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Jovita Vásquez: “Ser mujer, ser pobre y ser indígena influyen en cómo te ven”
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De Tahuanía solo se sale en bote. Luego de haber caminado dos horas desde la comunidad Fernando Sthal, Jovita Vásquez subió a un bote rápido y viajó ocho horas. Una ruta que antes se hacía en dos días. Así llegó a Atalaya. Geografías que son parte de Ucayali, región que, básicamente, limita en un extremo con Brasil y en el otro, con Huánuco, Pasco y Junín.
En Atalaya partió otra vez por río hasta Puerto Ocopa; tardó ocho horas. Se subió a un taxi y, 120 minutos después, estuvo en Satipo para abordar el ómnibus que, finalmente, la trajo a Lima, donde luego de casi 30 horas de viaje presentó la tesis “Formación profesional y desarrollo de la mujer indígena”, convirtiéndose en la primera peruana en sustentar una tesis en lengua shipibo. Maestría del programa Nopoki, palabra asháninka que significa ‘yo vengo’. Proyecto que es fruto del convenio entre la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS) y el Vicariato Apostólico de San Ramón. Ella pertenece a la primera promoción.
Shawaya significa ‘quebrada con guacamayos’ y desemboca en el río Ucayali. Ya no existen guacamayos en esa zona, pero en las inmediaciones está la comunidad Fernando Sthal, en la falda de un cerro, entre la flora y fauna amazónicas. Allí nació Jovita, sus siete hermanos y sus padres. Es la única docente universitaria de una comunidad de 100 personas.
Su nombre en shipibo es Barin Kena, que significa ‘llamada por el sol’. La suya es una historia que brilla e ilumina.
¿Cómo te fue en la sustentación, Jovita?
Ha sido una experiencia nueva para mí. He aprendido mucho. Pero también en la provincia de Atalaya se requiere bastante apoyo de parte del Estado para tener la bibliografía adecuada. Claro, Internet llega, pero a veces se cuelga, hay que tener suerte para descargar investigaciones.
¿Tú elegiste que la sustentación sea en shipibo?
Sí, porque de donde vengo estamos rescatando bastante nuestras culturas. Nos estamos fortaleciendo para recuperar algunas cosas que se podrían perder. Se deben difundir las lenguas originarias amazónicas. Se tiene que demostrar que en nuestras lenguas también se puede enseñar, lo cual enriquece nuestras culturas. Es momento de dar a conocer nuestras culturas, que los mismos peruanos vean que nuestras lenguas amazónicas también están en el nivel de los idiomas extranjeros.
¿La lengua shipiba está en riesgo?
Yo pienso que no, porque nuestra lengua está en tercer o cuarto lugar de la lengua más hablada, después del quechua, aymara, awajún o asháninka.
¿Dónde radica la riqueza de la cultura shipiba?
En la solidaridad. Nuestros ancestros tenían ese valor.
¿Cómo se dice ‘compartir’ en shipibo?
Akimisti. Aunque hay que reconocer que viviendo en la ciudad se pierde todo eso. Esa herencia vive en las comunidades más alejadas y no debemos perderla.
¿Por qué es importante enseñar en lengua originaria?
Yo he aprendido y enseño en lengua originaria, y es difícil cuando te toca un profesor que desconoce tu cultura, porque te impone cosas y tú no entiendes lo que te quiere enseñar. Por eso ahora se prepara a profesores bilingües.
¿Hoy cómo se expresa la discriminación?
Ya no es tan fuerte como antes. Pero cuando empezó este proyecto Nopoki, en Atalaya, decían: “¿Por qué se debe ayudar a los indígenas?”. Cuando salía con mi vestimenta, todo el mundo se quedaba mirando, hablaban en forma despectiva.
¿Por qué es importante que valoremos a los pueblos originarios?
Todos somos iguales y nosotros también merecemos beneficios. Hay muchos prejuicios hacia las culturas originarias. Hay que educar a la población peruana en que las culturas enriquecen, desde la artesanía, gastronomía y el mismo territorio. No hemos sabido valorar la riqueza que tenemos.
¿Crees que en los colegios se debe enseñar alguna lengua originaria?
Obligatoriamente no, pero nuestro país es multicultural y plurilingüe; por lo tanto, todos los peruanos debemos conocer nuestras culturas para darles su espacio.
Tu tesis está enfocada en la mujer. ¿Cuál es la situación de la mujer indígena?
El machismo también está en las culturas ancestrales. Antes, en una asamblea, una mujer no podía opinar. Aún es difícil que una mujer acceda a la educación. Hay padres que todavía consideran que las hijas no deben salir de sus comunidades, porque podrían salir embarazadas.
¿Cuánto te ha costado?
Cuando terminé la primaria, mi papá me dijo que no me iba a ayudar para seguir estudiando. Quizá por ser mujer. Pero con la ayuda de mi hermana mayor, pude estudiar.
¿En tu faceta como profesora, también ha sido difícil?
Son tres factores que influyen en cómo te ven: ser mujer, ser indígena y ser pobre. Eso repercute.
¿Cómo lo sufriste?
Hay palabras, actitudes de los compañeros en el trabajo. Un varón no acepta que una mujer sea capaz de lograr mayor puntaje.
¿Te dijeron algo?
Es que nunca lo dicen. Son actitudes que lo demuestran. Y eso duele más. Pero me dicen que tengo bastante paciencia (ríe).
¿Qué sientes que has logrado?
Mucho. Estudié bastante para ayudar un poco a cambiar la mentalidad de los varones. Cada vez que me hacían sentir mal, también me animaba a seguir demostrando que sí puedo.
¿Tu padre qué te dice ahora?
Ya cambió, está muy contento, se da cuenta de que hubo cambios en él por los logros que ha visto. Ahora a mis sobrinas les dice que las mujeres también tienen que estudiar.
AUTOFICHA:
- “Soy Jovita Vásquez Balarezo. Mi nombre en shipibo es Barin Kena, que significa ‘llamada por el sol’. En nuestra cultura los sabios nos dan un nombre de acuerdo con nuestra personalidad. Tengo 41 años. Nací en la comunidad Fernando Sthal, en la quebrada Shawaya”.
- “Aún no tengo hijos. Mi pareja no es de mi pueblo, lo cual hace 20 años se vería mal; hoy ya no (ríe). Acabé la secundaria e ingresé a un instituto, pero no seguí. Durante 2006 hice como una pre para ingresar a la universidad. Y en 2007, de 87, ingresamos 57 a la UCSS”.
- “Salí como licenciada en Educación Básica Bilingüe Intercultural y luego vino el posgrado en Educación que acabo de sustentar. Tesis que será publicada. Soy docente en la UCSS filial Atalaya. Para 2020 quisiera hacer mis estudios de doctorado, siempre en favor de los pueblos originarios”.
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