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Raúl Segura, orfebre: “Quiero que el arte de los antiguos maestros no se pierda”
Artista cusqueño es uno de los ganadores del Concurso Nacional Plata del Perú. Perú21 entrevistó a Raúl Segura.
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El curso donde mejor le iba en el colegio era Historia. Había encontrado en la cultura Chimú motivos artísticos, estéticos que le llamaban la atención. Hijo de un herrero, él quería plasmar lo que había aprendido en el colegio a través de la orfebrería. Con solo 15 años, buscó un maestro que le enseñe la sutileza de este arte con la plata. Quien sería su maestro le dijo que no, porque era muy joven. Raúl insistió y pidió una oportunidad. Era hábil, lo que pesó más.
Hace unos días se conocieron los resultados del Concurso Nacional Plata del Perú y Raúl Segura estuvo entre los ganadores. Recibió el Premio Patronato de Plata por la obra ‘Así es mi Perú: 200 años de arte milenario’, inspirada en la cultura Chimú. Certamen organizado por el Patronato Plata del Perú e Interbank, y que este año celebra bodas de la plata. Con 41 años de edad, Segura ya tiene ganados 14 concursos.
Llegó la mayoría de edad y con ella la confección de su primera pieza, una escultura de Pachacútec, a partir de la cual fue puliendo su técnica. Ahora tiene en la mira recrear la imagen de Pachacútec, pero esta vez en una escultura de tres metros. Raúl sueña en grande.
-La pandemia lo obligó a trabajar en herrería.
Sí. Llegó la pandemia y nos cortó todo el trabajo. Somos artesanos y trabajamos con el turismo. Entonces, tuvimos que volver a trabajar con lo que mi papá hacía. Él ya había dejado la herrería, pero conservaba sus herramientas.
-¿Trabajar en herrería es más difícil que en orfebrería?
Sí, es bien duro, porque hay que doblar fierros. Pero ya ahora me dedico al 100% a la joyería. Hice herrería como un año. Me acostumbré rápido porque ya de niño trabajé con mi papá.
-¿Cuando se hace herrería, se pierde un poco de fineza o sensibilidad en las manos al volver a la orfebrería?
No. Sigo teniendo la misma mano. Se puede perder un poco de sensibilidad, pero siempre trataba de estar a la par: en la mañana trabajaba con mi papá y en la tarde me iba a mi taller a trabajar en orfebrería.
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-¿Qué habilidades hay que tener para ser orfebre?
Solo es dedicación y ponerle emoción y amor al trabajo, y te sale todo.
-¿Pero qué talentos se deben tener?
Yo lo aprendí desde muy joven. Y vi que ahí me nació el arte. Solo le puse dedicación y aprendí. Un maestro orfebre me dio la oportunidad de trabajar en su taller, ahí empecé. Luego puse mi taller y me capacité en un taller del Patronato Plata del Perú.
-¿Hay que tener cierta delicadeza en las manos?
Sí, sobre todo cuando trabajas en escultura y filigrana. Son piezas de arte, aunque también hago según lo que me piden.
-¿Cómo nació la pieza que ha ganado el concurso del patronato?
Esta obra antiguamente fue hecha en cerámica con motivos rituales y ceremoniales. Cada sonido que emitía era para invocar a sus dioses y seres espirituales. Y eso lo he plasmado en la plata para que no se pierda esa expresión que se hizo antiguamente en el Perú.
-¿Confeccionó la pieza con la certeza de que podía ganar o simplemente la hizo porque le gustaba y quería expresarse a través de ella?
Yo tenía la fe de que iba a ganar con esa pieza. La estudié, incluso aprendí el sistema hidráulico; y dije: con esta pieza ganaré este año. Y gané. Me tardé más de dos meses en hacerla.
-¿La pieza que usted hizo puede también emitir sonidos?
Sí, emite sonidos. Me demoré en los sonidos como dos semanas, probando y probando, porque no me salían. Me levantaba a las cinco de la mañana, iba a mi taller para probar otros sistemas hasta que me salió. Tiene varios sonidos.
-¿Por qué le atrae la cultura Chimú?
Siempre me ha gustado su arte, como los tumis. Yo quiero que ese arte de los antiguos maestros no se pierda.
-¿Usted ha intentado ser historiador, tal vez?
Me habría encantado, pero por las posibilidades económicas no pude estudiar. Postulé e ingresé a la universidad para estudiar Historia, pero no tenía dinero para seguir y me quedé ahí.
-¿Y no ha pensado retomar la idea de estudiar Historia?
Sí. También pienso abrir una escuela y enseñar mi arte. He tenido la suerte de aprender varias técnicas. Quiero enseñar para que no se pierda ese talento.
-¿Los jóvenes siguen esta tradición?
Casi no se dedican a eso. Se puede perder el arte de la orfebrería. Por eso quiero hacer una escuela y enseñar.
-¿Su padre qué le dice?
Se siente alegre. Me dice: “Yo pensé que ibas a seguir mis pasos, pero has pasado a otra etapa”. Mis hermanos también han ganado concursos en orfebrería. Pero de los que nos dedicamos a este arte yo soy el mayor. Yo les he enseñado el arte de la orfebrería, la joyería y la filigrana.
-¿Qué hace especial a la plata?
La plata es bien apreciada por la gente. Sirve para regalos, sea varón o mujer. Tengo varias ideas para realizarlas con la plata. Cuando termino una pieza, me siento emocionado, soy el primero que aprecio mi obra.
-En medio de esta pandemia, ¿cómo está la venta de piezas para los turistas?
Está mejorando. Pero necesitamos que nos promocionen y nos inviten a ferias, porque acá en Cusco no nos apoyan, ni saben todo lo que ganamos. Si hubiera la oportunidad, saldría de Cusco para exponer mi trabajo.
-¿Usted ya se siente maestro?
Me siento maestro, pero aún me falta aprender más. Me siento un artista. Todos somos artesanos, desde un herrero. Pero un artista puede llegar a ganar premios, es alguien que trasciende.
AUTOFICHA:
- “Soy Raúl Segura Ramírez. Tengo 41 años. Nací en el distrito de Wánchaq, en Cusco. Acabé el colegio y me dediqué 100% a la joyería. Incluso, cuando estudiaba en el colegio, ya aprendía orfebrería, hacía cadenas de plata. Siempre me gustó la historia, era el mejor en el colegio”.
- “Hoy me dedico 100% a la orfebrería, vivo de esto. Quiero llegar a crear 30 joyas, ya voy cuatro. En esculturas, debo haber hecho unas 50. Para contactarme pueden entrar a mi página de Facebook, donde estoy como Raúl Segura, joyero y escultor”.
- “Para el próximo año quiero seguir haciendo trabajos inspirados en la cultura Moche. Puse mi tienda, pero no me fue bien. Cuando llegó la pandemia, me fue peor y la cerré. Acá el alquiler es bien caro. Pero, claro, ahora quisiera volver a poner una tienda, porque las cosas están mejor”.
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