Yo he nacido en el fútbol y para el fútbol. Desde muy pequeño mi sueño fue ser futbolista y, gracias a Dios, lo pude conseguir. Por una lesión me vi obligado a retirarme a los 28 años, pero el fútbol seguía siendo ese lugar especial para mí y no podía dejarlo ir tan fácilmente. Traté de buscar caminos para seguir ligado a esto, así empecé a trabajar como comentarista deportivo. De manera paralela, estudié para ser entrenador y poco a poco fui enfocándome de lleno a la dirección técnica. Evidentemente, para mí, la profesión más hermosa es ser futbolista y después lo más cercano es ser entrenador. He aprendido muchísimo de cada etapa que he tenido y siempre estoy buscando nuevos retos para seguir creciendo.