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Asamblea Constituyente: más dinero para los mismos políticos
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Por Asociación de Contribuyentes
Mientras los sectores económicos están paralizados producto de las protestas y existe una real necesidad de impulsar trabajos para millones de peruanos, una facción insiste en impulsar una Asamblea Constituyente, la cual –aunque no queda claro aún– sería conformada por 130 asambleístas que estarían en funciones por 9 meses, prorrogables por 3 meses más. Es decir, por lo menos un año. Todo ello generaría un millonario gasto que podría ser destinado a sectores que lo necesitan.
La experiencia en Chile nos dio una pauta interesante. Allá se gastaron más de 70 millones de dólares en dos años, todo esto en el referéndum, las elecciones de los constituyentes, los sueldos y todas sus asignaciones. Y la Constitución se rechazó. Dos años de gasto y la Constitución no se aprobó. Chile hoy es un país con menos inversión, con más inseguridad ciudadana, y camino a volver a gastar más dinero en generar varios mecanismos complejos y algo enredados para cambiar la Constitución, ahora de otra manera, pero con más gasto de dinero.
Aquí en Perú, la ola de protestas que se desató en el país tiene como principal exigencia la renuncia de Dina Boluarte, el cierre del Congreso, el adelanto de elecciones y una Asamblea Constituyente. Este último punto es una iniciativa que el gobierno de Pedro Castillo, de sus aliados y de la izquierda, han intentado promover sin tener en cuenta el riesgo que promueve como la inestabilidad política, incertidumbre jurídica y el riesgo de que se instaure un régimen autoritario.
Lo cierto es que mientras muchos piden que Boluarte renuncie, incluso sectores de centro o progresistas, lo único que logran es que los grupos radicales y muchos líderes de la izquierda peruana, sigan empujando más y más sus demandas, pidiendo la salida de Williams, luego que se nombre una mesa directiva a su medida, y finalmente que esa mesa directiva a su medida convoque a un referéndum para el cambio total de la Constitución. Este es el único plan que parece muy claro. Por eso, líderes como Raúl Noblecilla, abogado del congresista Guilermo Bermejo y exabogado del encarcelado Pedro Castillo, hablan de un “momento constituyente”.
El problema es que las prioridades hoy en Perú son otras. Es cierto que la paz se debe buscar en los siguientes días y a la presidenta del Perú se le exige mucho más ánimo de diálogo en este sentido. Pero también es cierto que las protestas y la crisis económica de la que aún no salimos nos plantea la necesidad de generar muchos más puestos de trabajo para millones de peruanos y atender la crisis que afrontan los sectores económicos y agrarios.
Pero además del impacto social que tendría una Asamblea Constituyente, también generaría un gasto millonario que provendría del dinero de todos los peruanos.
En concreto, una Asamblea Constituyente podría costar al menos S/450 millones. ¿Por qué? La constituyente estará conformada por 130 asambleístas que tendrán las mismas prerrogativas que los congresistas y que estarán en funciones por 9 meses, prorrogables por 3 meses más; es decir, por lo menos un año. A ello se suma que el actual Legislativo se mantendrá en funciones. ¿Qué implica esto? En la práctica, sería como tener un Congreso “paralelo” o “espejo”, incluso a nivel presupuestario.
Es decir, el sueldo y otros beneficios de un asambleísta serían similares al de un congresista, que percibe al mes S/ 26,000, entre remuneración, gastos de representación y bonos de desempeño, más dos gratificaciones al año y compensación por tiempo de servicios (CTS).
El costo de la planilla por un año de 130 congresistas supera los S/40 millones, sin contar CTS. A ello se suman los asesores y el personal por cada asambleísta y sus sueldos, además del alquiler de oficinas y otros temas logísticos. El actual Parlamento tiene 3 mil trabajadores y se le destina S/880 millones.
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