La fotografía del surfista brasileño Gabriel Medina en los Juegos Olímpicos de 2024 no solo se volvió viral por su impresionante celebración aérea que parecía desafiar la gravedad, sino también por lo impecable que lucía, al punto de parecer irreal. Sin embargo, fue el resultado de la meticulosa preparación del fotógrafo acuático Jérôme Brouillet, de la Agence France-Presse, quien no solo tuvo que familiarizarse con las cristalinas aguas de Tahití, sino también con el estilo de Medina, además de contar con un poco de suerte.
Esto abrió un mundo poco conocido para algunos: la rigurosa preparación de los mejores fotógrafos acuáticos en la cobertura de las pruebas de surf en los Juegos Olímpicos. Estos profesionales se aseguraron de que cada momento importante sea inmortalizado y compartido con el mundo en cuestión de segundos.
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Ben Thouard, integrante de un selecto grupo de fotógrafos de surf en los Juegos Olímpicos de París en Tahití, compartió a detalle su rigurosa preparación, la cual le permitió permanecer bajo el agua por más de 10 horas y capturar las mejores imágenes.
Thouard, de 38 años, se describe a sí mismo como un "fotógrafo acuático", una tarea que se contrasta considerablemente con los fotógrafos que trabajan en tierra firme. Él estudia las condiciones climáticas para entender el tamaño y la dirección de las olas, un conocimiento crucial para su trabajo.
"El equipo también cambia en función de lo que queramos hacer. Hay que prever todos los ajustes con mucha antelación, porque cuando estás en el agua y llega la ola, ya es demasiado tarde. Hay que estar preparado. La palabra clave es anticipación", explicó en una entrevista con la revista Vanity Fair.
Incluso, señaló que tuvo que pasar 10 horas al día en el agua durante cuatro días seguidos, fotografiando a los deportistas. "Pasar tanto tiempo en el agua es algo muy físico. Hay que aguantar", comentó.
"Es fácil deshidratarse en el agua"
Subraya también la importancia de la preparación física y mental para su trabajo como fotógrafo acuático. Menciona que debe ser meticuloso con su alimentación. "Presto atención a lo que como y me hidrato mucho. Es muy fácil deshidratarse en el agua, porque no siempre piensas en beber".
Además, destaca que su labor depende en gran medida de la "apnea", que significa la capacidad de contener la respiración durante períodos prolongados sin usar un equipo de respiración, como un tanque de oxígeno.
Aunque, a primera vista, el trabajo puede parecer sencillo, Thouard asegura que no está al margen de enfrentar desafíos tecnológicos. Debido a su ubicación en medio del Pacífico, enviar las fotos en tiempo real resulta imposible, lo que significa que sus imágenes podrían llegar a la agencia segundos después de que el atleta haya pasado.
No molestar a los surfistas
Encontrar el lugar adecuado en el mar para capturar el momento perfecto sin interferir con los surfistas es un desafío que suele pasar desapercibido para los espectadores.
"Hay que estar en el tubo con el surfista en el momento justo. Es una cuestión de posicionamiento muy preciso y también de conocer al surfista y cómo coge la ola. Algunos surfistas pasan a menos de 30 centímetros de mi cámara", revela.
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