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LO INTENTARON, PERO NO SE CONSUMÓ

Adrianzén y Santiváñez trabajaron en un mismo estudio, pero no llegaron a asociarse 

El premier admite que intentó ser socio de Santiváñez y llegaron a grabar un video promocionándose juntos. Dos testigos cuentan detalles truculentos de esta historia desconocida hasta ahora. 

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TODO QUEDA EN UN ABRAZO. Adrianzén mostró su apoyo a Santiváñez con un caluroso abrazo durante actividad.
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En mayo de 2019 Juan José Santiváñez y Gustavo Adrianzén se mostraron sonrientes como nuevos socios en un video que tiene esta redacción. “Sus valores morales en común” como reza el audio publicitario, habría sido la principal razón para juntarse mientras anunciaban una alianza por todo lo alto.

Sin embargo, seis años después, el actual premier quiere olvidar esa grabación. “En 2019 hubo la intención de hacer actividades conjuntas (...) como muchas iniciativas, esta no se concretó”, respondió a través de sus agentes de prensa a las preguntas de Perú21

Lo que dice el premier se contradice con lo que dos testigos protegidos han declarado en Fiscalía. Ambos, fueron trabajadores de Juan José Santiváñez y uno de ellos ha entregado documentos que ponen en duda lo que ahora dice el premier.

Según uno de los testigos, en mayo de 2019, Santiváñez y Adrianzén formaron un estudio al que llamaron GNS Abogados. El nombre, por alguna razón aún desconocida, solo llevaba las iniciales de los apellidos de dos de sus cuatro fundadores: el del abogado Christian Guzmán Napuri y el de Juan José Santiváñez.

Los otros dos socios prefirieron el perfil bajo: ellos eran Alfonso Garcés Manyari y el actual premier Gustavo Adrianzén Olaya.

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SELECTO BUFETE

Adrianzén y Santiváñez ya habían anunciado su sociedad a través de un video cuando el último tenía como asistente a un distraído practicante. Se llamaba José Luján Benavides, que en 2019 tenía 22 años y en la oficina nadie lo quería porque trabajaba poco y mal.

La razón de su contratación se entendió cuando, según el testigo, la administradora del estudio le reclamó a Santiváñez por el mal desempeño de Luján Benavides, pese a su gran sueldo, y el ahora titular del Mininter explicó que el joven era hijo de Enma Benavides —entonces jueza superior y hermana de quien llegó a ser fiscal de la Nación, Patricia Benavides—. El testigo refiere, y consta en su declaración, que la contratación respondía a un “arreglo” entre Santiváñez y la jueza Benavides, ya que ella le ayudaba en procesos judiciales donde Santiváñez tenía intereses.

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José Luján, hijo de Enma Benavides.

MUJER DE CONFIANZA

Según el testigo, para agosto de 2019, durante los cinco meses en los que Adrianzén y Santiváñez trabajaron juntos en ese “intento” de sociedad, que según refiere el premier no se llegó a consumar, se produjo un cambio en el área administrativa.

Ingresó a trabajar como asistente de administración Yessenia Stefany de la Cruz Rivas. Según el testigo, ella inició “una relación sentimental con Santiváñez”. Para la justicia el dato es relevante porque, según afirma el testigo, dos años después, en 2021, Yessenia Stefany de la Cruz Rivas se convirtió en la administradora principal del estudio y bajo ese cargo administró el dinero con el que se habría corrompido a distintos funcionarios.

Según el testigo, De la Cruz y Santiváñez disponían cuánto dinero iba a ser ingresado a las cuentas del estudio y declarado a la Sunat y cuánto se iba a guardar en efectivo: “Dinero que no era bancarizado y provenía de las actividades ilícitas”, afirma el extrabajador del actual ministro.

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Yessenia Stefany de la Cruz Rivas, amante de Santiváñez según testigo. 

SUEÑO POLÍTICO

El testigo sostiene, y así lo ha declarado en Fiscalía, que participó en las continuas reuniones de trabajo junto a Santiváñez y Adrianzén. Y que de esa relación cercana, recuerda los sueños políticos que el uno compartía con el otro.

En una de las reuniones, cuenta el testigo, un sentido Santiváñez confesó que estaba ilusionado con ser ministro del Interior, después de todo proviene de una familia policial y defendió a muchos efectivos en problemas legales. Según el testigo, Adrianzén, quien ya había sido ministro de Justicia, se comprometió con ese sueño en caso de volver al poder.

“Juan José Santiváñez, en dichas reuniones, manifestaba que cuando Alfonso Garcés Manyari o Gustavo Adrianzén Olaya llegaran al poder otra vez, él iba a ser ministro del Interior, porque entre los tres antes mencionados tenían un pacto”, ha dicho el testigo a la Fiscalía.

El premier niega lo dicho por el extrabajador de Santiváñez: “Es falsa la información (...) esas afirmaciones son parte de un estribillo que desde hace un tiempo buscan inventar una presunta sociedad entre Santiváñez y yo en el pasado, con el fin de generar una cortina de humo para ocultar otros temas”, aseguró.

El ministro puede negar un dicho, pero no una realidad. El 6 de marzo de 2024, Adrianzén juramentó como premier, dos meses después, en mayo, juramentó a Juan José Santiváñez como ministro del Interior. Él se lo recomendó a la presidenta y parece que no se arrepiente.

“La entrega de Santiváñez desde el primer día en el que asumió el cargo, su compromiso para luchar contra la inseguridad y su absoluta identificación con la Policía Nacional son una muestra de que no se erró en dicha propuesta”, sostiene Adrianzén.  

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RUPTURA TEMPORAL

Pero hay una pregunta que el premier no respondió a esta redacción: ¿Por qué se frustró ese “intento” de sociedad?

“La intención de asociarnos no se concretó y durante los cinco meses en los que se intentó consumar, no se llegó a patrocinar a ningún cliente de manera conjunta. Esta afirmación puede ser corroborada en las partidas registrales de ambos estudios que revelan que no existió dicha fusión”, sostuvo Gustavo Adianzén en la respuesta oficial enviada a Perú21.

Sin embargo, no precisa la razón, y tampoco advierte por qué no incluyó este dato en su declaración jurada. Pero el testigo protegido sí lo hizo en Fiscalía. Dijo que a fines de diciembre de 2019 la alianza se rompió. En la oficina había un ambiente denso. Hubo peleas entre Santiváñez y el otro socio, amigo de Adrianzén, Alfonso Garcés Manyari.  

“Se comentó dentro del estudio jurídico que habría sido porque Juan José Santiváñez habría realizado un “mal movimiento” en el caso de la Interoceánica”, afirma el testigo.

Lo cierto es que la alianza se disolvió. Adrianzén y sus socios se fueron y formaron su propio bufete de abogados. Lo llamaron “GNS Abogados”, siendo la “S” de Joel Segura Alania, y ya no en referencia de Juan José Santiváñez, quien reactivó su viejo estudio personal llamado “Santiváñez Antúnez Abogados”.

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SIEMPRE AMIGOS

Seis años después queda claro que cualquier diferencia ha quedado en el pasado. Ayer por la mañana, luego del allanamiento a la casa del ministro del Interior, este llegó a una reunión del gabinete que se transmitía en vivo.

Entró a la sala y fue recibido con aplausos. La presidenta lo apachurró, mientras los otros ministros, de pie, lo respaldaban.

El último en acercarse fue Adrianzén. Se miraron, el premier puso sus manos sobre los hombros del ministro, intercambiaron palabras amables y, ahí sí, consumaron un abrazo. 

 

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