PUBLICIDAD
Vania Masías: “No sé si hubiese sobrevivido a la cuarentena sin el arte”
Sobre la pandemia, Vania cuenta que ha sido un cambio totalmente inesperado y una etapa difícil debido a la pérdida de algunas personas queridas, pero, pese a estas circunstancias, la energía y pasión por lo que hace la han impulsado para organizar por noveno año consecutivo el festival Pura Calle.
Imagen
Fecha Actualización
Cuando volvió al Perú, no tenía la intención de quedarse, ya que tras muchos años de arduo trabajo en el extranjero, finalmente había logrado el puesto de bailarina principal en un elenco. Sin embargo, al llegar a Lima, se enfrentó a una realidad muy dura y pensó que con su talento y conocimiento podía ayudar a cambiar vidas. Desde entonces, Vania Masías ha utilizado la danza como una herramienta para rescatar a jóvenes de contextos violentos y convertirlos en artistas que han destacado a nivel mundial.
Ahora que varios de sus exalumnos han puesto sus propias escuelas de danza, dice que se siente muy orgullosa de haber enseñado a su competencia. Sobre la pandemia, Vania cuenta que ha sido un cambio totalmente inesperado y una etapa difícil debido a la pérdida de algunas personas queridas, pero, pese a estas circunstancias, la energía y pasión por lo que hace la han impulsado para organizar por noveno año consecutivo el festival Pura Calle.
“Es más conocido afuera que acá. Hace dos años estuve en Finlandia y, cuando llegaba a las escuelas, me decían: ‘Perú, Pura Calle, Pura Calle’. Ha sido reconocido como el mejor festival de Latinoamérica sin tener los fondos que tienen en Brasil, Colombia”, resalta la artista. Debido al coronavirus, esta edición se está desarrollando vía digital con clases y presentaciones online en varias fechas de octubre y noviembre.
¿Qué tiene el baile que es capaz de atraer a los jóvenes que viven en contextos complicados, violentos?
Gran parte de los temas de delincuencia surgen porque hay mucha invisibilidad. Cuando tú no visibilizas al adolescente o al joven, no lo miras a los ojos, no le das importancia, se genera mucha ira dentro de ellos, y súmale a eso la violencia en el hogar; muchas veces, la única forma de escape son las pandillas, que les dan un sentido de pertenencia a una familia. Tú puedes generar esa misma sensación a través de una crew, de un grupo de danza, a través de retos, de metas concretas.
¿Ese es el objetivo de tu trabajo?
No nos interesa que los chicos aprendan pasos. Nos interesa que en el proceso de aprendizaje vayan empoderándose y validando quiénes son como seres humanos. Eso hace que empiecen a tener amor por ellos mismos, una persona que se quiere no se va a hacer daño. Entonces, el objetivo de D1 y todo lo que hacemos está relacionado con la transformación y el desarrollo social.
¿Por qué los jóvenes empatizan más con el arte urbano?
Quiero aprovechar para hacer énfasis en la palabra ‘urbano’ porque es un término que estamos desterrando a raíz de los escándalos racistas en Estados Unidos. Entre los movimientos del género hubo un acuerdo a nivel global para no usar esa palabra porque se siente discriminatoria; en cambio, se empieza a hablar de la calle, del streetdance, o directamente del breaking, hip-hop. Estos géneros nacen en la calle, de un grupo que decide hacer las cosas de manera distinta, responden a mucha violencia, delincuencia, una situación de abandono y discriminación. Es un género que nace en poblaciones vulnerables, en las que los jóvenes empiezan a expresarse de esta manera y a canalizar su rabia de una manera distinta.
¿Qué tan importante crees que ha sido el arte para estos meses de encierro?
Yo no sé si hubiese podido sobrevivir sin el arte. Así de simple. Agradezco a la vida tener la capacidad de poder agarrar un cuaderno y escribir mis emociones, tener la forma de canalizar mi respiración gracias a mi danza. Soy madre, trabajo, llego a un nivel de estrés porque siento que se cae todo lo que he construido durante 15 años y eso no es nada en comparación con la cantidad de gente que he tenido alrededor que ha fallecido, he perdido gente que quiero y hay gente que la ha pasado peor que yo.
¿Cómo canalizas eso?
Yo siempre digo: veámonos como un océano, que tiene diferentes etapas, diferentes momentos, pero, ¿qué herramientas tengo para mantenerme en esa calma de altamar, a la mitad? El arte es una herramienta maravillosa para lograrlo y no tienes que ser artista para usarlo; todos somos seres creativos.
¿Qué significa para ti el Perú?
Me quedé acá por el Perú, dejé mis contratos afuera por mi país y no me arrepiento. Lo gracioso es que a los 25, cuando regresé, no tenía la mínima intención de quedarme, pero descubro que mi propósito y lo que realmente me movía las entrañas era trabajar con jóvenes que no tenían las mismas oportunidades que yo he tenido. Los resultados que tenemos en D1 para mí son la mayor evidencia de éxito. Hay una persona graduada de la Universidad de Pensilvania a la que conocí en la calle, sin tabas, con desnutrición; hay gente que es campeona mundial de danza; otros que han desarrollado sus emprendimientos y viven sus sueños. Estamos llenos de excusas en este país, le echamos la culpa al otro todo el tiempo, todos tienen la culpa menos uno mismo. Pero aun así el Perú para mí es un ejemplo de resiliencia, hay una oportunidad gigante que tenemos como país.
Ese fue el mensaje que expresaste en los Panamericanos.
Lo que me motivó a trabajar en Lima 2019 fue usar la ceremonia como una herramienta para llevar un mensaje muy potente a todos nuestros compatriotas. Somos el país más... tenemos tanto conocimiento ancestral que está en nuestro ADN, pero preferimos mirar afuera. “Afuera es mejor”. ¡No! Acá es.
¿Qué tan difícil fue encontrar tu propósito?
Fue muy difícil porque toda la parte racional decía que no. Todo indicaba que estaba completamente loca. He luchado desde que tenía tres años por lograr contratos afuera, por convertirme en una primera bailarina en el exterior. Lo logro y me dura dos o tres años y lo dejo junto a la visa de trabajo y todo lo que había soñado. Para mi familia fue una locura.
¿Cómo nació la idea del festival Pura Calle?
La cultura de calle, que viene a ser el deporte de calle, el grafiti, freestyle, estaba muy satanizada. Este mundo que canaliza tan bien las emociones y es una herramienta tan efectiva no tenía una plataforma en la que las personas que participan puedan ser vistos. Por eso creamos el festival y es uno de los mejores.
¿Por qué eligieron la empatía como mensaje para este año?
La empatía te dice que si tú estás bien, yo voy a estar mejor; tenemos que ser conscientes de que estamos conectados. El COVID-19 ha llegado para enseñarnos eso; es momento de empezar a pensar que si mi vecino está bien, me conviene que siga así. Queremos que cada persona que participe en las batallas del festival sea por algo, por ejemplo, para que se reduzcan los feminicidios, para que se reduzca la tasa de corrupción, para que exista más respeto, para que nos miremos a la cara, para que haya menos basura. No depende cambiar el mundo de unas autoridades; depende de cada uno de nosotros.
AUTOFICHA:
- “Soy Vania Masías, bailarina profesional, fundadora de D1 y del festival Pura Calle. Este año la edición del evento se realiza de manera online a través de la web www.puracalle.com con fechas desde el 29 de setiembre hasta el 7 de noviembre”.
- “El festival se ha aliado con ANIA, la Embajada de Francia, British Council, We Can Be Heroes, Creactiva y el Senahu. Es momento de ser conscientes de que cada acción que hagamos tiene una consecuencia positiva o negativa para todos”.
- “Debido a que tanta gente se ha quedado sin trabajo vendrá una ola de emprendimientos y hay que estar preparados. La próxima semana vamos a lanzar un concurso para estudiantes emprendedores. También está Kunan, que es otra plataforma para emprendimientos sociales”.
VIDEO QUE TE PUEDE INTERESAR
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD