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¿Es viable ampliar el acuerdo entre el sistema público y privado de salud para otras enfermedades?
Hace unos días, el Seguro Integral de Salud (SIS) y las clínicas privadas llegaron a un acuerdo para que pacientes COVID-19 se puedan atender en estos establecimientos a todo costo y todo servicio, en caso no encuentren camas en los hospitales públicos. Se estableció una tarifa plana para dichas atenciones de 55 mil soles, que serán cubiertos por el Estado.
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Hace unos días, el Seguro Integral de Salud (SIS) y las clínicas privadas llegaron a un acuerdo para que pacientes COVID-19 se puedan atender en estos establecimientos a todo costo y todo servicio, en caso no encuentren camas en los hospitales públicos. Se estableció una tarifa plana para dichas atenciones de 55 mil soles, que serán cubiertos por el Estado.
En ese contexto, el ministro de Salud, Víctor Zamora se refirió a la posibilidad de extender este acuerdo para que pacientes con otras patologías puedan atenderse. ¿Qué tan viable es integrar el servicio privado y público para otros casos?
Flor de María Philipps, directora del MBA en Salud de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) señaló: “El intercambio prestacional entre el sector público y el sector privado es algo de lo que se viene hablando y en lo que venimos trabajando en el Perú desde el año 2013, cuando salió la primera norma prestacional”.
“En principio, y conceptualmente hablando, es perfectamente posible que haya este intercambio, que en buena cuenta no es más que la compra-venta de servicios”, apuntó la experta, quien también ocupó el cargo de jefa de Susalud.
En esa línea, detalló que una de las condiciones ideales para esta negociación es la importancia de sentarse a conversar en un marco de confianza y respeto mutuo. Por otro lado, es fundamental que se apliquen las herramientas adecuadas para negociar.
“La primera herramienta es la de costos. Por ejemplo, la clínica puede decir que la cama cuesta S/ 3 mil, y el financiador público o las IAFAS (Instituciones Administradoras de Fondo de Aseguramiento en Salud) públicas como el SIS, como aseguradora debe ir a las mesas de negociaciones con datos para llegar a un acuerdo de costos. No solo de camas, sino también de medicamentos, insumos y honorarios”, explicó.
Otra herramienta para negociar es el tarifario, que se construye cuando se tienen definidos los costos. Como tercera herramienta, Philipps mencionó a los mecanismos de pago. Son tres los más usados. Uno de ellos es el pago por servicios, en el caso que el SIS le pague a una clínica privada por cada consulta.
La transferencia de riesgo es otro mecanismo de pago y se da, por ejemplo, en caso el SIS le pague a la clínica un monto fijo por una cantidad determinada de personas para consultas. Asimismo, hay mecanismos para casos de mayor gravedad como el GRD, o grupo relacionado de diagnóstico, explicó la especialista. Este mecanismo sirve para la hospitalización por alguna atención. Otro mecanismo es el paquete quirúrgico, si hay que hacerle una intervención al paciente, se establece un costo previo para esos casos.
“Otro de los puntos para llegar a un acuerdo es la auditoría médica y la auditoría de la prestación, o de la factura, que son mecanismos donde el que paga tiene derecho a ir a la clínica a ver si a sus asegurados les está dando el servicio que ellos han contratado”, añadió Philipps.
Con la experiencia previa de una negociación turbulenta entre el sistema público y privado para el intercambio prestacional a pacientes COVID-19, Philipps sostuvo que los puntos mencionados deben estar claros en una mesa de debate con criterios legítimos, sobre todo para establecer los costos.
“Se debe llegar a un acuerdo como una negociación de compra venta de servicios, no como un tema político. Este es un tema técnico, y como tal, tiene racionalidad. El marco normativo está dado, porque hay normas de intercambio prestacional”, subrayó.
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