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Gladys Tejeda: “Esta pandemia es como una maratón, tenemos que ser fuertes y unidos”
“Luego de los Panamericanos entré en una lesión de la columna. Fue complicada. No podía ni siquiera caminar. Pensaba dejar el atletismo”, dice la deportista, que se alista para los JJ.OO. de Tokio. La entrevistamos.
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El 23 de febrero de hace un año, Gladys Tejeda era la sexta en cruzar la meta. En su pie izquierdo llevaba una zapatilla magenta de talla 7.5 y en el derecho, una de color verde de 8. Fue la recomendación de los especialistas que descubrieron que sus pies no tenían la misma medida. Pisó el suelo de la Zurich Maratón de Sevilla, en España, donde superó la marca necesaria para asegurar su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio, tercera olimpiada de la que será parte, luego de Londres 2012 y Río 2016. Fue la última competencia de Gladys antes de que empiece la pandemia.
En diciembre último volvió, en un torneo en Taiwán, y ahora es parte de la campaña ‘Nada nos detiene’ de Nike y D1, que propone el empoderamiento femenino. “Invito a las chicas a que se muevan libremente y se unan a esta hermosa campaña”, señala sobre el reto que invita al baile junto a otras figuras como la cantante Renata Flores.
Gladys entrena todos los días a doble horario. Empieza a las 5:30 de la mañana, por casi cuatro horas. Vuelve a las 4 de la tarde, durante dos horas. Ritmo que lo administra entre terapias, recuperación y labores de gimnasio en casa. Con la mira en Tokio. “Nos preparamos como atletas de alto rendimiento. No nos podemos quedar parados”, me dice desde Huancayo, a 3,200 metros sobre el nivel del mar, donde trabaja resistencia y potencia.
-¿Para qué competencia te preparas, Gladys?
Teníamos pensado viajar al extranjero. Pero con este tema de la pandemia, las cosas están un poco restringidas. Para marzo o abril posiblemente tengamos un sudamericano de atletismo en Argentina. Yo tengo que seguir entrenando, porque se nos acorta el tiempo para los Juegos Olímpicos. Mi objetivo es pensar en los 42 kilómetros y tengo que progresivamente levantar las cargas de entrenamiento.
-¿Ya te han comunicado si, finalmente, este año se realizarán los Juegos Olímpicos de Tokio?
Estoy pendiente de lo que pasa en Tokio. Hasta el momento, los JJ.OO. están en pie.
-Hace un año estabas clasificando a Tokio en Sevilla.
Y lo recuerdo con mucha alegría. Recordarlo me sirve para mejorar.
-Llegabas en la cima, tras triunfar en Lima 2019.
Luego de los Panamericanos entré en una lesión de la columna, algo que siempre he sufrido. Pero esa lesión me complicó. Tuve que cambiar de técnico. Pasé a trabajar con Waldir Ureta. Imagínate; si no me hubiera puesto las pilas, hasta ahora estaría sin la marca para Tokio, que sería una preocupación grande. La lesión fue complicada porque no podía ni siquiera caminar. Me lesioné en octubre de 2019 y hasta diciembre de ese año estuve en una crisis muy fuerte. Gracias a Dios me pude recomponer. Incluso, pensaba dejar el atletismo. Me fui recuperando y para diciembre ya estaba recuperada, y me fui a Colombia para hacer un periodo de recuperación para lograr la marca. De ahí viajé a Sevilla y se logró clasificar. Creo que la fuerza mental estuvo ahí y por eso seguí adelante. La verdad que fui a Sevilla dudando, porque después de los Panamericanos de Lima me agarró la lesión y no tuve tiempo para hacer otro control antes de Sevilla, no sabía lo que me iba a pasar. Pero gracias a Dios, mi familia y a toda la gente que me ha apoyado, hemos seguido en camino.
-¿En esos momentos difíciles asoma el miedo?
Nunca tuve una lesión tan dura. Yo no podía ni siquiera sentarme en una silla.
-¿Cómo fue el momento previo a la carrera en Sevilla?
Estaba dudosa. Pero cuando dan el tiro de salida, la misma emoción hace que te olvides de lo que pasa. Lo primero que hice fue encomendarme a Dios y a mi padre que está en el cielo. Pensé en el esfuerzo que hice, no lo podía echar a perder. Llegar a Sevilla no fue fácil. Pero solo pensaba en hacer la marca. Además, te cuento que me vieron muchos peruanos, lo cual fue clave para darme fuerza, flameaban la bandera.
-Se sabe que corriste con zapatillas de diferente talla y color, lo que fue para tu comodidad. Pero ello permite recordar que cuando empezaste en el atletismo, no fue fácil.
Empecé de cero en Junín. En un principio hasta llegué a correr con zapatos de jebe. Allá hay mucha lluvia y con eso tenía libertad para meterme al agua y correr. Ya de ahí me fui perfilando. Tenía una resistencia innata, los mandados de mis padres los hacía de manera rápida. Era una niña bastante inquieta. Volaba. Si mamá me decía que vaya a la tienda, era la primera en salir. Hasta en eso me ponía metas; les hacía competencia a mis hermanos (risas): quién llega primero a la tienda o quién regresa más rápido. Yo ganaba. Mis hermanos ya me llamaban “atleta”. A mi padre le gustaba que yo corriera y él me recordaba cuando no salía a correr.
-Luego de la clasificación en Sevilla, vuelves a competir en diciembre de 2020. Casi un año sin competencia por la pandemia. ¿Cómo fue ese regreso?
Me llegó una invitación de Taiwán, que tuve que aceptar. Sabía que sería una competencia dura, pero tenía que aceptar porque no había más posibilidades. Me caía muy bien terminar el 2020 con una maratón. Te da tranquilidad. Y ahora casi ya estoy recuperada de esa maratón de 42 kilómetros. Logré llegar en el quinto puesto. Solo invitaron a atletas de élite por esto de la pandemia y solo podía viajar el atleta. Fui sola.
-A propósito de esta campaña de Nike y D1, ¿te sientes alguien que inspira a otras mujeres a empoderarse?
Claro. Es la fortaleza que una lleva. Para alcanzar lo que he logrado se necesita bastante coraje, mucha disciplina. Nunca pensé llegar adonde he llegado. Espero que muchas, así como yo, no se rindan, sigan para adelante, que persigan sus sueños, sin miedo a la vida.
-¿Te ha dado el COVID-19, Gladys?
No, gracias a Dios estoy bien. Yo pienso que una de las razones es hacer deporte. Tal vez para aminorar este problema, lo más sano es empezar a hacer deporte, porque este virus ataca a las personas que tienen sobrepeso o son sedentarias. El estrés también influye. Entonces, hay que salir a oxigenar el organismo. Salir a caminar, usar bicicleta. El deporte puede tener muy bien al sistema inmunológico. Y si haces deportes, vas a querer comer saludable.
-¿Dirías que esta pandemia es como una maratón?
Es verdad. Es un proceso largo. Claro, tenemos la esperanza de que la vacuna ya está. Pero en nuestro país estamos avanzando muy despacio. Para llegar a una cobertura del 100%, será un recorrido un poco largo. Nos faltan muchos kilómetros, pero ya está la vacuna, ya se dio la salida. Sí, esta pandemia es como una maratón.
-¿Cómo debemos correr esta maratón de la vida?
La meta será cuando logremos estar inmunizados todos. Hacia allá vamos. De repente estaremos en el km 10, nos falta recorrer 32 km. Hay que tener paciencia. La mente tiene que estar centrada; si nos dejamos vencer, en el km 21 podemos perder. Tenemos que ser fuertes, unidos y dar batalla. No nos puede vencer.
AUTOFICHA:
- “Soy Gladys Tejeda Pucuhuaranga. Soy de la provincia de Junín y tengo 35 años. Después de los juegos de Tokio, esperaré el siguiente juego olímpico, porque es la meta que me he trazado siempre, desde que salí de Junín a Huancayo”.
- “Ahora participo en la campaña de Nike y D1 ‘Nada nos detiene’. Esta campaña me parece muy bien y si se trata de la mujer, ahí estamos. Antes tuve la oportunidad de presentarme en el programa de Gisela Valcárcel; fui a bailar por una causa para apoyar a un niño”.
- “Para correr también se necesita ritmo, sobre todo para la maratón y la media maratón. Si se llegan a reabrir las competencias, además del Sudamericano y de las olimpiadas, me gustaría competir en una media maratón o una maratón más para culminar el año. Pero por la pandemia no podemos planificar al 100%”.
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