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La trágica historia del boxeador Gerald McClellan: De campeón de peso mediano a un sillón reclinable
El ex boxeador estadounidense no volvió a ser el mismo después del combate que protagonizó ante Nigel Benn.
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Una pelea lo cambió todo. Un 25 de febrero de 1995, el boxeador Gerald McClellan, campeón de peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo (31 victorias, 29 por nocaut) se enfrentó al título mundial de los supermedianos del CMB, Nigel Benn, para ser el rey en los dos pesos.
El enfrentamiento tuvo lugar en el London Arena de Inglaterra frente a más de 10 mil espectadores y a otros 13 millones de personas que vieron aquel enfrentamiento por televisión.
Fue un combate bastante igualado, pero las tarjetas le iban a dar el título a McClellan. Hasta que un derechazo de Nigel Benn en el ojo izquierdo de su rival lo llevó a una esquina y lo obligó a arrodillarse sobre la lona.
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Tras el fuerte impacto, McClellan comenzó a parpadear constantemente y a mover su nariz. En el décimo round Benn derribó al oriundo de Illinois dos veces. El conteo llegó hasta diez. 'G Man' estaba inconsciente y tuvo que ser trasladado al hospital.
McClellan fue operado de emergencia, tenía un coagulo en el cerebro. Pasó dos semanas en coma. Ceguera, pérdida de memoria a corto plazo, problemas de audición fueron las consecuencias de aquél desafortunado golpe. Y un futuro en silla de ruedas.
Lisa, su hermana, quien lleva 22 años cuidando de él, dijo a el Chicago Tribune que todo ha sido muy difícil, y culpó en parte a las autoridades: "La vida sería más fácil si hubiera algún tipo de pensión o seguro dado a los boxeadores para tratar de protegerlos", dijo.
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El costo del cuidado médico del boxeador tiene un valor de 70 mil dólares anuales. Ellos reciben un cheque del gobierno de US$ 1920, pero no es suficiente.
McClellan pasa la mayor parte de su tiempo en un sillón reclinable. Puede alimentarse por sí mismo, pero requiere ayuda en todas las demás funciones
"Mi mamá nos crió para cuidarnos, y supongo que estoy haciendo lo que se espera. Él confía en mí tanto, que nunca podría irme y vivir en paz sin saber qué le pasaría", dijo su hermana.
El ex boxeador estadounidense no volvió a ser el mismo después del combate que protagonizó ante Nigel Benn.
LA PELEA FINAL
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