A estas alturas de la historia, usted se preguntará qué pasó por la cabeza de ambos actores para comprar el club. Pero la interrogante es más compleja y más enredada aún. ¿Por qué un actor estadounidense y otro canadiense, que no saben nada de fútbol, unen fuerzas y dinero para comprar un club histórico de Gales, el tercero más antiguo del mundo? Un detalle más: los actores viven en Los Ángeles y nunca en sus vidas habían pisado Gales. La misma pregunta rondó a los habitantes de Wrexham, que, desconfiados, pensaron que la compra era solo un capricho de dos estrellas que tenían planeado un documental. Rob y Ryan tuvieron que hacer diversos esfuerzos, incluido el viaje a Gales, para dar cuenta de que no era así y que su compra era más bien bajo el compromiso de hacer más fuerte al club.