En las páginas finales el informe de la UIF concluye que el 35% de los casinos y salas de tragamonedas en el Perú presentan un riesgo entre medio y muy alto de lavado de dinero. “Nosotros pensábamos que el entendimiento del riesgo que había en el sector era distinto y lamentablemente no era así [...] creo que hay un tema casi cultural, de sentir que ‘el problema no es mío, yo cumplo otro rol distinto, no sé por qué me someten a tantas normas’”, dice Sergio Espinosa, jefe de la UIF.