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Plácido Domingo, el ocaso del ‘Dios’ de la ópera
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Primero fueron dos mujeres, luego nueve, y a las semanas ya eran más de 20 las que acusaban al famoso tenor español Plácido Domingo de acoso sexual y de haber usado su poder con ellas, condicionando trabajos a cambio de relaciones sexuales, y amenazando con destruir sus carreras si no cedían a sus insinuaciones. Lo que entonces sorprendió a sus seguidores y al mundo hoy ha sido corroborado, pues tras la revelación de un informe del Gremio Estadounidense de Artistas Musicales que da crédito a dichas acusaciones, la propia súper estrella de la ópera no tuvo más opción que pedir perdón.
“¿Cómo le dices que no a Dios?", se preguntaba una de sus víctimas. Y es que Plácido Domingo era un Dios en esa industria. Hasta hace poco más de seis meses, el tenor español, de 79 años, era el “legendario”, el “superstar”, el “operaholic”, el que colgaba el cartel de “sold out” en todo EE.UU. Sin embargo, las acusaciones de acoso sexual y abuso de poder han “oxidado” para siempre una sólida carrera de 61 años.
”If I rest, I rust" (si me paro, me oxido) es el lema desde hace muchos años del artista, una de las mayores voces dramáticas de tenor de todos los tiempos, el mejor “Otelo” de la segunda mitad del siglo XX y poseedor del récord de 4,000 representaciones, al que llegó el pasado mes de abril.
Pero el 13 de agosto todo cambio. Los testimonios de mujeres a una agencia de noticias en los que denunciaban que en los años 80 habían sufrido acoso por parte de Domingo, empezó a derrumbar el brillo de una carrera a la que se ha dedicado con tanta pasión. Entonces empezaron en cadena las anulaciones de sus conciertos a pesar de que ninguno de los casos ha sido llevado a los tribunales hasta ahora.
Las denunciantes, la mayoría anónima, revelaron que Domingo las sometió a acoso sexual abusando de su poder, a lo que el tenor respondía entonces que “siempre” creyó que sus relaciones eran “consensuadas y bienvenidas”. Pero hoy, acorralado por una investigación independiente, el artista ha asegurado en un comunicado que acepta “toda la responsabilidad” de sus acciones y pide perdón “por el dolor causado”.
BRILLANTE CARRERA
Domingo nació en Madrid, el 21 de enero de 1941 y fue la profesión de sus padres, dos cantantes de zarzuela, lo que le llevó a México con tan solo ocho años y lo metió de llenó en el mundo de la ópera. Dicen que fue autodidacta al principio y después aprendió en el Conservatorio de la Ciudad de México.
Pero el tenor despuntó rápido. Sus primeros trabajos fueron en la compañía de sus padres y su gran debut en 1957, como solo 16 años, como barítono en una zarzuela. Luego llegaron papeles más importantes, en 1960 en la Ópera de México, ciudad en la que pronto fue reconocido, y en 1962, su gran triunfo: dos años en la Ópera de Tel Aviv con 280 actuaciones.
La leyenda ya se silueteaba y ese mismo año se casó con la soprano Marta Ornelas, con quien tiene dos hijos. Antes, con solo 16 años, ya había estado casado con la pianista mexicana Ana María Guerra Cué, con la que tuvo a su primogénito.
El año 1967 fue clave. Con solo 27 años, Domingo debuta en la Metropolitan Ópera de Nueva York y le llega el éxito internacional. Actúa en San Francisco, en Europa y es conocido por todos. Es entonces cuando Luciano Pavarotti y José Carreras ven en él a la pieza que les falta. Forman el grupo Los Tres Tenores, con conciertos multitudinarios que acercan la ópera al público.
Desde entonces su carrera sigue en ascenso. Aparece en películas y en óperas filmadas, trabaja en el concurso Operalia, le dan el premio al Mejor Artista de Música Clásica, en 1997 y varios doctorados honoris causa. En el 2001 es director de Ópera de los Ángeles y en 2002, ya es un Dios absoluto y graba por el 100 aniversario del Real Madrid, su himno oficial.
Tras las denuncias, Domingo, que ha interpretado más papeles que ningún otro tenor de la historia (en total, 151), dimitió a la Ópera de Los Ángeles, el 2 de octubre, para no hacer daño a la institución que él fundó y que tiene aún abierta la investigación sobre su comportamiento allí.
Además, anunció que ya no contaría de nuevo en el MET de Nueva York, el teatro del que más apoyo había obtenido hasta entonces pero en el que varios trabajadores se habían enfrentado con él cuando ensayaba “Macbeth”.
Por el escándalo, Domingo canceló sus actuaciones en teatros americanos como la Ópera de San Francisco, la de Dallas y la Orquesta de Filadelfia, que hicieron hincapié en que su comportamiento no era aceptable ni en los 90 ni en la era del #metoo.
Europa tuvo una actitud diferente con él. En una actuación en el Festival de Salzburgo, el 25 de agosto, fue aclamado, lo mismo que en la Ópera de Zurich, el Palau de les Arts de Valencia, la Scala de Milán o la Staatsoper de Berlín.
El cantante, que ha vendido más de 100 millones de álbumes, premiados con varios Grammy y Grammy Latino, tiene previsto en mayo cantar “La Traviata” en el Real, dar un concierto en la Zarzuela y otro más en el Festival de Úbeda.
El hombre al que más han aplaudido en la historia -81 minutos al concluir “Otelo” en la Ópera de Viena en 1991-, siempre ha dicho que mientras “esté bien” y “el público llene los teatros”, seguirá cantando, y la Staatsoper de Hamburgo, el KKL Luzern de Lucerna, el Palacio de la República de Minsk, el Teatro Bolshoi, la Staatsoper de Viena o la Arena de Verona son los otros escenarios en los que está programado para los próximos meses.
Durante su vida Plácido Domingo ha enfrentado varios desafíos: superó un cáncer de colon en 2010 y una embolia pulmonar en 2013. Ahora veremos si, tras pedir perdón, también es capaz de superar las denuncias y el escándalo.
(Con información de EFE y agencias)
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