Frente al mar de Ancón, a solo unos pasos del muelle de pescadores, el trajín de las hermanas Villajuan no tiene pausa. Llevan platos con cebiches, hueveras o jaleas desde la cocina a las mesas de su angosto local, y retornan a la carrera con otros vacíos.
Es un ida y vuelta que parece interminable. La frescura del pescado, una preparación afinada a lo largo de 60 años y el trato familiar que el comensal encuentra han hecho de este huarique el más concurrido entre otros similares y contiguos en el balneario anconero.
En su corta lista resaltan el caldo de gallina y de cabeza con mote, pero, sin duda, el plato fuerte de ‘Laurita’ es el caldo de pata de res con mondongo.
Lidia Villajuan inculcó a sus hermanas menores el arte de la sazón que aprendió de su madre. Así, el cebiche de las Villajuan ha trascendido en el gusto de varias generaciones. Ellas compran el pescado recién extraído del mar y, tras el proceso de fileteo, lo lavan por primera vez con agua salada. Con esa técnica familiar heredad el pescado parece haber saltado del mar a los platos de cebiche que sus clientes esperan.
La carta es variada e incluye platos calientes como parihuelas y sudados, pero la especialidad radica en el sabor del cebiche de pescado. Aquel entre ácido y fresco intenso que deriva de un marinado preciso con las cuotas de limón que solo las hermanas conocen y celan.
Dónde
Frente al muelle de Ancón, a una cdra. de la plaza.
Costo promedio: S/30
Todos los días de 9 a.m. a 5 p.m.
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