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Midori de Habich: "Colaboración público-privada: Juntos en bien de los usuarios de los servicios de salud" [Opinión]
Las asociaciones público-privadas podrán fortalecer los establecimientos de salud en infraestructura y equipos, para así ofrecer un servicio de calidad.
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No obstante los avances que ha tenido el sector salud en el Perú, actualmente existe un significativo déficit de oferta de servicios de salud, debido, por un lado, a la fragmentación del sistema en subsectores que han actuado como compartimientos estancos y, por el otro, a la ausencia de un flujo sostenido de inversión en las décadas anteriores. Ello genera que el usuario enfrente tiempos de espera prolongados, listas de espera excesivas y frecuentemente una deficiente calidad en la prestación del servicio.
Para hacer frente a esta situación, se ha puesto en marcha la reforma de salud, cuya finalidad es lograr la cobertura universal de salud, mediante la extensión de la cobertura del aseguramiento; la ampliación de la cantidad y calidad de los servicios de salud; la garantía efectiva de los derechos de los usuarios; y la modernización de la organización y gestión del sector.
En ese marco, hoy el sector salud cuenta con mecanismos para impulsar una diversidad de modalidades de colaboración público-privada para la prestación de los servicios de promoción, prevención, recuperación y rehabilitación de la salud que hasta hace poco eran impensadas.
Con la posibilidad de implementación de corto plazo, el Seguro Integral de Salud (SIS) cuenta con facultades de contratar servicios de prestadores privados para cubrir una multiplicidad de necesidades de salud de sus asegurados.
En la actualidad, este seguro está contratando servicios itinerantes de tamizaje de cáncer, servicios de consulta médica, servicios oftalmológicos, odontológicos, cirugías electivas, entre otros.
Esta opción tiene un gran potencial para la introducción de servicios innovadores en forma complementaria a la oferta pública y requiere el fortalecimiento del SIS para que siga desarrollando plenamente su rol de asegurador y comprador de servicios de salud.
Desde una perspectiva de mediano y largo plazo, el sector ha venido impulsando asociaciones público-privadas. Mediante estos contratos, consorcios privados pueden construir y equipar establecimientos de salud del sector público que actualmente son obsoletos, lo que dificulta la prestación oportuna de servicios de calidad.
La política del Ministerio de Salud (Minsa) ha estado orientada al Modelo de Bata Gris, en que el privado no solo asume el financiamiento, el diseño y la construcción, sino también el mantenimiento de la nueva infraestructura y equipos, así como la operación de los servicios generales (servicios de apoyo y no clínicos), mientras que sobre el sector público recae la responsabilidad de la gestión clínica.
El Minsa ha iniciado la operación del primer contrato de Bata Gris en el Instituto Nacional del Niño-San Borja por 10 años; y se encuentran en desarrollo siete propuestas de iniciativas privadas cofinanciadas bajo este modelo: hospitales Cayetano Heredia, Hipólito Unanue, Sergio Bernales, Huaycán, servicio de radioterapia, servicio de patología para la red primaria y servicio de gestión de residuos sólidos biocontaminados.
Para cerrar, en forma complementaria, entre los sectores público y privado deben cerrar la brecha de servicios que hoy aqueja al ciudadano peruano. Por ello, es indispensable mantener las reglas claras y estables, así como aprender juntos de las experiencias que vienen en marcha.
"En la actualidad, el SIS está contratando servicios itinerantes de tamizaje de cáncer, servicios oftalmológicos y otros".
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