Big Boy es un restaurante de hamburguesas de estilo americano que nació también durante la pandemia y que trabaja bajo el modelo de dark kitchen. Yo me convierto en socio gracias a mi trabajo como influencer, pues me contactaron por mail para enviarme sus hamburguesas y después me volvieron a contactar para hacer unos videos en su cocina, que estaba inicialmente en la terraza en una casa de San Borja. Ahí conocí a Heber Ascama, fundador del negocio. Me sorprendió porque pensé que era un señor y encontré a un chico casi de mi edad. Tuvimos mucha química, pues teníamos muchas cosas en común. Le propuse ser socios y yo encargarme de todo lo que era publicidad y difundir la marca. Puedes tener un buen producto, pero, si no sabes cómo hacerlo saber a los demás, es difícil destacar. Poco a poco, con videos ingeniosos y divertidos, fuimos creando una comunidad muy bonita en redes y que se vio reflejado en los pedidos. Pasamos de atender solo los fines de semana a hacerlo de martes a domingo. Al principio incluso a veces faltaban manos y me tuve que meter a la plancha. También dejamos la terraza y hoy tenemos un espacio especialmente adaptado para trabajar más pedidos. Hoy pensamos en tener próximamente un local para atender al público, expandirnos y crear otras marcas. Lo que podemos decir es que se vienen cositas.