Los clásicos siempre encuentran la forma de volver a nosotros, de ser reinterpretados para ser apreciados por audiencias más contemporáneas. Para cerrar la temporada del Teatro La Plaza se ha puesto en escena un clásico de las tablas: La gaviota, de Anton Chéjov, ahora reinterpretado como Detrás ruge el lago.
Perú21 habló con la dramaturga y directora Mariana de Althaus sobre los orígenes y concepción de este proyecto. “No le veía mucho sentido el montar un clásico a manera de museo, es más interesante acercar el texto a acentos contemporáneos”, explica por haber ambientado la trama de la Rusia del siglo XIX al Perú de los años 70.
“Se muestran los cambios por los que pasó el Perú, como la Reforma Agraria”, detalla De Althaus. “Con Chéjov se retrata a una sociedad en deterioro, un orden vertical que excluye a la mayoría. Y relacionado con el Perú, se pueden ver elementos nuevos en el texto como la discriminación racial, la discriminación de clase... Una gran desigualdad, que muchos acaban rechazados por la sociedad. Y ese rechazo lleva a la rabia, a tomar forma en movimientos violentos como lo fue Sendero Luminoso”, agrega.
El texto original tiene elementos relativos a las artes. Esta adaptación limeña, además de las artes, sugiere el privilegio. “En la obra original los empleados iban al teatro, pero adaptado al Perú lo triste es que varias personas en un entorno rural no han podido ir nunca a una función teatral."
"El personaje principal es un artista frustrado, quiere crear sus obras con importantes mensajes sociales, pero no consigue llegar a que la audiencia lo comprenda, no les interesa ese tipo de historias, y eso hace que tome una reacción violenta”, explica y añade: “El artista es el que duda, el que se incomoda con el orden establecido, y eso no le gusta al poder”.
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De Althaus comenta sobre la importancia del cambio y subraya que es uno de los temas principales de la obra. Empieza con un dramaturgo que muestra su obra, que propone el cambio desde la forma y el fondo, y es rechazado. Esa obra muestra cambios en pro de la justicia, la empatía, la igualdad. Las otras fuerzas, las más conservadoras, quieren que los privilegios se mantengan iguales.
“Lo hemos recogido como tema fundamental para hablar, justamente, de la polarización que vivimos hoy, entre progresistas y aquellos que no quieren que la población pueda acceder a una educación de calidad que les permita salir de la pobreza, o que el sistema político solo beneficie a unos pocos, a las mafias. En sí, aunque no lo parezca, tal vez Chéjov hablaba del Perú, y es un honor montar una de sus obras en una sala limeña en 2024”, dice.
¿Cuál es la importancia de Chéjov hoy? “Lo que vemos en sus obras son personajes infelices, que sienten la degradación moral de su época. Se sienten desesperados por el rol que les ha tocado en la sociedad y no saben cómo salir de ahí. Hay una dificultad en comunicarse entre las personas, una dificultad en sentir empatía por el sufrimiento ajeno, de escuchar al que tiene una opinión distinta de la mía."
"Ese mal afecta a todo nuestro mundo. Pareciera que todavía habla de la actualidad. A pesar de que sus personajes transitan por la angustia, nunca dejó de tener fe en el futuro. Y sentía fe por el espectador que viera su obra y podría sentirse transformado”, finaliza.
DATOS
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Actúan Tatiana Astengo, Miguel Dávalos, Leonardo Torres, Verony Centeno, Carolay Rodríguez y Alaín Salinas.
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Las funciones son de jueves a martes, a las 8 p.m., y los domingos, a las 7 p.m. Las entradas están en laplaza.com.pe, joinnus.com y en la boletería del teatro ubicado en Larcomar.