Los debuts siempre son complicados, y, en el caso de Óscar Ibáñez, debe tratarse de uno de los estrenos más retadores que algún DT de la Selección haya tenido que afrontar en los últimos años. Y es que a lo largo de la historia siempre ha habido, algunos más exitosos que otros, técnicos llamados a ser bomberos, como también otros que aceptaron a tomar el timón de un barco hundiéndose.
El caso del exarquero de aquel Cienciano campeón de la Copa Sudamericana, en tal sentido, es algo particular. Si bien es el tercer estratega en tomar las riendas del ‘Equipo de Todos’ en un solo proceso eliminatorio, Ibáñez ha asumido la dirección técnica de un equipo que, pese a atravesar un momento crítico, aún sigue con vida. Y es que, recuerde que para el próximo Mundial hay seis cupos y medio (¡De un total de diez selecciones!).
Mañana, a las 8:30 de la noche, Perú recibe a Bolivia, cuadro ubicado, a tan solo seis unidades de distancia, en el mágico séptimo puesto, que otorga un cupo al repechaje. En la última posición de la tabla, el presente de la Selección es nefasto, aunque la llegada de Ibáñez, ciertamente, ha generado optimismo en la Videna.
Después de todo, gran parte del grupo conoce al ‘profe’ desde los tiempos de Gareca, cuando el ahora nuevo jefe se desempeñaba como preparador de arqueros en el comando técnico del ‘Tigre’. Y, justamente, a falta de lo futbolístico (hasta que buenas actuaciones demuestren lo contrario), la esperanza radica en lo anímico. Cuál sea la motivación, poco importa; solo vale ganar.