PUBLICIDAD
[Entrevista] Diego Macera: “Lo que hemos construido en los últimos 30 años está en riesgo”
Imagen
Fecha Actualización
En medio de un clima de incertidumbre que atraviesa el país, Diego Macera explica los riesgos que suponen varios de los anuncios del mensaje de 28 de julio de Pedro Castillo así como el actual gabinete para la economía peruana, que se enfrenta a la posibilidad del retorno de anacrónicas políticas de los años 80. Además, advierte que la mención a impulsar una Asamblea Constituyente supone una distracción ante prioridades que aquejan y urgen realmente a las familias peruanas: la lucha contra la pandemia y la recuperación de empleos mediante la reactivación económica.
¿Cuál es la impresión que ha dejado el mensaje de 28 de julio de Pedro Castillo y el nuevo gabinete? Una situación como esta no se había visto antes.
El mensaje de 28 estuvo más o menos dentro de lo que se esperaba. Hubo un lamentable énfasis en la Asamblea Constituyente. (Castillo) dijo que iba a enviar este proyecto de ley al Congreso para permitir la Constituyente y modificar el artículo 206 de la Constitución, lo cual es el camino regular que seguir, pero también tuvo otros comentarios confusos, como (que somos) un pueblo condenado a seguir prisionero de la Constitución. En general, el discurso dejó un sinsabor, pero ya luego al día siguiente con la composición del gabinete, creo que el mensaje fue clarísimo, de confrontación. En general, este no es un gabinete técnico, pensado para gobernar; es un gabinete político, para polarizar.
En el mensaje abundaron las menciones a la inversión pública, pero no a la privada. ¿Qué efecto puede esperarse en los mercados y en la economía nacional a mediano plazo?
Es verdad, prácticamente no hubo alusiones a la inversión privada, fueron poquísimas veces que apareció, y fue en un contexto (al hablar) de minería o algo más. Más bien, fue mencionada con un tono de hostilidad o de escepticismo, casi como haciendo un favor al permitir que haya iniciativa privada de las familias y de las empresas. De este modo es imposible avanzar. Si Pedro Castillo va a ser el presidente del bicentenario por los siguientes cinco años, creo que más temprano que tarde notarás que el rumbo que está siguiendo es insostenible y que solo va a llevar a más confrontación, a más desempleo y más pobreza.
¿Podemos hablar de más o menos cuánto tiempo se podría observar un impacto en el empleo?
Muchas cosas reaccionan de forma inmediata; entonces muchos de los proyectos que esperaron durante la etapa de pandemia y hoy se estaban reactivando, posiblemente (los inversionistas) lo van a pensar dos veces. Hay algunos sectores con miradas de mediano a largo plazo que están también sumamente preocupados por qué cosa va a pasar, pero aquí quiero ser claro. En realidad, todos los sectores están en riesgo, los empleos generados independientemente del sector también están en riesgo. Lo que hemos construido en los últimos 30 años está en riesgo. Esto creo que es a veces difícil de interiorizar por lo duro que es, y creo que no todos lo hemos hecho de la misma manera, pero es cierto y ese es el panorama al que nos enfrentamos hoy. Ahora, en vez de entrar en pánico, creo que los actores políticos, sobre todo, tienen que actuar con muchísima inteligencia y muchísima responsabilidad. Porque, como decía, este es un juego de varias etapas.
SEn cuanto al empleo, ¿hay sectores o actividades que sean un poco más vulnerables a verse afectados primero por la incertidumbre?
Los que tienen una exposición directa al tipo de cambio son los que tienen (pueden sentir) un efecto inmediato. Entonces, los sectores que dependen de importaciones, buena parte de los que están en el rubro de consumo de alimentos, en estos tiene un efecto casi inmediato; los que están vinculados al sector comercio están también relacionados a cadenas importadoras. Por otro lado, tienes sectores que demandan cierto nivel de compromiso de mediano plazo; pensemos en la venta de vehículos o la venta de departamentos o bienes inmuebles en general. Estos son sectores que demandan que las personas que compran sientan o perciban un clima de estabilidad para los siguientes años, que es lo primero que desaparece cuando hay circunstancias como esta. Creo que también está en este espacio la minería; es uno de los que está en el debate. Este concepto del presidente, de rentabilidad social, que la verdad es muy poco claro... y a mí me parece irresponsable jugar así con la estabilidad jurídica.
¿Se ha visto qué tanto se pueden recortar las estimaciones del consumo privado?
No hemos tenido revisiones en los últimos días dado lo que ha pasado. Cuando uno compara interanual, es muy probable que te salga positivo por la caída desastrosa de 2020, tanto en consumo privado como en inversión privada (…). Por efecto estadístico, lo más probable es que te salga un número positivo para 2021. Ya a estas alturas, creo que es muy probable que tengamos, nosotros (el IPE) y otras instituciones, que recortar los estimados de crecimiento, tanto para inversión privada como para consumo privado, y esto va a golpear los estimados que teníamos de crecimiento para 2021. El consumo privado es dos tercios del PBI; entonces, cualquier recorte en este rubro va a tener un efecto fuerte sobre las proyecciones de crecimiento del año.
En cuanto a la minería, ¿cuál es el mensaje que debería dar el gobierno? El término de rentabilidad social ha sido criticado por ser ambiguo…
Creo que acá contra lo que se atenta directamente es el clima de predictibilidad y de estabilidad jurídica para trabajar. Es muy complicado introducir un concepto, un requerimiento tan ambiguo (como el de rentabilidad social), con puntos que no están especificados de ninguna forma. ¿Cómo se pretende evaluar? Sobre todo con inversiones que ya están hechas, que ya han empezado bajo cierto marco legal, que es el que tiene que respetarse. Incluso agregaría un espacio más de preocupación, y es esta idea de que el Estado tiene que ser ejecutor o socio mayoritario en los proyectos extractivos. Supongo que esto se refiere a algo más parecido a un modelo boliviano, donde el Estado asume los riesgos de la actividad productiva y esta realidad significa regresar a las experiencias que ya tuvimos en los años 70 y 80, con resultados nefastos.
Hubo una mención a Petroperú en el mensaje de 28 de julio respecto a que tenga mayor participación en la cadena del sector petrolero. Considerando que la industria ya atravesaba una crisis, ¿esto puede significar entrar a una etapa peor a la que ya había?
Esto hace alusión a una de las obsesiones de parte de la izquierda política de hace muchos años. Esta vuelta, esta reincorporación de Petroperú en cadenas más upstream, con mucha más fuerza. El presidente mencionó exploración (petrolera), mencionó meter a Petroperú en explotación, sin innecesariamente estar con un actor privado de la mano. Aquí no hay nada nuevo bajo el sol, todo lo hemos visto antes, y todo ha tenido malas consecuencias. El cambio que se dio en la Constitución de 1993, para tener al Estado haciendo actividad empresarial solamente de manera subsidiaria, tiene un motivo de fondo, y es precisamente no caer en estas trampas que nos pusieron las empresas públicas, yo diría sobre todo Petroperú. Petroperú es la empresa más grande por ventas, no es poca cosa de lo que estamos hablando aquí.
Imagen
En la campaña presidencial, Pedro Castillo se refirió a respetar la autonomía del Banco Central de Reserva (BCR), pero tenemos a un jefe de la PCM, Guido Bellido, que cuestionaba la presencia de Julio Velarde en la entidad monetaria. ¿Tenemos hoy un gabinete ministerial que representa una situación más riesgosa para la economía que el gobierno que se perfilaba en campaña?
Los indicadores económicos que se han recogido el viernes apuntan a que hay un cambio en los sentimientos empresariales de los inversionistas respecto de la estabilidad del sol, de la fortaleza de la economía peruana de forma inmediata, y por supuesto que esto responde al nombramiento del primer ministro y quizás a algunos miembros de su gabinete (…). Una de las principales fuentes de expectativa generalmente optimista que se podía haber tenido era con la continuidad de Velarde al frente del Banco de Reserva. Eso, en las actuales circunstancias, parece más complicado.
Además, es posible hacer reformas que necesita el país sin necesidad de ir a una Asamblea Constituyente…
Absolutamente, si nos molesta algo de la actual Constitución, veamos cuáles son los artículos que hay que cambiar, encontremos los consensos, y si existen los consensos, vamos para adelante. Los mecanismos de reforma constitucional existen, la Constitución ya se ha modificado varias veces. No siempre para bien, la verdad, pero se ha modificado (…). En mi opinión, las modificaciones centrales tienen que ver más por el lado de lo político, tienen que ver con la representatividad, con cómo estamos estructurando los distritos electorales; de repente podemos abrir la puerta a conversar sobre incorporar un Senado. Yo creo que tenemos que volver a repasar cómo hacemos más eficiente el sistema de descentralización para que efectivamente el Estado dé servicios de calidad. Ahora, si me preguntas, ¿es lo más importante ahora? No, lo más importante es enfocarnos en reactivación económica y control de la pandemia. Acelerando si es posible el programa de vacunación, y fortaleciendo las capacidades de respuesta del sector de salud; esas son las prioridades.
Luego de todo lo acontecido en estos días, ¿qué opina de la juramentación de Pedro Francke como titular del MEF?
Por más que hoy se catalogue como la opción moderada, Pedro Francke es un economista de izquierda con un perfil muy distinto al que han tenido los líderes del MEF en los últimos 30 años. A lo largo de los años, su visión ha sido escéptica de la creación de riqueza y la inversión privada. No estoy seguro de que eso vaya a cambiar de la noche a la mañana y menos con el gabinete que lo acompaña. Ahora, la juramentación de Pedro Francke era lo que los mercados ya tenían descontado desde hace semanas. El tema de fondo es el tipo de gabinete del que forma parte y que él contribuye a legitimar.
DATOS
“El empleo sigue sumamente resentido. En Lima todavía estamos con niveles de empleo adecuado 30% menores a lo que teníamos en 2019. Eso significa casi un millón de personas menos. Nosotros y el BCR estimábamos que el PBI iba a llegar a niveles prepandemia hacia la primera mitad de 2022 (…). Eso era hasta hace dos semanas. No hemos hecho las estimaciones de cuánto puede cambiar en el actual panorama, pero ciertamente, en vez de reducirse la incertidumbre, la verdad es que se ha ampliado enormemente”.“Cuando el presidente habla sobre el respeto a la propiedad privada, que no va a nacionalizar, que no va a quitar fábricas, esas garantías que mencionó en la campaña y luego en su mensaje, hay que ser claro, no están citadas en un contexto de Asamblea Constituyente”.
VIDEO RECOMENDADO
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD