Su padre tocó la puerta. Eran golpes desesperados. Alertó que tenían que huir a los campos. Cuatro hermanos, padre y madre escapando en la madrugada. Pisando el barro, cruzando la acequia, corriendo por el cultivo. Presas del temor de ser capturados por la facción de Sendero Luminoso que ingresó al distrito arequipeño de Acarí para asesinar a su alcalde.
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Se agazaparon en los campos de olivo del abuelo, luego de correr por unos quince minutos. Desde lo alto de la chacra, iluminados por la Luna, veían cómo se incendiaba Acarí. Escuchaban los gritos del saqueo, la masacre.
Estaba asustada. Era el año 92 y tenía 7 años, pero recuerda las voces discretas del miedo, los aromas del campo y el pasto. Se quedó dormida abrigada por sus padres. En medio del que podría ser casi como un primer reportaje, una historia que contar.
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Romy Huamaní Heidinger se formó como periodista. Hizo calle, pasó por Panamericana, América, Latina y ahora es parte del equipo de TV Perú, donde conduce la edición matinal del noticiero.
Son las 10 de la mañana. Está despierta desde las 3 de la madrugada luego de acostarse a las 12 de la noche. El noticiero empezó a las 6 a.m. Así es su rutina. Y en el día de su cumpleaños, nos da esta entrevista.
Disculpa por molestarte en tu cumpleaños.
(Risas). Es un placer. De hecho, ser periodista me ha permitido enfrentar o vivir estos momentos de cumpleaños, de aniversarios, de Día de la Madre, Día del Padre, Fiestas Patrias trabajando, porque esa es la verdadera esencia del periodista.
¿Pero no te satura?
La verdad que no. Ser periodista es mi pasión. No me veo en otra carrera.
No naciste en Arequipa, pero estudiaste en la UNSA. ¿Por qué?
Se podría decir que soy arequipeña (sonríe), porque mi papá es arequipeño y mi mamá es de Lima. Pero yo me he criado en Acarí, en el anexo de Chocavento.
¿Cómo se llega a Chocavento?
Está a diez horas de Lima. Primero se llega al distrito de Acarí, y a cinco minutos en vehículo está Chocavento. Trayecto que yo lo hacía a pie en la época escolar. Íbamos y regresábamos caminando. Y de regreso cogíamos las frutas del camino (ríe), hasta que en nuestro anexo crearon una escuela; había tan poquitos alumnos que era una escuela multigrado: los de primero, segundo, tercero, cuarto y quinto grado juntos en un mismo salón, entonces la profesora enseñaba un rato en primer grado y otro rato a otro grado y así sucesivamente. Mi promoción éramos tres, cuatro alumnos.
¿Cómo era vivir ahí?
En Chocavento vivían muy pocas personas, de hecho todos nos conocíamos. Era muy bonito. Esperábamos que llegue la noche para poder jugar con la Luna, porque no había servicio eléctrico ni agua potable ni saneamiento, todo era al natural. Una experiencia que fue marcando mi carácter. Lo que soy ahora como periodista es porque formé un carácter bastante fuerte, bastante aguerrido. Por ejemplo, de poder caminar mucho, de poder comprender la situación del país, el no tener luz.
¿Tu familia era pobre?
No. En el anexo todos éramos agricultores, vivíamos del agro. También vivíamos de la crianza de nuestros animales. Mi abuelito cultivaba algodón; de hecho, sé recoger el algodón con mi costal, también recogíamos aceitunas, camote, yuca. Mi infancia ha sido una de las mejores etapas y eso marcó mi carácter para bien.
¿Qué carácter?
Resistente, que no le teme a enfrentar retos ni nuevas situaciones. Si había que entrar al río para llegar a otro lugar, pues había que meterse al río y cruzarlo, pese a que yo no sabía nadar.
¿En qué momento decides que quieres entrar a la televisión?
Cuando ingresé a la universidad tenía que sustentar mis costos; entonces, comencé a buscar trabajo de lo que fuese y encontré un trabajo para dar clases a un niño que estudiaba en un colegio particular. Le enseñaba matemática, pero también le enseñaba todos los cursos del grado para poder nivelarlo. Así también trabajé en un restaurante de moza. En el lugar que me ponían yo daba lo mejor de mí. Hasta que llegó un mentor: un profesor que vio habilidades en mí y me dijo que quería probarme para el canal de la UNSA. Y empecé a leer noticias y hacer trabajo de calle.
¿Y ya en Lima fue complicado estar en televisión?, donde al menos antiguamente se decía que había ciertos arquetipos para sentarse frente a cámaras.
En general en el Perú hay mucho prejuicio sobre la presencia femenina en televisión.
¿En qué sentido?
Se puede interpretar que estás en determinado lugar por algún favorecimiento. Pero en mi caso no lo sentí así. Las personas que me han conocido desde un inicio vieron que realmente había mucho compromiso y responsabilidad de mi parte.
¿Pero te ha costado más de normal?
Cada oportunidad que he tenido me la he ganado con mucho esfuerzo. Cada pequeño espacio ha sido a puro trabajo. Ha sido de repente el triple de entrega a diferencia de otras personas. No he tenido recomendaciones, no vengo de una familia que pueda tener contactos en el medio periodístico. Cuando hubo la oportunidad me entregué al máximo.
¿Te han cerrado puertas?
No. Al contrario, he sentido incluso que he podido convencer a las personas. Siento que con mi forma de ser he suavizado el perfil de alguien, de algún jefe mío. Y ahora mi trabajo habla solo, porque ya son muchos años. Si confían en ti, demuestra; si creen en ti, entrega todo lo que tienes, y sin afectar a los demás.
Alguna vez alguien me contó que había colegas que te cortaban el cable para que no salgas en vivo.
Cuando llegué a Lima todavía había ese tema del celo, que se guardaban a los entrevistados o se los llevaban en sus móviles para que no los entrevistes.
¿Te pasó algo a ti?
Una colega me dejó afuera de una casa. Hacía frío, era el invierno limeño, en las faldas de un cerro, y yo estaba con mi compañero y quería entrevistar a una persona. Y la colega siendo mujer y defensora de la mujer y todo el tema, me dejó afuera. Cerró la puerta. Le dije “al menos déjame entrar porque hace frío”. Nada. Tuve que esperar nomás. Después le dije que no había necesidad de hacer eso. Creo que hasta se sintió avergonzada. Siempre enseño mucho para demostrar que no hay necesidad de actuar de esa manera.
¿Tienes una visión de dónde te ves en unos años?
Quiero seguir ejerciendo esta oportunidad de poder comunicar. Y me interesa mucho el tema del medioambiente y creo que no le estamos prestando atención. No puedo ser indiferente.
Autoficha:
-“Soy Romy Wendy Huamaní Heidinger. Mi segundo apellido materno es alemán. El papá de mi abuelo era alemán. Ellos migraron a Pozuzo. Mi papá es de Arequipa, pero su familia viene de Ayacucho. Esa parte de Acarí colinda mucho con Ayacucho”.
-“Nací en Lima, pero crecí en Chocavento. Tengo 40 años. Postulé a Psicología, pero no ingresé. Estudié Periodismo en la UNSA de Arequipa, hice una maestría en Marketing y comunicación. Después he hecho varios cursos de economía, macroeconomía”.
-“Empecé en Panamericana TV. Continué en América. Estuve en Latina 13 años. Y ahora estoy en TV Perú desde hace tres años. En Arequipa trabajé en TV UNSA, TV Mundo, en dos municipalidades. En mis ratos libres leo y estoy con mi familia”.
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