Un día, este sujeto incompleto amanece con dos brazos y dos piernas y, en vez de felicidad, le llueven los problemas: empiezan a perseguirlo sus auspiciadores que andan molestos, y piden explicaciones, porque peligran sus ganancias. También lo acechan sus familiares y la prensa, porque ahora el gurú es un farsante y exigen dinero para no exponerlo ante sus seguidores. Y todas estas escaramuzas se enlazan en una trama exagerada, cargada de sátira, momentos obscenos y libido a borbotones.