María Luisa Málaga, directora ejecutiva de Abresa
Este mes celebramos el Día del Bodeguero, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de estos pequeños comercios en nuestros barrios y su rol esencial en el crecimiento económico del país. Es importante reconocer y valorar el arduo trabajo y la dedicación de los bodegueros, quienes no solo ofrecen productos y servicios, sino que también fortalecen el tejido social y económico de nuestras comunidades.
Las bodegas de barrio son mucho más que simples puntos de venta, son espacios de encuentro, confianza y apoyo mutuo. En ellas, el bodeguero conoce a los clientes por su nombre, sabe sus preferencias y está siempre dispuesto a brindar una mano amiga. Este vínculo cercano y personalizado es un elemento fundamental que diferencia a las bodegas de otros formatos de comercio y contribuye a la cohesión social.
Sin embargo, no podemos ignorar que los bodegueros no son ajenos a la inseguridad ciudadana que aqueja a nuestro país. La criminalidad ha impactado gravemente en la operatividad de estos comercios. Según estadísticas recientes, más de 2,500 bodegas han tenido que cerrar en los últimos dos años debido a la inseguridad. Estos cierres no solo afectan a las familias de los bodegueros, sino también a toda la comunidad que depende de estos negocios para sus necesidades diarias.
Es crucial que las autoridades tomen medidas concretas para garantizar la seguridad de los bodegueros. Ellos deben ser considerados aliados estratégicos en la lucha contra la delincuencia, debido a su ubicación clave como puntos seguros del barrio. Además, la organización vecinal debe fortalecerse alrededor de estos comercios, creando redes de apoyo y vigilancia que contribuyan a disuadir la criminalidad.
Desde la Asociación de Bebidas y Refrescos sin Alcohol del Perú (Abresa), hacemos un llamado para que se reconozca el valioso aporte de los bodegueros y se brinde la protección que necesitan para continuar operando con tranquilidad. Es necesario que se implementen políticas públicas que no solo protejan a estos comerciantes, sino que también promuevan su desarrollo y crecimiento.
En este Día del Bodeguero, celebremos a estos héroes anónimos de nuestros barrios. Reconozcamos su esfuerzo y dedicación, y trabajemos juntos para construir comunidades más seguras y prósperas porque, cuando una bodega cierra, no solo pierde el bodeguero, perdemos todos.