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¿Por qué seguir alimentando a un muerto?
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Por Asociación de Contribuyentes
El gobierno lleva aportando montos multimillonarios para garantizar las operaciones de la quebrada empresa estatal Petroperú, supuestamente, para rebajar el costo de los combustibles. Pero la gasolina nunca ha estado tan cara, y en lo que va de 2022, se han inyectado US$1,873 millones para solventar la caja de la empresa pública importadora del 41% de la gasolina a nivel nacional.
La semana pasada se anunció una inyección directa por US$1,000 millones, además de US$123.3 millones para el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC) y los US$750 millones aportados en mayo por el Ministerio de Economía.
¿Para qué seguimos alimentando a una empresa que de otro modo estaría quebrada? Sin dudas, ya había problemas por la modernización de la Refinería de Talara, un ‘elefante blanco’, según diversos analistas. La obra arrancó en 2014 y tras ocho años hay 18 de 21 unidades auxiliares sin culminar, advirtió la Contraloría hace unos días. El costo se ha multiplicado cinco veces –de US$1,335 a US$7,000 millones–, y, a pesar de ello, contamos con una de las gasolinas más caras de Latinoamérica, cuyo precio ha subido 40% este 2022.
¿Qué responsabilidad tiene el gobierno de Castillo? Mucha. La deuda de Petroperú aumentó de forma desbocada desde el inicio de su gestión (+37%) y la gasolina sigue subiendo. A ello se suma el caso de corrupción que protagonizó su ‘protegido’, Hugo Chávez, nombrado gerente general de la empresa, y quien se mantuvo en el cargo entre octubre de 2021 y marzo de 2022, a pesar de los destapes. La semana pasada, Fermín Silva confesó que habría coimeado a Pedro Castillo para colocar a Chávez en esa posición.
Por ello no debe extrañar que Fitch rebajó la calificación de Petroperú a categoría ‘basura’, por debajo del grado de inversión. La ausencia total de gobernanza y de independencia del poder político es, sin duda, uno de los factores más peligrosos en una empresa pública. Los presidentes de Francia u Holanda no pueden despedir ni nombrar al CEO de la aerolínea de bandera Air France-KLM, por ejemplo.
Gran parte del problema radica también en la pésima decisión tomada en el gobierno de Ollanta Humala, de apostar por un proyecto como el de Talara. Además, las constantes trabas del Estado, los conflictos sociales, los sabotajes al Oleoducto Norperuano y demás problemas han hecho caer las inversiones en lotes petroleros hasta mínimos históricos. “Por todo ello, se necesita una reforma profunda de Petroperú, que pase por dos opciones: privatizarla o modificar su ley orgánica para garantizar su independencia del poder de turno. El nombramiento de su directorio debería ser similar al del Banco Central”, señala Raúl Labarthe, de la Asociación de Contribuyentes.
La gasolina más cara de la región
En Perú, la gasolina de 95 octanos cuesta S/22.8 por galón (5.7 dólares), unos 0.25 dólares más que en Chile –donde no hay petróleo–, 2.4 más que en Argentina y 4.3 más que en Colombia. Además, pagamos 16% más que la media mundial (4.9 dólares por galón).
¿Por qué? La situación no se explica por los altos precios del crudo en el mercado internacional. El Perú demanda 250 mil barriles diarios, y los lotes petroleros nacionales solo pueden producir 40 mil; el resto es importado por Petroperú para refinarlo.
Esta empresa añade sobrecostos por las enormes deudas que carga y la grave crisis financiera e institucional. Cerca del 70% del precio final lo aporta la empresa pública, además de que el Estado cobra 25% del costo de los combustibles por impuestos, mientras que los grifos marginan apenas 4%.
El precio de referencia de la gasolina en Petroperú se ha triplicado (+186%), entre 2016 y 2022 (de S/5.38 a S/15.4 por galón). El expolio del contribuyente para pagar la fiesta de los políticos es el principal problema.
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