La presidenta Dina Boluarte ha sostenido que, gracias a las estrategias elaboradas por el Ejecutivo, el crecimiento económico superará el 3% este año y que ese dinamismo continuará en 2025. Sin embargo, lo que la mandataria no ha tomado en cuenta es que dicho crecimiento es insuficiente para revertir la actual problemática que enfrentan los jóvenes y que, por el contrario, los está condenando a tener empleos mal remunerados en el futuro.
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Según un estudio del Banco Central de Reserva (BCR), la participación de jóvenes que no están matriculados ni que asisten a un centro educativo y están desempleados (conocidos como ‘ninis’ porque no estudian ni trabajan) se sitúa “significativamente por encima del nivel de 2019”, año previo a la crisis sanitaria.
El BCR concluye que dicha situación muestra “cómo la dinámica económica de los años posteriores a la pandemia del COVID-19 fue insuficiente para revertir los impactos negativos sobre la población juvenil”.
Producto del COVID-19, el PBI se desplomó en 10.9% y dicho deterioro disparó el porcentaje de ‘ninis’ a 26.1%, según el INEI. Con el crecimiento obtenido en 2021 y 2022, de 13.4% y 2.8% respectivamente, la participación de ‘ninis’ se redujo a 18.5% en 2021 y 16.8% en 2022, pero subió a 17.1% con la recesión del año pasado (-0.4%).
Según la información histórica, el porcentaje de ‘ninis’ se ha mantenido a niveles cercanos a 14% cuando la economía crecía en promedio 6%, de ahí la necesidad de crecer a mayores tasas.
Impacto
El BCR señala que incluso el porcentaje nacional de ‘ninis’ oculta ciertas heterogeneidades. Explica que, por ejemplo, la participación de ‘ninis’ en las zonas urbanas (17.6%) es mayor que en las zonas rurales (15.1%), lo que guarda relación con la incidencia de la pobreza, que actualmente es superior en las urbes.
“Entre los jóvenes en hogares en situación de pobreza hay una mayor proporción de quienes no estudian ni trabajan. De hecho, la participación de los ‘ninis’ entre los jóvenes pobres fue 23.8%, frente a solo 14.5% en hogares no pobres en 2023”, indica el BCR.
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Así, el estudio concluye que la presencia de ‘ninis’ se vincula con la situación de vulnerabilidad económica de los hogares, pues la probabilidad de ser ‘nini’ desciende a medida que los jóvenes residen en hogares de quintiles superiores de ingresos.
Y entre las consecuencias de esta problemática está la disminución de la productividad futura, así como de la empleabilidad de esta población, debido a que la falta de preparación los inhibe a acumular capital humano y, por lo tanto, limita sus ingresos.
Políticas de reversión
Además del respectivo crecimiento económico, el Banco Central subraya la necesidad de intervenciones específicas para atender esta problemática.
Entre estas destacó que se requiere de políticas que fortalezcan las oportunidades educativas y reduzcan las barreras a empleo de calidad para los jóvenes.
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