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“El capital más preciado de un emprendedor es su palabra”
Enrique Marcelo llegó a Lima a los 17 años para estudiar. Hoy es dueño de JEMMS, empresa de acabados para la construcción.
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Alicce Cabanillas@alicc en Twitter
Dejó su natal Humaya, en Huacho, para seguir la carrera de Contabilidad en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
A los 19 años, cuando aún estudiaba, Enrique Marcelo empezó a trabajar en una fábrica de cuero donde conoció a quien hoy es su esposa: Martha Motta.
La empresa cambió de propietarios y despidió a Martha, que luego encontró empleo en una planta de cerámicas. Como ya tenían un hijo, procuraban ingresos extras vendiendo ropa a familiares y conocidos, evoca Enrique.
La planta en la que laboraba Martha tuvo problemas y le pagó su liquidación con cerámicos. Fue entonces que los esposos Marcelo-Motta optaron por vender fruta en dos puestos de mercado.
"Los horarios eran muy complicados y los márgenes muy pocos, por eso decidimos cerrar", indica Enrique.
EMPRENDEDOR DE CUNAEl padre de Marcelo era campesino y su madre tenía un restaurante; pero ambos, pese a sus ocupaciones cotidianas, siempre buscaban más dinero para el hogar.
"Con lo que le pagaba su patrón, mi papá venía a Gamarra a comprar ropa para vender, mientras que mi mamá también vendía juguetes", recuerda Enrique.
Así que el traspié con la fruta no los desanimó. Con la liquidación de Martha emprendieron una nueva aventura: la venta de cerámica. Comenzaron en una cochera, en la avenida Alfredo Mendiola, en el distrito de San Martín de Porres. "No teníamos ni vitrinas, pero quise apostar por esto y renuncié a mi trabajo", cuenta Enrique.
Su liquidación de S/.2 mil la invirtió en lo que hoy se llama JEEMS y, tras 21 años en el mercado, se ha convertido en un importante comercializador de acabados para la construcción en la zona de Palao.
JEEMS, que reúne las iniciales de los nombres de los esposos y de sus tres hijos, hoy tiene tres tiendas y cuatro almacenes. La competencia de las tiendas de mejoramiento para el hogar no les ha quitado clientela.
"Nosotros damos atención personalizada y vendemos productos de calidad. Hay que darles a los clientes lo que les prometemos. Eso es lo que ellos más valoran. El capital más preciado de una empresa es su palabra", finaliza Enrique.
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