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El Perú en la música: Canciones y artistas que hallaron el país como inspiración
La música peruana es tan diversa como su geografía. Nuestros artistas la han retratado desde la celebración hasta la melancolía. En este especial nos escuchamos. Y dice así.
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La banda sonora del Perú es tan diversa como su territorio. Nuestra patria ha sido retratada con los rostros de la celebración y la alegría, pero también con la figura de la melancolía y la nostalgia. A continuación le damos voz a parte de las canciones y sus artistas, que han encontrado en el Perú una inspiración para su obra.
Acercándonos a la costa está presente la música criolla. Al compás de la guitarra, el cajón y voces potentes se han compuesto himnos que todos conocen. Uno de los baluartes del criollismo fue Felipe Pinglo Alva, que compuso clásicos como “El plebeyo” y “De vuelta al barrio”.
En tiempos más actuales, Augusto Polo Campos se ganó el título de maestro del criollismo, con canciones como “Y se llama Perú” y “Esta es mi tierra”. Junto a él, el dúo formado por Arturo ‘Zambo’ Cavero y Óscar Avilés conquistó al público con “Contigo, Perú”, tema que acompañó a la selección en el Mundial de Rusia 2018.
Quien pudo describir a la capital y sus tradiciones con gran belleza fue Chabuca Granda. “Lima de veras”, “Fina estampa” y “La flor de la canela” le dieron color a nuestra ciudad gris.
Nos alejamos del litoral y parte de la geografía sonora son los carnavales que se celebran en Arequipa, Áncash, Cajamarca, Huánuco, Pasco, Puno, Junín, Apurímac, entre muchos otros. Bailes que son la expresión genuina de la peruanidad, celebraciones que nos trasladan a lo más profundo de nuestra historia.
Natural de Cajamarca, una mujer que inspiró e iluminó con su voz fue Yma Súmac, quien si bien no fue lo suficientemente valorada en su momento, hoy es un referente del talento nacional, incluso a nivel internacional. Es la única peruana que forma parte del Paseo de la Fama de Hollywood.
Otra figura que debemos valorar es Zenobio Dagha Sapaico, violinista y compositor huancaíno. Fue creador del ritmo del huaylarsh moderno, que reconfiguró la vida en el valle del Mantaro. Posee 609 composiciones, entre mulizas, huainos, huaylarsh, chonguinadas y tunantadas.
Cruzamos la cordillera y llegamos a la selva peruana, que hasta hoy luce a quienes son, tal vez, sus mayores exponentes: Los Wembler’s de Iquitos, Los Mirlos de Moyobamba y Juaneco y su Combo de Pucallpa. Han sabido narrar, con alegría, la vida y costumbres en esta región. Los dos primeros, incluso, nos siguen representando en giras por el Viejo Continente.
“El cóndor pasa” es otra de las banderas de los sonidos del Perú. Esta zarzuela fue estrenada hace más de cien años. Es una forma de música teatral, que está escrita en prosa y consta de un acto. Se suele interpretar con charango, zampoña, quena y bombo, pero en realidad fue compuesta para un coro, piano e instrumentos clásicos. Tuvo tanto éxito que se calcula que existen más de cuatro mil versiones.
Pero la tradición también cobra fuerza cuando es reinterpretada. Así, desde el rock, El Polen, en la década del 70, fue de las primeras bandas que dibujó al Perú en sus canciones. Los Shapis y Chacalón, en los 80, lo hicieron a su manera con la chicha. Los Mojarras, con “Triciclo Perú”, refrescaron la música en la última década del siglo pasado y, en este siglo, Uchpa es un fiel representante del canto quechua trasladado al rock. Este apretado repaso es solo una delgada franja de esa bandera sonora llamada Perú.
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