Por: Dickey Fernández
Qué difícil y problemática debe ser tomar una decisión en estos momentos, por parte de la Alta Dirección de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, sobre el destino mediático de la Plaza de Toros de Acho. Esta supone la realización de la Feria Taurina del Señor de los Milagros para este año 2024 tras la renuncia de la empresa que el año pasado ganó en Subasta Pública el arrendamiento del inmueble para el periodo 2023 – 2028. Se han formulado varias soluciones, todas ellas con un sólido contenido. Sin embargo, al final la propietaria tendrá que tomar una decisión teniendo en consideración las propuestas, tanto cuantitativas como cualitativas, vale decir una migraña taurina.
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Históricamente la plaza desde su remodelación en 1945 estuvo a cargo de la Sociedad Explotadora de Acho, quienes manejaron los destinos para la recuperación de tal inversión por 20 años y que la sub-arrendaban a empresarios taurinos. El arrendamiento era por tres años, con renovación por otros tres años más. La primera crisis empresarial se da a fines de 1981 y surge la Asociación Patronato de Acho que no llega a concluir los tres años, por lo que la propietaria de Acho encarga al empresario Marcial Ayaipoma como asesor taurino para que se encargue de la organización de la feria que duró tres años.
El año 1988 el presidente del directorio Jorge Bernardini decide cambiar de asesor taurino, quien a mitad de feria fue nuevamente cambiado. Otra crisis taurina. Por lo que los directores de la Beneficencia deciden sacar a Licitación el coso bajopontino y es ganador Mario Paredes, por dos años, quien se vuelve a presentar esta vez con su socio Vera Gutiérrez por tres años más que no concluye por razones netamente política.
Vuelven a llamar al asesor Marcial Ayaipoma pero no hubo el éxito esperado, por lo que se aceptó que la Corporación Taurina de Bogotá con Camilo Ginás de presidente se presente ante la Beneficencia para realizar una exposición de motivos taurinos. A mediados de septiembre del 94 dijeron adiós al proyecto. Ante esa nueva crisis taurina para Acho y su feria es que se unen la propietaria de la plaza, la municipalidad del Rímac y tres ganaderos para hacer una feria de emergencia, apoyados con un dinero que ofreció Promperú. A esas tres corridas (una mixta) se sumó el ganadero Peter Koechlin, quien dio la cuarta, y para que las cuentas sean claras regaló las carnes de todos los toros que lidió al programa social del Padre Serpa en Monserrate.
A partir de 1995 hasta 1999 por contrato bajo la licitación la plaza la manejo la empresa Deltrón del Perú con Ítalo Marsano y Néstor Quispez Asín. Del 2000 hasta el 2005 también por licitación pública obtuvo el arrendamiento el Consorcio Taurino de Acho de Roberto Puga, Juan Manuel Roca Rey y Fernando Puga. En el 2006 en subasta de arriendo de Acho lo obtuvo la empresa Tauro Lima, que el primer año lo tuvo Justo Benítez hasta que vendió sus acciones. Luego la manejó Salomón Villafuerte y posteriormente Nazario Villafuerte.
A partir del año 2011 nuevamente entramos en crisis, pues la Beneficencia cambiaba de bases año a año, no habiendo continuidad. Si bien es cierto que Acho fue manejado por la familia Villafuerte a través de las empresas Consorcio de Toros Lima Toros y Consorcio Taurino de Lima, no era rentable por los cambios que se daban en los porcentajes y la falta de estabilidad financiera. Nótese que desde 1992 hasta el 2013 la Beneficencia sólo arrendaba la plaza por tres meses (del 15 de setiembre al 15 de diciembre). En el 2014 la empresa Citotusa fue declarada ganadora de la Subasta de Arrendamiento por todo el año, para el periodo 2014 - 2018, pero nuevamente entró la feria en crisis: a mediados de año deciden irse, logran hacer ajustes legales financieros y se quedan solamente por ese año. Nuevamente sale la plaza a subasta y en el 2016 gana el arriendo del coso hasta el 2022 (ya que dos años estuvo la plaza ocupada por el albergue Casa de Todos) la empresa casa Toreros Consorcio Perú.
En el 2023 gana la subasta pública el Consorcio América Taurina y este año deciden dar por concluido el contrato en buenos términos con la propietaria del coso. Otra vez en crisis. Y todo se basa en el arrendamiento y sus cláusulas leoninas, los exagerados montos que se obligan a pagar y cuando se hace la suma y resta de una feria las cuentas están en rojo (sólo hay azules para la Beneficencia). Así es muy difícil que las empresas sigan adelante.
Nuevos aires hacen temblar los viejos muros de Acho. Nuevamente crisis. Pero empiezan a surgir ideas. Una propuesta es gerenciar (operar la feria) y todo lo que se recaude neto (después de pagos e impuestos) sería para la Beneficencia. Es una propuesta válida con carácter de servir a la institución y apoyo a la fiesta brava pretendiendo bajar los precios de las entradas al no haber un alto costo por el piso de plaza, propuesta bien intencionada pero que tiene un riesgo para la propietaria. Si no se gana sus arcas quedarán en en rojo.
Hay una segunda propuesta que se ha hecho pública ofreciendo un monto como arrendamiento de Acho, motivada por haber sido hijos de un reconocido taurino y que estarían por celebrar sus bodas de oro empresariales. Hay otra propuesta, como la de un empresario que manejó Acho y su feria, habiendo en su periodo cumplido contractual y financieramente todo y que ha remitido a la Beneficencia otra oferta también con argumentos sólidos. Migraña taurina es la que deben tener los miembros del Directorio. Este año se podrá salvar la feria, pero para los próximos tendrán que hacer bases aplicables a la realidad económica, con un estudio económico financiero real y no especular con grandes montos porque lo que lograrán será nuevamente una crisis taurina futura. Que Dios reparta suerte.
Foto: AFP
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