En el verano del 2022, unos ensordecedores gritos salieron desde el onceavo piso del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS).
“¡Mira oye, cómo van a hacer con Víctor que estaba trabajando en Qali Warma. Ahora solo quieren contratar un mes, encima le quieren pagar menos, ve la forma de solucionar eso!”, chilló la voz nasal de la entonces ministra Dina Boluarte.
Sacaba cara por su viejo amigo Víctor Hugo Torres Merino. Un 'wayki' incondicional con el que jugaba cuando era niña, en Chalhuanca, un pequeño pueblo de Apurímac. Lo hacía bajo la atenta vigilancia de su hermano mayor, Nicanor Boluarte.
El tiempo y la capital no los separaron. Cuando Dina postuló a la directiva del Club Apurímac, su amigo Víctor Torres la ayudó sin condiciones. No fue igual cuando su ‘prima’, como le decía de cariño, fue candidata a la vicepresidencia del Perú. Nicanor le pidió que la apoye. Víctor se entregó en cuerpo y alma a la campaña, pero los años pesan y las cosas cuestan.
Cuando Dina llegó al poder, su amigo le pidió trabajo. Fue en ese instante cuando una historia de amistad mutó a lo que hoy es una investigación fiscal, donde se acusa a la actual presidenta de colusión agravada. Es decir, ponerse de acuerdo con un tercero para defraudar al Estado.
La historia está narrada, con lujo de detalles, en un documento emitido el 25 de febrero de este año. Está firmado por la propia Fiscal de la Nación, Delia Espinoza, quien pide precisar, aún más, las imputaciones contra Boluarte, las mismas que podrían llevarla a prisión.
ORDEN ILEGAL
En septiembre del 2021, Víctor Torres, coincidió en la hora de almuerzo con Dina Boluarte en el Club Apurímac. Le pidió trabajo y ella le dijo: “bien, claro sé que te va a apoyar, la próxima semana me visitas en el ministerio, en mi oficina para coordinar”.
A los días, Víctor entró al MIDIS, subió el piso once, saludó a su amiga Dina y le dijo: “Mira, tal como conversamos, te pedí y aquí está mi CV documentado para que puedas ver la forma de apoyar en un puesto de acuerdo a mi perfil”.
De inmediato, la entonces ministra llamó a su secretario Enrique Vílchez. Un abogado que es íntimo amigo de Nicanor Boluarte. El secretario ingresó y Boluarte le entregó el CV de Víctor Torres y le ordenó: “evalúalo y ve dónde lo ubicas”. Víctor y el secretario salieron juntos. Quedaron en comunicarse por teléfono, pero Vílchez no respondió.
TARJETAZO
Otra vez en el Club Apurímac, Víctor volvió a encontrarse con Dina. Esta vez estaba acompañada por el viceministro de MIDIS, William Contreras. Otro viejo amigo y hombre de confianza de Nicanor Boluarte.
Víctor le contó a Dina que el secretario no le respondía las llamadas. “Yo pensé que ya estabas trabajando en el ministerio”, dijo ella, de inmediato miró al viceministro y le ordenó: “hay que apoyarlo a Víctor que ha trabajado en la campaña”. El viceministro Contreras le dijo a Torres que, con confianza, lo busque en su despacho.
Una semana después Víctor se reunió en la sede del MIDIS con el viceministro, quien le dijo: “Oye, tú hablas quechua”. Respondió que sí y el funcionario pareció encontrar una solución: “Voy a hablar con Fredy Hinojosa para que te reciba y puedas trabajar en Qali Warma”.
EL VOCERO
Fredy Hinojosa es el actual vocero presidencial, pero en ese momento era jefe del programa Qali Warma, que entrega alimentos a los niños más pobres.
La reunión entre Víctor Torres y Fredy Hinojosa se concretó en las oficinas de Qali Warma el 25 de octubre del 2021. Hinojosa revisó el CV de Víctor y le dijo: “ya, para que coordines con personal y puedas revisar qué es lo que falta al CV”.
Todo fue rápido, a los pocos días, se volvieron a reunir. Hinojosa le dijo que había dinero para dos meses (noviembre y diciembre). Que el pago sería de 12 mil soles, en total. Hablaron que el trabajo sería muy sencillo y remoto. Sin saber detalles, Víctor aceptó.
El documento fiscal al que Perú21 tiene acceso, narra cómo el personal que estaba bajo el mando del actual vocero presidencial aceleró el proceso de contratación. Fue insólito. Sin darse cuenta, a los pocos días, el profesor de Educación Física, Víctor Torres, se convirtió en una especie de fiscalizador del proceso de implementación de compras de alimentos frescos para Qali Warma. Por ese trabajo cobró 12 mil soles el 31 de diciembre del 2021.
EL FACTOR NICANOR
En febrero del 2022, Fredy Hinojosa le vuelve a ofrecer trabajo a Víctor, pero solo había 4 mil soles mensuales. Torres se molesta y habla con Dina. Fue en ese momento cuando, desde un onceavo piso, se escucharon los chillidos nasales de la entonces ministra.
Dina deriva el caso, otra vez, con el viceministro Contreras quien tenía más presión porque, según narra el documento fiscal, Víctor también se quejó con Nicanor Boluarte.
Con la orden de los dos hermanos encima el viceministro encontró un espacio particular para el insistente Víctor. En un programa social había mucha carga laboral. Descubrieron que necesitaban “pausas activas” para los trabajadores y vieron en el profesor de educación física, una solución.
MALAS ARTES
A Víctor Torres el trabajo no le gustó. En la orden de servicio apareció como “el gimnasta”. Lo sintió ofensivo, pero chamba era chamba. Gracias a ese cargo obtuvo tres contratos que le permitieron ganar en pocos meses 35 mil soles.
Un año después, lo que encontraron los fiscalizadores del MIDIS es que Víctor Torres no cumplió su trabajo. Inventó varias clases de “gimnasia”, algunas las dio en sedes incorrectas y otras fueron charlas mediocres.
En el caso del trabajo para Qali Warma fue parecido. Nunca cumplió con el perfil requerido. En su defensa el actual vocero presidencial nos ha dicho que lo consultado es materia de investigación, pero afirma de forma categórica que se actuó en el marco de la Ley.
En el caso del secretario Enrique Vílchez, que ahora es secretario presidencial, su respuesta fue categórica: ¨No conozco al señor Víctor Hugo Torres Merino¨.
Por su parte, Juan Carlos Portugal, abogado de la presidenta. Ha dicho que quien acusa es el ahora examigo Víctor Torres. Dice que las reuniones en el club departamental son falsas, que no se puede corroborar con nadie porque el viceministro Contreras falleció. Además, aseguró que la oficina de su defendida en MIDIS no estaba en el piso once, sino en el diez. Dice que Torres Merino da una declaración circular, dónde solo él, se prueba consigo mismo.
Lo que no nos respondió el abogado es cuáles son las próximas diligencias en este caso. Porque más allá del dinero y los dichos, los investigadores apuntan a una estructura de poder que aún se mantiene. Antes desde el MIDIS y ahora desde Palacio.