Ay no, me habla de Juguete Pendiente y Alicorp… han sido nuestros ángeles. Ellos llegan en el momento preciso… Cuando sufrimos la pérdida más grande, enfrentarse a no tener una olla, a no tener nada, no tener qué cocinar… Ni el guiso chacalonero alcanzaba. Un día escribieron para decirnos que llevarían una pequeña ayuda; yo no lo creía (ríe)… Fue un jueves, recuerdo. “El día sábado estamos llegando”, dijeron. “¿Y no habrá otras ollas comunes que necesiten?”, preguntaron. ¡Sí hay! Somos 32 ollas. “El día sábado reúne a todas que nosotros estamos llegando”, dijeron. Yo no lo podía creer. El sábado temprano llaman: “Somos Juguete Pendiente, estamos en la entrada, que las mamitas estén reunidas”. Llegó un tremendo camión, grandote. No lo podía creer. A las 32 ollas comunes nos dieron, sin pedir nada a cambio. Llegaron a nosotros como caídos del cielo. Fueron nuestros primeros ángeles. Y siguen con nosotros.