Y con esa mirada entraron a la cancha, convencidos, con ganas y, sobre todo, con garra. Y más porque, segundos antes, en los vestuarios, supieron que iban a saltar al campo con una alineación que más parecía una declaratoria de guerra. La ‘U’ salía con cinco jugadores en delantera. ¡Cinco! Desaparecieron los laterales, carrileros o volantes, como quieran llamarles.