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La eterna sonrisa de Olivia
Son pocas las actrices que logran ingresar en el imaginario con tan solo una sonrisa. La australiana Olivia Newton-John (Cambridge, 26 de setiembre de 1948-Santa Bárbara, 8 de agosto de 2022) fue una de ellas. Al don que tenía para el canto, baile y actuación se le sumó un encanto inigualable. Haga un ejercicio: cierre los ojos e imagine su rostro. En su mente se alojarán los recuerdos de sus enormes ojos azules, mejillas coloradas y brillantes; y unos labios arqueados dibujando una sonrisa eterna.
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Son pocas las actrices que logran ingresar en el imaginario con tan solo una sonrisa. La australiana Olivia Newton-John (Cambridge, 26 de setiembre de 1948-Santa Bárbara, 8 de agosto de 2022) fue una de ellas. Al don que tenía para el canto, baile y actuación se le sumó un encanto inigualable. Haga un ejercicio: cierre los ojos e imagine su rostro. En su mente se alojarán los recuerdos de sus enormes ojos azules, mejillas coloradas y brillantes; y unos labios arqueados dibujando una sonrisa eterna.
Livvy, como la llamaban en Melbourne, ha partido. Lo hizo hace un mes, en completa paz, en su rancho de California a los 73 años.
El mensaje fue dado por su esposo, John Easterling, quien se convirtió en su compañero en los últimos años.
Olivia y John se casaron en 2007 en las alturas del Cusco. Quién imaginaría que, a miles de kilómetros de Melbourne, lugar donde creció tras nacer en Cambridge, Olivia nuevamente encontraría la paz. Aquella que se removió cuando se divorció de su primer esposo a mediados de los noventa y tras la desaparición en 2005 del que posteriormente fue su novio durante nueve años, Patrick McDermott, de quien no se supo nada más luego de una excursión en California. Olivia y John –amigos desde hace varios años– se jurarían amor eterno en una montaña cusqueña. Se trató de algo íntimo, musical que incluyó varios premios Grammy o su destacada trayectoria en el cine. Pero es más descollante aún si tenemos en cuenta que durante las últimas décadas buscó vivir plenamente a pesar de los capítulos amargos que protagonizó por culpa de un perverso cáncer. “Mi batalla contra el cáncer empezó en 1992", dijo en una entrevista hace poco al recordar sus luchas. La enfermedad volvió a aparecer en 2013 y 2019. Un cáncer de mama en etapa cuatro con metástasis fue su último diagnóstico. ¿Qué hacer?
Vivir. Olivia eligió vivir. “Me considero muy afortunada de haber atravesado esta situación tres veces y seguir aquí. Todos sabemos que moriremos algún día pero no cuándo. Cuando te diagnostican cáncer, es como si de repente te vieras sujeta a la posibilidad de que tu tiempo sea aún más limitado. Por eso creo que cada día es un regalo”, contó en una entrevista para People. Y vivir es no estar quieto. Durante los últimos 30 años, Olivia fue una activista de la lucha contra el cáncer. Fundó el Olivia Newton-John Cancer Wellness & Research Center en Melbourne y nunca dudó en participar en cualquier evento que ayude a esta gran cruzada. En 2019 subastó varios elementos que usó en Grease para conseguir más fondos.
Y sus familiares sabían de sus deseos. Es por eso que hace un mes, al anunciar su deceso, pidieron a los seguidores de la actriz que, en vez de coronas de flores, se hagan donaciones a la fundación contra el cáncer. Así ella seguiría sonriendo.
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