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[OPINIÓN] Patricia Teullet: Sorpresa desagradable
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Estamos acostumbrados a que los candidatos, una vez elegidos, incumplan sus promesas electorales. Sin embargo, sí anticipamos cierta línea. En el caso de Pedro Castillo y Perú Libre, podíamos anticipar que sería un gobierno totalmente contrario a la inversión privada. Pero, en el caso de Renovación Popular, esperábamos una actitud proclive a la inversión privada, por lo que ha resultado una sorpresa desagradable que el propio López Aliaga, así como los alcaldes de su partido en Ate y La Molina, hayan debutado con acciones que ahuyentan la inversión.
En el caso del alcalde de Lima, ya sabemos que quiso desconocer el laudo arbitral que da la razón a Rutas de Lima y otorga una medida cautelar con relación a los peajes. Después de haber lanzado amenazas que hicieron mucho daño, ahora, al menos temporalmente, está callado con relación a este tema. Lo que no sabemos es si ese silencio se debe a que ha entrado en razón o si es solo la preparación para un nuevo ataque.
En el caso del alcalde de Ate y sus clausuras de locales, este saltó a la fama cuando cerró el restaurante Granja Azul. Ello puso al descubierto la costumbre del alcalde de hacer inspecciones, encontrar cualquier falla, por mínima que sea, y cerrar el local hasta nuevo aviso. Sin que necesariamente lo sea, es la estrategia perfecta para cobros ilegales a fin de acelerar los plazos. Mientras tanto, negocios que no operan, actividad productiva o comercial que no se realiza, con la consecuente pérdida de ingresos para los trabajadores, las empresas e incluso menor recaudación para el Estado.
El caso del alcalde de La Molina es similar: se niega a la apertura del centro comercial de Cencosud presionando porque hoy existe una ciclovía mal colocada que no existía cuando se realizó la obra y argumenta, sin prueba alguna, que la manera de reducir el impacto vial es haciendo gratuito el estacionamiento. Cobrar o no por un servicio debe ser consecuencia de una decisión de negocios tomada por la empresa y no por la presión o decisión arbitraria de alguna autoridad, atentando contra la libertad de empresa mientras deja a mil familias sin el ingreso que tendrían si el centro comercial estuviera funcionando.
Este año, el Perú crecerá por debajo de 1%. Eso significa que no se generará el número de empleos necesario para reducir la pobreza. Para 2024 no se espera un escenario mucho mejor. Seguimos estando lejos del 6% que debería ser la tasa de crecimiento del país para realmente reducir la pobreza, y la responsabilidad la tienen los gobiernos: nacional y subnacionales (regionales y alcaldías), así como un Congreso populista cuyos proyectos de ley siguen yendo contra toda sensatez económica, mandando las señales equivocadas a quienes tienen capacidad de invertir.
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