tok, ¿sientes que había realmente una oferta de contenido gastronómico?
Las redes sociales han permitido crear espacios de entretenimiento y llegar a más personas más allá de los medios convencionales. Antes de eso, lo único que podíamos encontrar era lo que estaba en la televisión. Ahora la oferta es mucho más grande y el contenido es, por las mismas características de las redes, más espontáneo. A veces me pregunto qué es lo que sigue ahora, porque los influencers debemos adaptarnos a las nuevas tendencias para no perder vigencia. También es importante ser conscientes del gran impacto que pueden tener las redes sociales en la gastronomía peruana, en el turismo y en la economía, pues estos contenidos generan movimiento en todo el Perú y trabajo a través de los restaurantes.
AUTOFICHA
- “Mi nombre es Franco Loo, pero me conocen más en redes sociales como El Foodie Loo. Tengo 25 años. Estudié la carrera de Arquitectura en la Universidad Ricardo Palma, pero la pandemia hizo que terminara como influencer gastronómico y ahora como emprendedor con Big Boy”.
- “Soy más de salado que de dulce, pero no me opongo si me ponen un postre. Me encanta la comida peruana. El arroz con pollo acompañado de papa a la huancaína es un plato especial para mí y que me remonta a mi infancia”.
- “Antes solía jugar bastante básquet; ahora, por tiempos. Voy al gimnasio. Me gustan mucho las películas de Marvel. Escucho todo tipo de música. Algo que siempre he querido hacer es aprender a tocar piano o saxofón. Mi referente en redes sociales es Salt Hank”.
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